El germen que destruirá a la democracia

El “voto comunitario” es uno de los tantos mecanismos e instrumentos que el MAS está dispuesto a volver a utilizar para que se haga realidad el propósito expresado por Evo de quedarse en el poder “por toda la vida”.

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En Achacachi se aplicó el voto comunitario en el referendo de enero pasado. Los dirigentes anticipan que repetirán el método en favor del MAS en diciembre.  



Sin embargo basta con hacer un análisis superficial para percatarse que se trata de un mecanismo que niega toda concepción democrática por cuanto implica la imposición de un deseo supuestamente colectivo o comunitario sobre la voluntad individual. Es decir, la “comunidad” decide por quien se debe votar y al individuo solo le cabe acatar esa orden.

En primer lugar es preciso discriminar sobre lo que es la voluntad colectiva y lo que es la voluntad de un grupo de dirigentes que tienen intereses personales y concretos. El MAS cuenta con un nutrido grupo de dirigentes de las llamadas “organizaciones sociales” a los que ha comprado dándoles vehículos, sedes sociales y dinero en efectivo que en muy pocas ocasiones o en ninguna, favorecen a las “bases”.

Naturalmente es en época electoral en la que estos dirigentes deben devolver los favores y esta retribución se la debe hacer en votos. De esta manera los «líderes» sociales “convocan y ordenan” a sus bases, como ya lo hizo Pedro Montes, el atrabiliario dirigente de la COB, a que voten por Evo Morales. Hay otros por el estilo como Edgar Patana, beneficiado con prebendas en la Aduana  Nacional, quien aseguró el voto incondicional de El Alto para el candidato oficialista.

De esta forma, el MAS no solo ha prostituido a las organizaciones populares y a sus dirigentes, sino que los ha convertido en el instrumento nefasto para aplicar un plan que a la corta significará el establecimiento de un sistema totalitario con la supuesta aquiescencia del pueblo.

Se tratará, en suma, de un sistema que nada tendrá de democrático, así se mantenga la pantalla del voto, porque se tratará de un voto inducido y obligado, que no expresará la voluntad del individuo, la cual será sustituida por la voluntad de unos pocos dirigentes o del partido. 

Por supuesto se conoce también hacia donde conducen estos sistemas ya que ocurre que llegado el momento, el eventual gobernante considera que puede también prescindir del voto ya que han llegado al convencimiento de que son la expresión de esa voluntad popular y por tanto no la vale la pena consultarla. En resumen, se comienza por controlar el voto y luego se prescinde de él.

El llamado “voto comunitario”, utilizado ya en anteriores referendos, no es más que una perversión del sistema democrático por cuanto socava la libertad individual que es su esencia. Si alguien quería una prueba de los intentos totalitarios de Evo Morales, ahí tienen al “voto comunitario”.