Una “musculatura” de lengua

La “musculatura” de la que se jacta el vicepresidente Alvaro García es seguro que traerá al país más problemas que satisfacciones y las reacciones que ya se han anticipado en el Paraguay son una muestra de ello. Se trata, además, de una nueva paradoja que plantea el gobierno y otra muestra de que dice una cosa y hace otra muy diferente.

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“Somos de la cultura de la paz” proclama de manera permanente y poco convincente el presidente Evo Morales. En la nueva Constitución Política del Estado se renuncia a la violencia como forma de solucionar los diferendos existentes o que puedan surgir con los países vecinos.



Sin embargo, el gobierno del MAS está empeñado en una renovación del equipamiento de las FFAA lo que evidentemente ha preocupado al Paraguay, quien se ve como el primer objetivo en caso que Bolivia intente una aventura bélica.

Alguien podría indicar que no existen motivos racionales para intentar una escalada belicista en la región, pero ¿es que las guerras tienen algún motivo o base racional y justa?

Lo que preocupa no es que se haya decidido renovar el material bélico de las FFAA bolivianas. Por otra parte, 100 millones de dólares es una cifra modesta si de armamento se trata. Sin embargo lo que si resulta preocupante es la nueva “doctrina” en la que están formando a los oficiales bolivianos sus similares venezolanos.

La Agregaduría Militar adjunta a la embajada de Venezuela es, con mucho la más numerosa entre las acreditadas por los países del mundo y sus funciones trascienden a lo protocolar. El número de oficiales venezolanos en Bolivia sobrepasa fácilmente el medio millar y su presencia es fácilmente advertida en barrios residenciales como Calacoto en La Paz, donde han copado el alquiler de departamentos y ayudado a disparar los precios para alegría de sus «burgueses» propietarios.

Son también asiduos clientes del hotel Ritz (que sería de propiedad del gobierno venezolano) y junto a ellos están los cubanos siempre como los principales clientes.

La mayor parte de los oficiales venezolanos dictan cursos en los diferentes institutos castrenses bolivianos en materias como geopolítica, en los cuales abundan en la inminencia de una confrontación bélica a breve plazo en la región alegando que los grupos internos de derecha y el imperialismo no seguirán tolerando el avance del llamado “proceso de cambio”.

La nueva “doctrina militar” que está siendo aplicada en Bolivia tiene una inspiración claramente chavista y que se sepa, el presidente venezolano no es muy cauto cuando de hablar de confrontaciones se trata. Recordemos la propuesta de invadir Honduras, los anuncios de enviar tanques a la frontera con Colombia y lo de hacer un Vietnam de Bolivia.

Bolivia ya es vista como el instrumento de Chávez en la región y la posibilidad de que sea utilizada como elemento de perturbación por el sátrapa caribeño, es evidente. Los frecuentes ataques al presidente peruano Alan García que hace Evo Morales no es cosa que pueda tomarse a la ligera o como otro eslabón más en la larga cadena de disparates que lanza cotidianamente nuestro presidente.

Se trata de una estrategia que ha sido diseñada en Caracas y que está siendo enseñada y difundida en Bolivia y que se espera que nunca llegue a ser ejecutada. Se trata de una nueva muestra de irresponsabilidad del gobierno de Evo y Alvaro, ya que los bolivianos serán los que carguen las consecuencias de las “hipótesis de conflicto” que nacen en la enfermiza mente de Hugo Chávez que no halla la hora de «encabezar» (por supuesto bien protegido él), alguna acción heroica que le de algún lugar en la historia, en la cual ya tiene un puesto, pero no precisamente por una acción enaltecedora.