Los mensajes de solidaridad espontáneos han llegado hasta el lecho en el que Arteaga se encuentra enmanillado en el hospital Viedma. Un grupo de madres le llevaron flores ayer; miles organizan una marcha contra los administradores de justicia, a quienes acusan de haberse corrompido al permitir la liberación de Guzmán.
La Justicia decepciona a un padre y lo lleva a asesinar
El coronel Arteaga, en el hospital Viedma, ayer. – James Daniel Los Tiempos
Por Vásquez Katiuska – Los Tiempos – 3/10/2009
Drama: Arteaga recibe apoyo
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El jueves mató al asesino confeso de su hijo y la gente le expresó su apoyo
Cada vez son más las voces que apoyan a Jorge Eduardo Arteaga Maldonado, el coronel jubilado del Ejército, que el pasado jueves dio muerte con ocho balazos, en plena calle, a Jorge Guzmán Carvalho (28), sentenciado en primera instancia por dar muerte en marzo de 2007 a Álex Arteaga Cárdenas (26), hijo del militar. En tanto, la Fiscalía activó una demanda para procesarlo por homicidio, delito que tiene una pena máxima de 20 años, mientras que los familiares de Guzmán interpusieron una querella por asesinato exigiendo la pena máxima de 30 años sin derecho a indulto.
Los mensajes de solidaridad espontáneos han llegado hasta el lecho en el que Arteaga se encuentra enmanillado en el hospital Viedma, desde el jueves en la noche, por hipertensión arterial. Un grupo de madres le llevaron flores ayer; miles se organizan y comunican a través de la página web de este medio una marcha contra los administradores de justicia, a quienes acusan de haberse corrompido al permitir la liberación de Guzmán.
El repudio contra fiscales y jueces es unánime. Los foros en Internet condenan el proceso lleno de irregularidades que condujo a que el padre de Alex Arteaga peregrinara en los tribunales por más de dos años hasta que finalmente el Tribunal de Sentencia liberó condicionalmente a Guzmán hace tres meses por retardación de justicia.
Jorge Guzmán, sentenciado a 18 años de cárcel por el Tribunal de Sentencia III de la Corte de Justicia el 24 de abril de 2008, recobró su libertad condicional después de que los mismos jueces que lo condenaron (Mario Murillo y Sonia Zambrana), disminuyeron su condena de 18 a 10 años, basados en una “apelación reducida”, después de una graduación de la tipificación del homicidio. Es decir, se le dio 18 años, cuando el delito por el que era procesado apenas contemplaba un máximo de 10, informaron fuentes cercanas al caso.
Tras la reducción de su condena, Guzmán tramitaba la extinción definitiva del proceso a causa de la retardación de justicia.
Llevaba recluido 27 meses en la cárcel de San Antonio, aunque también estuvo en San Sebastián. El mismo Tribunal de Sentencia III le otorgó la libertad.
Desde que el Tribunal de Sentencia disminuyó la pena hasta que Guzmán salió con medidas sustitutivas ni la Fiscalía ni la acusación impugnaron las decisiones, según expediente.
El 1 de octubre, Guzmán caminaba libre y acudía a una audiencia en el Juzgado I de Instrucción Cautelar, por una denuncia de falsedad material e ideológica interpuesta por Arteaga (padre) contra él, su abogada, Rocío Peñaranda, y una asistente de la jurista, por haber presentado un documento falso de certificado de trabajo. En la audiencia, Arteaga interrumpió a la fiscal para denunciar que Guzmán le hizo un gesto obsceno.
Al salir, Guzmán y Peñaranda iban a tomar un café en su oficina con otros abogados. A una cuadra de la Corte de Justicia, los alcanzó Arteaga, justo cuando pasaban como en fila india por una acera estrecha en la calle San Martín casi Bolívar.
