El quechuañol de los bolivianos también se oye en el extranjero

Hay algunos cochabambinos que se llevaron consigo esa particular manera de hablar.  Entre las varias tradiciones y costumbres nacionales que se practican en España y Estados Unidos, dos de los grandes receptores de inmigrantes, están los modismos bolivianos

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festejo: Un grupo de inmigrantes cruceña, entre ellas la Reina de la Tradición, en un evento festivo en España



La Prensa

“Mamitay ama abandonawayquchu”, susurra Aurora, quien tiene las manos juntas a modo de oración y la mirada puesta sobre un altar de una iglesia de Valencia, España, donde se encuentra una réplica de la Virgen de Urkupiña.

Esta inmigrante de Punata, Cochabamba, quien junto con su esposo busca regularizar su situación en el país ibérico, le dice a la imagen: “Mamita, no nos abandones”, en una mezcla de quechua y español, lo que comúnmente se denomina en Bolivia quechuañol.

El país ibérico, así como otros receptores de inmigrantes, se “nutre” de las expresiones lingüísticas propias de los colectivos que acoge. A su vez, éstos asumen ciertos usos idiomáticos de la región huésped. Así, se producen mutuas transferencias en el uso del lenguaje.

Lak’azos y otros quechuismos

Si bien es posible escucharlos en metros e iglesias españolas, el uso de ciertos quechuismos como lak’azo (cachetada), waway (hijito) y ch’alla (celebración) es más común en las actividades cotidianas de los bolivianos, particularmente entre los cochabambinos, quienes representan el colectivo más numeroso de los nacionales que habitan en ese país, según confirma la Asociación de Inmigrantes Bolivia-España (AMIBE).

Gabriela Gonzales, secretaria general de la Asociación Espíritu de Santa Cruz de la Sierra, una organización que agrupa a españoles y bolivianos y que tiene sede en Barcelona, estima que cinco de cada diez connacionales hablan con frecuencia el quechua, además del español. Según observa, aunque normalmente no tienen problemas con el lenguaje, los bolivianos no se integran con facilidad a la sociedad española, al contrario, tienden a aislarse, y cuando necesitan comentar algo sólo entre ellos, aun estando en público, lo hacen en quechua, como si se tratara de un “lenguaje secreto”.

Por otra parte, añade, “los españoles dicen de ellos que redundan mucho al hablar y que al final no dicen nada, por eso es que los tildan de ignorantes”.

Pero no solamente ellos, los bolivianos, hablan alguna vez en quechua; también lo hacen los peruanos, advierte Gonzales, aunque con más frecuencia lo hacen los q’ochalas.

En tanto, en medio de su explicación, esta inmigrante boliviana revela que es cruceña y utiliza constantemente el modismo “puej”, y afirma que las “peladitas” (jovencitas) se integran con un poco más de falicidad a la vida en España.

La Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007, del Ministerio de Trabajo e Inmigración y el Departamento de Población de la Facultad de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, hecha a 4.526.522 extranjeros, indica que el 44,9 por ciento no ha encontrado ni va a encontrar ninguna dificultad en su convivencia o en su integración ocasionada por problemas lingüísticos.

Paul Monzo, periodista del periódico Latino, en contacto con La Prensa, indica que efectivamente “el lenguaje no es un problema para la integración del inmigrante”, pero sí puede serlo su comportamiento, por ejemplo, después de consumir alcohol.

Actualmente residen en España 350.000 bolivianos, según datos de la Embajada de Bolivia en dicho país.

En Estados Unidos

Hasta 2002, según la Asociación de Residentes Bolivianos en Estados Unidos, se estimaba que vivían aproximadamente 650.000 nacionales, entre ciudadanos boliviano-americanos, residentes temporales e indocumentados.

A pesar de que no hay cifras precisas, se estima que la mayoría de ellos también son cochabambinos y que uno de los estados que mayor presencia tiene de vallunos es Virginia, particularmente el condado de Arlington, donde los modismos bolivianos y quechuas son parte de la dinámica cotidiana de este colectivo.

Nely Zapata, directora de la Fundación Cultural Diablada, que aglutina a bolivianos en Estados Unidos, señala que “hace 15 años era imposible que un compatriota llegue a este país sin saber inglés, pues no podía ni movilizarse en las calles, pero ahora puede venir y acomodarse a empleos donde no sea indispensable este idioma”.

Esto dio lugar a dos situaciones, explica Zapata. “La primera, que los bolivianos hablen más español y hasta quechua, idioma que se escucha más en Arlington, y la segunda, que justamente por esa facilidad que tienen de expresarse en su propio idioma se aíslen de la sociedad norteamericana y se integren más a sus colectivos”.

