Hacia un nuevo Estado

Evo Morales inicia el proceso para convertir Bolivia en un país con autonomías indígenas

ElPaisEsp Editorial El País.



El presidente boliviano Evo Morales aprobó el pasado domingo un decreto para celebrar un referéndum, el próximo 6 de diciembre junto a las elecciones presidenciales y parlamentarias, para aprobar la reconversión de unos 180 municipios en autonomías indígenas. Al mismo tiempo, presentó oficialmente el anteproyecto de ley marco de autonomías y descentralización. Ha dado así un paso adelante para poner en marcha uno de los desafíos más delicados que contiene la nueva Constitución aprobada en el referéndum de enero de este año con más del 60% de votos afirmativos, el de transformar el país en un Estado plurinacional con un amplio régimen de autonomías y descentralización.

La iniciativa de Morales ha sido rápidamente contestada por la oposición por una cuestión de procedimiento, ya que la Constitución establece en el capítulo séptimo sobre Autonomía Indígena Originaria Campesina que la ley marco que ha de regular ese proceso debe ser discutido por la Asamblea Legislativa que se elegirá en diciembre. Morales, al convocar una consulta sobre la reconversión de municipios en autonomías indígenas para ese mismo día, estaría violando así las reglas de juego, adelantándose a lo que debería ser discutido en el Parlamento al forzar la aprobación de sus iniciativas a través de consultas plebiscitarias.

Desde que en 1992 los pueblos indígenas del norte y el oriente de Bolivia iniciaran una dramática marcha para reclamar su derecho a ser tenidos en cuenta las cosas han cambiado, y sus reivindicaciones han llegado ya a la Constitución. Autonomía es la palabra clave para esas comunidades. Lo verdaderamente complejo es articular en un marco legal viable la autonomía que reclaman las provincias rebeldes (Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija), y que tiene que ver sobre todo con una descentralización en la toma de decisiones económicas, con las autonomías que defienden los indígenas y en las que, además de recuperar el control perdido sobre sus posesiones territoriales, se incluye la defensa de cuestiones identitarias (lengua, democracia comunitaria) y gestión de los recursos.

El complejo reto (si no imposible) de articular y hacer viables autonomías de distinto nivel territorial (departamentales, regionales, municipales e indígenas) debe de ser el resultado de un acuerdo parlamentario. Cada vez más difícil de conseguir en ese clima de enorme división que enfrenta a los andinos con los orientales.