Se oyó el primer disparo contra Guzmán y luego otros dos. Herido con tres disparos en la espalda, se dio la vuelta y gritó: “¡No dispare, no dispare!”. Pero Arteaga prosiguió con los disparos contra las rodillas, genitales y el corazón, contó un testigo que estaba cerca. El noveno disparo dio en el libro que llevaba Peñaranda y que fue entregado ayer a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).
¿Y qué fue de Valeria?
Valeria Daza, novia de Jorge Guzmán y hermana de una ex enamorada de Alex Arteaga, fue excluida del proceso por la fiscal Lilian Ferrufino, al inicio del proceso con el argumento de que no había suficientes elementos para implicarla. Después se fue a Estados Unidos.
Sus asesores explicaron entonces que la fiscal dictó su sobreseimiento porque no podían acusar a las cinco personas que iban en el vehículo de donde Guzmán disparó contra Arteaga el 9 de marzo de 2007. El segundo fiscal que conoció el proceso, Hernán Soria, tampoco la incluyó a pesar de que varios testigos mencionaron que ella redujo la velocidad del vehículo cuando Arteaga entraba a su oficina en la calle España la fatídica tarde.
Fue la primera en ser capturada por la Felcc y convocada junto con su hermana a declarar. Ambas fueron apartadas del caso y salieron del país. La Fiscalía tampoco consideró que Valeria Daza pudo haberse deshecho de pruebas del crimen al ingresar al cuarto de su novio,
POSTERGAN LA AUDIENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES
Presentan imputación por homicidio
Aunque la audiencia de medidas cautelares de Jorge Arteaga está pendiente por su delicado estado de salud la Fiscalía presentó la imputación por homicidio, previsto en el artículo 251 del Código Penal, que explica que “el que matare a otro será sancionado con presidio de cinco a 20 años”. Sobre el asesinato el mismo código en 252 dice: “Será sancionado con la pena de presidio de 30 años sin derecho a indulto…”.
La audiencia cautelar que definirá si Arteaga es detenido o recibe una medida sustitutiva debía realizarse ayer, pero fue postergada por el quebrantado estado de salud del imputado, que el jueves por la noche sufrió una crisis, ya que desde hace dos años es hipertenso, informó el médico que lo atiende en el Viedma, Cupertino Zurita.
La audiencia cautelar se puede prolongar hasta por un mes, dependiendo de la salud, según un entendido en la materia consultado por este medio; sin embargo, su condición es detenido preventivo, porque está escoltado por dos policías en el hospital.
Su defensa anunció que debe ser tratado como un caso humano más que jurídico y anticipó que presentará un peritaje psiquiátrico. Mientras, la acusación señaló que hace una semana Guzmán denunció en la Fiscalía a Arteaga por hostigamiento. Lo mismo hizo la abogada Rocío Peñaranda, debido a que ambos eran amenazados con miradas por el detenido.
Arteaga recibió flores en el hospital y mensajes de apoyo, pero también amenazas de muerte por parte de anónimos.
Apoyo general
Prácticamente, el 95 por ciento de opiniones depositadas en la página web de Los Tiempos expresaron su apoyo a Jorge Arteaga.
“Haría lo mismo si un hijo mío me fuese arrebatado”, dice Eduardo González. “Reciba mi apoyo por la justicia personal que logró para su hijo… porque ante una «justicia » corrupta no hay otra manera de actuar”, acota Carlos Pérez.
“Este hecho de sangre es el resultado de la inoperancia de los traficantes de la justicia”, añade Kantuta Paz. “La culpa recae sobre la maldita justicia con la que tenemos que convivir todos los bolivianos”, dice Álvaro S.
La voz discordante, con algunos apoyos, fue de Felipe O, que cuestiona: “O sea, ahora está permitido matar. El asesinato de otro ser humano no es justificado” o VA: “Ninguna muerte justifica otra muerte”.