Entre los bolivianos que se encuentran en cierto lugar, como en el metro o en un acontecimiento social, hablar quechua es muy común, dice Zapata. De lo anterior, añade, se desprenden modos particulares de expresión, lo que los especialistas denominan jergas, jergonsas o creoles, combinaciones de dos o más idiomas: Por ejemplo: roomlay (inglés-quechua, “cohabitante”); the paco is coming (español-inglés, “el policía está viniendo”); watchear (inglés-español, “mirar”) y otras.

La edad es clave para la asimilación de otra lengua

La asimilación de una lengua extranjera es más fácil para un niño menor de 14 años que para un adulto. Así comienza su explicación el lingüista Rodolfo García sobre la apropiación del idioma extranjero en el caso de los inmigrantes.

En el mundo hay al rededor de 6.000 millones de personas, de las cuales el 96 por ciento habla alguna de las grandes lenguas existentes en el mundo: inglés, español, portugués, chino y ruso. El 4 por ciento restante (200 millones de habitantes), hace uso de 5.970 idiomas distintos.

Ahora bien, cuando un inmigrante se establece en un país que tiene una lengua diferente de la suya, éste puede aprenderla, pero mucho tendrá que ver en ello su edad, pues cuanto más joven sea él, más posibilidades tendrá de asimilarla. En el caso de los adultos hay más dificultades para ello.

Por otro lado, la integración del extranjero a la sociedad que lo acoge dependerá mucho de él, pues hay muchos que toman la decisión de “asimilarse” rápidamente y lo hacen sin muchos esfuerzos; sin embargo, hay otros que rechazan esa nueva cultura y hacen de todo por mantener intacta la suya, practicando, por ejemplo, su propia lengua, cultivándola de manera consciente y comenzando por casa.

Pero todo depende de la educación de la persona, advierte el lingüista. La capacidad de comunicarse de un indígena debe enfrentar los mismos desafíos si está en una gran ciudad de su propio país tanto como si está fuera. Suele ocurrir que esas capacidades se restringen al mínimo y, por tanto, la persona se excluye de toda actividad. Por esta razón, el inmigrante tiende a hablar su propio idioma en el extranjero.

García sostiene que incluso el propio castellano funciona como un “código secreto” entre los inmigrantes latinoamericanos, el cual les permite mantener la cohesión e identidad de grupo y va más allá de una reivindicación meramente nacional. Así, “no eres tan boliviano como latinoamericano”.

Modismos bolivianos que se oyen en el exterior

Los modismos de cochabambinos, paceños y cruceños se escuchan en otros países.

En el caso de los de occidente:

Yaaaaa: Tiene muchas interpretaciones como “no te creo” o “está bien”.

Porfa: por favor

Ya pues, ven pues: uso frecuente de este vocablo.

Rapidito, chiquitito, ahicito: uso frecuente de diminutivo.

Papitoy, hermanitoy: combinaciones de español y quechua.

Ch’aqui: resaca de la borrachera, en quechua.

En el caso de los de oriente:

Sos, querés: en vez de eres (sois) o quieres (queréis).

Peladinga: niña. Pelada: adolescente, jovencita.

En España residen alrededor de 350.000 bolivianos. Entre ellos hay más cochabambinos.

Entre los idiomas nativos, el quéchua es más conocido en el exterior a través de los inmigrantes

La comunidad nacional celebra el Año Nuevo aymara en Italia

UNA FIESTA DE LA CULTURA BOLIVIANA

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Juntos: el grupo de bailarines posa para una fotografía

Diversos grupos culturales desfilaron con trajes típicos y música nacional en las calles de Roma

Embajada de Bolivia en Italia.- El Año Nuevo aymara, celebrado en Bolivia el 21 de junio, para los inmigrantes bolivianos en Roma (Italia) no pasó inadvertido, pues se festejó con una entrada folklórica que recorrió varias calles de la capital italiana.

Debido a que la mencionada fecha se llevaba a cabo en Italia un referéndum, la Embajada boliviana en dicho país, organizadora de la fiesta, tuvo que postergar la celebración para 28 de junio.

Desde los Foros Imperiales hasta el Arco del Triunfo de la capital romana, diversas agrupaciones culturales, al compás de la música y los bailes tradicionales, iniciaron un desfile en trajes típicos andinos, mostrando la alegría que caracteriza a los bolivianos.

Mujeres vestidas de cholas paceñas, hombres con el disfraz de ch’utas, tinkus, diabladas y otras danzas se integraron para ser partícipes de la celebración.

Cuando todos llegaron a los pies del Arco del Triunfo, que se asemeja a la Puerta del Sol, el embajador de Bolivia en Italia, Esteban Elmer Catarina, inauguró el inicio del nuevo año, augurando que éste será un tiempo de esperanza y energía para los pueblos originarios, buscando la unidad y el relacionamiento con todos en comunidad y con la naturaleza.

En Bolivia, el Año Nuevo aymara, más conocido como la fiesta del Willka Kuti (regreso del sol), coincide con el solsticio de invierno, que tiene lugar la madrugada del 21 de junio, día de celebración en el mundo andino.