Supremacía aymara por decreto

El reconocimiento de los derechos a la identidad de los pueblos indígenas es indiscutible porque en democracia no se concibe que los indígenas deban continuar excluidos como estuvieron durante siglos.

imageFoto.Yatiris aimaras bendicen la nueva CPE masista

Sin embargo debe considerarse que el establecimiento de un proceso de inclusión pasa por reconocer el derecho de participación plena y efectiva de los pueblos como sujetos históricos. Es más, el diálogo intercultural es un principio de búsqueda de paz y armonía que no implica la subordinación de una cultura a otra.



El problema surge cuando este concepto es motivo de instrumentalización política y se encamina en sentido exactamente contrario al que se proclama. Es decir cuando se asume un criterio hegemónico y no intercultural.

Precisamente es esta la visión del MAS. Si bien la nueva Constitución proclama que en Bolivia existen 36 pueblos originarios con sus respectivas identidades culturales que deben ser preservadas, en los hechos – y por motivos exclusivamente políticos-, el gobierno busca la predominancia de lo aymara.

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Tiahuanaco. 21 de junio, celebración del Año Nuevo Aymara.

Todo este preámbulo viene a propósito de la declaración del 21 de junio, fecha del “Año Nuevo Aymara” como “feriado nacional” una medida, sin duda, discriminatoria.

Son muchas las consideraciones que se pueden hacer sobre este punto pero conviene dirigirse fundamentalmente a las de orden cultural. Cabe puntualizar que la cultura aymara esta arraigada casi exclusivamente en los departamentos de La Paz y parte de Oruro. El resto del país tiene una mayor identificación con lo quechua y lo amazónico.

Partiendo de la premisa de que todas las culturas tienen un sentido positivo y que a ninguna se le puede adjudicar características enteramente positivas o enteramente negativas, se debe dejar establecido que no existen culturas inferiores o superiores; unas llamadas a dominar y otras a ser dominadas, asumiendo una especie de derecho natural. Hacerlo sería caer en el nazismo y en un enfermizo racismo.

Pretender que la cultura aymara es superior a la quechua o las culturas amazónicas y por ello merece que su fiesta principal sea declarada “feriado nacional” resulta tan absurdo como proclamar la primacía de la raza aria, criterio que acarreó para el mundo la más sangrienta tragedia de su historia.

Bolivia cobija en su seno a una multiplicidad de expresiones culturales y nos negamos a utilizar el concepto de raza por ser este absolutamente retrógrado y, es más, anticientífico. Hace mucho tiempo atrás que se abandonó el criterio de que el color de la piel, de los ojos o el cabello, pueden determinar la conducta, las características o aptitudes de un individuo.

En esta diversidad radica su riqueza cuando puede ser encauzada positivamente. La vida social boliviana, ya esta cargada de interculturalidad. No otra cosa significa que todos los bolivianos asuman como suyos a bailes y costumbres indígenas como la Ch ´alla que sumados a prácticas “occidentales”, conforman precisamente esa identidad mestiza que caracteriza a Bolivia y que pretende ser negada por el gobierno de Morales en su concepción hegemónica aymara.

Con este criterio, el MAS ha logrado exactamente lo contrario de lo que dice buscar. En lugar de un diálogo intercultural, ha generado la confrontación y las consecuencias negativas para el país están a la vista. 

Por otra parte, si es cierto que promueve la interculturalidad, Evo Morales debiera también proclamar feriado nacional el 21 de septiembre, que es el equinoccio de primavera y fiesta principal de los quechuas, además de que los pueblos amazónicos no pueden quedar marginados con lo que agregaríamos al calendario 36 feriados. Y por ahí, si de caprichos se trata, declarar también feriado nacional el Año Nuevo Chino, el Año Nuevo judío, la fecha de su cumpleaños, el aniversario de Orinoca y así todos contentos.