Aristas de un caso con sabor a injusticia
COLAPSOS
El sistema judicial colapsa. Jorge Guzmán es uno de tantos que se favorecen con la retardación de justicia, refieren personas ligadas al caso. Entre los litigantes hay la certeza de que el sistema procesal está colapsando por la recarga de procesos en tribunales y la suspensión permanente de juicios al punto de que ya hay juicios programados hasta junio de 2010.
Agregan que el caso Jorge Guzmán es una prueba de que la suspensión de los juicios genera un cuello de botella.
PROCESOS
Después de lo ocurrido, la Corte Superior de Justicia anunció que el martes podría realizar una reunión de sala plena, para pronunciarse sobre el caso de Jorge Guzmán, que salió luego de 27 meses de reclusión, informaron fuentes extraoficiales.
También es probable que el Consejo de la Judicatura procese de oficio a los jueces que dieron libertad condicional a Guzmán (Mario Murillo y Sonia Zambrana), para que expliquen las condiciones en las que otorgaron la libertad.
“PRESUNTO”
Los Tiempos presentó en la nota de ayer a Jorge Guzmán como presunto asesino de Álex Arteaga, en el entendido que, de acuerdo a preceptos constitucionales, nadie puede ser sindicado de algún delito mientras no tenga una sentencia ejecutoriada.
Jorge Guzmán fue sentenciado en primera instancia a 18 años de cárcel, y después se le rebajó la pena a 10, pero no hubo sentencia ejecutoriada. Guzmán buscaba, justamente salir libre aprovechando la retardación de justicia.
La Fiscalía imputará por asesinato al coronel jubilado Jorge Arteaga
El sindicado permanece en el Hospital Viedma y esta tarde se celebrará la audiencia de medidas cautelares.
OPINIÓN
El fiscal Edmundo Guzmán anunció que imputará por el delito de asesinato al coronel jubilado Jorge Arteaga Maldonado, el padre de familia que mató a Jorge Guzmán Carvallo, asesino de su hijo, cuando salían de una audiencia en el Juzgado. El sindicado permanece internado en el Hospital Viedma y se acogió a su derecho al silencio, cuando el fiscal acudió al nosocomio para tomarle sus declaraciones.
El abogado de Arteaga, Luis Butikoffer, dijo que la defensa cree que existen suficientes elementos para acusar a su cliente por homicidio en emoción violenta y no por asesinato, pues Jorge Arteaga estaba fuera de sus cabales y muy enojado cuando cometió el crimen.
El jueves 1º de octubre, a las 17:00 horas, al salir de una audiencia, Jorge Guzmán le hizo un gesto obsceno con el dedo medio de la mano a Jorge Arteaga y éste lo persiguió hasta la avenida San Martín casi Bolívar, donde lo acribilló con 8 tiros de un arma calibre 9 milímetros. Guzmán fue auxiliado por médicos del policlínico de la Caja Petrolera de Salud, que le hicieron masajes cardíacos y le dieron respiración boca a boca, pero la hemorragia era imparable y falleció en el Hospital Viedma.
El hecho de sangre ocurrió a siete cuadras y media de la calle España y México, donde el 9 de marzo de 2007, el abogado Álex Arteaga recibió un tiro en el ojo, que salió del arma de fuego de Jorge Guzmán, un estudiante de Mecánica Dental que viajaba dentro de un vehículo, junto a su enamorada Valeria Daza y tres amigos. Álex Arteaga sufrió una muerte cerebral y a los 7 días, su corazón también dejó de latir.
El abogado Luis Butikoffer habló de su defendido y de cómo las frustraciones de Jorge Arteaga se fueron acumulando en su vida, al enfrentar todas las debilidades y chicanerías que el Código de Procedimiento Penal permite actualmente.
“He podido hablar con él, pero muy poco. El coronel apenas podía hilvanar frases, estaba en shock emocional, son dos años del peregrinar de un hombre que sólo buscaba justicia y que hasta estudió Derecho para poder entender el mundo legal”, sostuvo el abogado.
