Colonización o ¿campos de concentración nazimasistas?

Pando. Los «profesionales» camuflados entre los colonos hacen de comisarios políticos para impedirles que hablen con «extraños» o que alguien quiera retornar a su distrito antes de las elecciones. 

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Asentamientos: las carpas donde se instalaron los colonos (foto La Prensa)



Del viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, ya teníamos algunos antecedentes. Hace dos años dijo que los indígenas en el Chaco estaban sometidos a un régimen de esclavitud y encabezó un operativo en el que supuestamente se encontró «armamento moderno» en manos de un hacendado de la zona. Curiosamente este «moderno armamento» tenía un gran parecido con el que los miembros del grupo de Eduardo Rozsa supuestamente pretendían armar menudo desmadre en el país.

Las acciones de Almaraz estuvieron a punto de generar hechos violentos en el Chaco pero se demostró que su interés no estaba ligado al destino de los indígenas guaraníes sino que ya se estaba preparando una amplia ofensiva contra el sector agroindustrial cruceño y el problema de la tierra era un componente de esta.

Almaráz entró a formar parte del gobierno como cuota de poder del Cejis, organización no gubernamental de la que fue director durante varios años y es considerado como la cabeza real en el Ministerio de Desarrollo Rural. Se dice que Evo Morales consulta directamente con él cualquier tema relacionado con la tierra y que en muchas oportunidades acudió también a él para aspectos de tipo político.

Ahora, cuando el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana ha decidido mantener un perfil bajo, Almaraz es quien se encarga de buscar argumentos de lo más variopintos para mostrar el traslado de cocaleros del Chapare hacia el departamento de Pando como una necesidad nacional y alejar cualquier sospecha de interés político electoral.

imageEl “pahuichi” donde vive una de las familias que llegaron a Pando en calidad de colonos.

Sin embargo la cosa se le está haciendo cuesta arriba para Almaraz. Sorteando penurias y amenazas diversos medios que han podido ingresar al campamento Bernardino Racua en la provincia pandina de Santa Rosa del Abuná, establecieron que entre los supuestos colonos existen profesionales, algunos abogados, otros economistas, odontólogos y hasta alguna ex fiscal, y son quienes, precisamente se encargan de vigilar al resto y les impiden circular libremente. Disponen además del apoyo de algunos militares también llevados hasta el lugar.

Sin embargo, Almaraz quien no tuvo más remedio que reconocer esta realidad, afirmó que se trataba de «hijos de campesinos que se querían reencontrar con la tierra» y por esta situación estaban pidiendo se les dote de tierras en un abandonado departamento.

La «salida» de Almaraz resulta ciertamente graciosa y hasta insultante para la inteligencia de cualquier persona y como ocurre casi siempre en el último tiempo, la realidad transita por el sentido contrario al que quieren marcar las versiones gubernamentales.

Lo que ocurre es que los trasladados deben cumplir una tarea y esta es la de cambiar el panorama electoral en Pando que se ha mostrado invariablemente contrario al MAS. Los «profesionales» camuflados están cumpliendo la labor de comisarios políticos para, primero, impedir que hablen con «extraños» (al plan) o que alguien quiera dar marcha atrás y retornar antes de tiempo a su distrito de origen y, segundo, que cumplan cabalmente su cometido, es decir, que voten por el MAS luego de lo cual podrán hacer lo que les parezca. De lo contrario deberán pagar el costo de su traslado hasta la región y hacerse pasible a formar parte de las listas negras del gobierno.

Quienes visitaron el campamento Bernardino Racua pudieron constatar que los trasladados no pueden abandonar el lugar y son sometidos a una constante vigilancia. Además existen «zonas restringidas» que solo pueden ser visitadas por un reducido grupo de personas, precisamente aquellas que cumplen la función de vigilantes y otras cuya militancia masista este más que probada.

En resumen, en Pando no solo se está preparando el más descarado fraude electoral sino también una flagrante violación de los derechos humanos donde los trasladados son sometidos a condiciones de vida muy parecidas a las de un campo de concentración. Son los ghetos del neo nazismo masista.