Butikoffer dijo que buscará la calificación del delito de homicidio por emoción violenta, que tiene una sanción de 1 a 6 años de cárcel. “El que matare a otro, en estado de emoción violenta excusable o impulsado por móviles honorables, será sancionado con reclusión de uno a seis años”.
En tanto, los familiares de Jorge Guzmán dijeron que Jorge Arteaga es un asesino porque él mató a sangre fría. “Que Dios se apiade de él, nosotros pedimos justicia, que entre a la cárcel por 30 años”, indicó uno de los allegados.
La audiencia que se celebró el jueves en el Juzgado, estaba relacionada con una querella presentada por el coronel Jorge Arteaga contra Jorge Guzmán y su abogada Rocío Peñaranda, porque estos últimos presentaron un certificado falso de trabajo, para que Guzmán pudiera salir en libertad.
Guzmán y Peñaranda objetaron el 1º de octubre la querella de Arteaga, argumentando que el certificado falso no fue tomado en cuenta por el juzgado cautelar y que el estudiante de Mecánica Dental salió en libertad por otros motivos, ajenos al certificado falso. El juzgado cautelar les dio la razón y la querella de Arteaga fue rechazada.
Según Butikoffer, consta en el acta de la audiencia del jueves, que Guzmán hacía gestos y se reía de Arteaga, por lo que una fiscal tuvo que protestar y pedir su compostura.
La Justicia decepciona a un padre y lo lleva a asesinar
Jorge Arteaga Maldonado mató el jueves a balazos a Jorge Guzmán Carvalho, el asesino confeso de su hijo Álex Arteaga. Ahora permanece internado en el hospital Viedma de Cochabamba aquejado de hipertensión.
CON LA SALUD RESQUEBRAJADA • Jorge Arteaga Maldonado junto a su familia, en la habitación 361 del Hospital Viedma, donde es atendido por un cuadro de hipertensión.
La Razón
Jorge Arteaga Maldonado, coronel en retiro, esperó dos años y medio para que la justicia castigara al asesino confeso de su hijo Álex Arteaga Cárdenas. El jueves decidió no aguardar más y mató con ocho tiros a Jorge Abel Guzmán Carvalho (28), minutos después de salir de los tribunales de Cochabamba.
Guzmán Carvalho tenía sentencia sin ejecutoriar por homicidio. Su defensa había presentado una serie de recursos y el caso prescribiría en cinco meses. Desde hace cuatro que había salido de la cárcel tras pasar dos años sin sentencia ejecutoriada.
“Realmente la justicia es la que tiene la culpa, porque si hubiera salido la sentencia ejecutoriada tal vez nada de esto hubiera pasado”, dijo la esposa de Arteaga Maldonado, Carmen Cárdenas.
El militar en retiro de 56 años permaneció ayer en la habitación 361 del hospital Viedma. Sufre de hipertensión arterial y, según su abogado Luis Butikofer, no recuerda bien lo sucedido.
“Él está emocionalmente afectado, no recuerda mucho lo que sucedió. Dice que el señor éste (Jorge Guzmán) se le reía, le hacía gestos, se burlaba y eso desencadenó los hechos en base a una emoción violenta”, manifestó Butikofer, quien agregó que su cliente tomó la decisión frustrado por los constantes fracasos procesales iniciados en marzo del 2007 cuando su hijo fue asesinado. Todo ocurrió el 9 de marzo del 2007 a las 17.30, Álex, abogado de profesión y único hijo varón del matrimonio Arteaga Cárdenas, salía de su oficina de la calle España, entre la México y la Mayor Rocha, cuando fue interceptado por una vagoneta manejada por Valeria Daza —hermana de su ex chica—, y en la que también estaban Jorge Guzmán —enamorado de Valeria— y Osvaldo Mejía.
El grupo no había terminado de saludar a Álex cuando Guzmán le disparó en el ojo izquierdo. La vagoneta se fue del lugar y la víctima fue llevada al hospital San Vicente. Tras una semana de agonía, falleció el 16 de marzo.
Los enamorados fueron detenidos el mismo día, pero la joven consiguió la libertad gracias a medidas sustitutivas. En cambio Guzmán Carvalho fue detenido preventivamente en el penal de San Sebastián varones tras haber confesado que disparó al abogado, aunque nunca dio las razones que lo impulsaron a hacerlo.
Debido a que Arteaga no murió en el ataque sino una semana después, la fiscal del caso en marzo del 2007, Lilian Ferrufino, imputó a la pareja por lesión seguida de muerte y no por asesinato.
“Álex Arteaga fue herido, murió una semana después, según la norma ésa es la calificación del delito”, dijo Ferrufino. Sin embargo, el juez no encontró indicios contra Daza, pese a que el Ministerio Público la había acusado de complicidad, explicó la fiscal.
La muerte llevó a Ferrufino a intentar cambiar la acusación a tentativo de homicidio, delito mayor que lesión seguida de muerte; sin embargo, el Juzgado Séptimo Cautelar rechazó la solicitud.
Jorge Arteaga denunció que se cambió la calificación del delito y que no se realizaron las acciones necesarias para recluir a los culpables por el delito de asesinato.
“Él reclamó porque Daza fue liberada y según él ella había planificado la muerte de su hijo”, dijo la fiscal. Posteriormente, Ferrufino se excusó de atender el caso.
El fiscal Hernán Soria fue designado para seguir con las investigaciones e imputó a Guzmán por tentativa de homicidio y pidió el sobreseimiento de las acusaciones contra Daza. “No se encontraron pruebas para inculparla, yo la acusé por complicidad, pero Soria la sobreseyó”, recordó Ferrufino.
El juicio contra Guzmán se inició el 12 de marzo del 2008 en el Juzgado de Sentencia Tres. “Las acciones dilatorias y maliciosas de la defensa lograron que el juicio oral, normalmente realizado en cinco o seis días, sea ventilado en más de 40 días”, explicó Butikofer.
En diciembre del 2008 se dictó la sentencia que dispuso 18 años de reclusión en el penal de El Abra, pero la defensa apeló. Se confirmó la sentencia, pero se redujo el castigo a 10 años.
La familia Arteaga y la defensa de Guzmán apelaron. “Han habido recursos de dilación, de apelación, casación, en este momento el expediente se encuentra en la Corte Suprema”, dijo Butikofer.
“Si en 24 meses, la persona, el imputado, no tiene sentencia ejecutoriada, pues se le otorga libertad”, recordó Butikofer.
De esa manera, hace cuatro meses que el asesino confeso paseaba por las calles. El jueves por la tarde las partes se vieron nuevamente las caras en los juzgados cuando se ventiló un proceso que Arteaga le seguía a Guzmán por falsedad ideológica y uso de instrumento falsificado. Tras la audiencia, a pocos pasos de la Corte de Distrito Judicial, Arteaga disparó contra Guzmán. Según los testigos, el joven levantó la mano y le mostró el dedo del medio, se sonrió y se fue caminando. El ex militar lo siguió y cerca de las 17.15, en inmediaciones de la avenida San Martín, entre Bolívar y Heroína, le disparó ocho tiros.
“La justicia es la que tiene la culpa, si hubiera salido la sentencia ejecutoriada nada de esto hubiera pasado”.
Carmen Cárdenas, esposa de Jorge Arteaga Maldonado.
Los involucrados
Jorge Guzmán Carvalho
Era el chico de Valeria Daza. El 9 de marzo del 2007 disparó contra Álex Arteaga bajo los efectos del alcohol y drogas. Fue sentenciado a 10 años de prisión por tentativa de homicidio. Murió el jueves luego que fue baleado por Jorge Arteaga.
Valeria Daza Salvatierra
Conducía el vehículo desde el cual disparó Guzmán. El 12 de marzo del 2008 fue sobreseída por el fiscal Hernán Soria. Ella argumentó que no vio ni escuchó el disparo a pesar de estar sentada al lado del agresor.
Álex Arteaga Cárdenas
Abogado, murió el 12 de marzo del 2007 a consecuencia de un impacto de bala en el ojo izquierdo. Fue baleado a pocos pasos de su bufete. Era el único hijo varón de la familia Arteaga Cárdenas.
Jorge Arteaga Maldonado
Padre de Álex, militar en servicio pasivo, según sus allegados la muerte de su único hijo lo afectó emocionalmente. Su salud decayó a medida de que no se concretaba el castigo para el asesino confeso de su hijo.
Editorial del periódico OPINION de Cochabamba:
El drama de dos familias, la justicia y las decisiones que toman los jueces
La justicia nacional tiene fallas, y a la par de exigir a los jueces apostolado en su misión, hay que cambiar las estructuras, modificar códigos y procedimientos que respondan al bien común. Como se ha dicho, las decisiones del juez, transforman y cambian la vida de las personas, mucho más que las revoluciones sangrientas.
Lo que ha ocurrido la tarde del jueves, luego de una audiencia de objeción de querella en la Corte Departamental de Justicia de Cochabamba, es uno de los episodios de un drama que involucra a dos familias, con todos los ribetes de dolor, desesperación y venganza.
Un padre de familia, destrozado desde el momento mismo en que su hijo fue victimado, hace algo más de dos años, por otro joven, es el inicio de esta tragedia, donde concurren elementos que dejan al descubierto las falencias de la justicia boliviana y de sus procedimientos que, como en muchas oportunidades, no garantizan el desarrollo de procesos judiciales que otorguen garantías en plazos y actuaciones, a las partes inmersas en un litigio.
Revisando brevemente la historia de este caso, el padre del joven abogado, sufrió no sólo la muerte del hijo, sino frustraciones en el proceso penal, desde el momento en que una fiscal cambió la tipificación del delito de asesinato, por el de lesiones graves seguidas de muerte, algo que fue objetado, porque no se trató de una reyerta callejera, la libertad de los cómplices del homicida, los intentos de la libertad del mismo con medidas sustitutivas, los incidentes procesales y finalmente la sentencia a 18 años de cárcel; aunque el caso no terminó ahí, pues la ley establece que si una persona permanece detenida por más de dos años sin sentencia ejecutoriada puede tramitar su libertad.
El epílogo se dio el jueves, cuando el Juzgado encontró razonable la objeción de querella interpuesta por el victimario del joven abogado, cuyo padre no pudo aguantar la decisión ni las burlas del primero, y lo acribilló a balazos.
¿Puede una persona reaccionar matando a otra, cuando no encuentra justicia? Esa es la pregunta que mucha gente se formula, y encuentra respuestas, algunas, que justifican, apuntando a la ineficiencia de la justicia, y otras sospechando de los jueces, desde su venalidad, hasta su falta de capacidad.
Desde luego que nadie puede justificar ni admitir que las personas, incluso en el extremo de su desesperación, hagan justicia por sus propios medios. Quien lo hace se pone en el mismo nivel de quien ha cometido el delito.
En este caso, como en otros, cabe reflexionar, sin embargo, sobre el papel de la justicia. Administrar justicia es una de las funciones más nobles y esenciales del Estado y no se trata de un hecho mecánico sino un grado de evolución del ser humano, porque sin el concepto de justicia las relaciones humanas estarían sometidas a la fuerza, a la violencia, y a la barbarie. Los jueces deben entender que su misión social está relacionada con la protección de la vida, el honor y los bienes de las personas.
La justicia nacional tiene fallas, y a la par de exigir a los jueces apostolado en su misión, hay que cambiar las estructuras orgánicas, modificar códigos y procedimientos que respondan al bien común. Como se ha dicho, las decisiones del juez, transforman y cambian la vida de las personas, mucho más que las revoluciones sangrientas.