Debate. Los dos empresarios estuvieron anoche en el programa Usted Elige Día-V. Ambos coinciden en que debe haber un sistema económico mixto, con una fuerte lucha contra la desigualdad social
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Pablo Ortiz | [email protected] – El Deber
Los empresarios Salvador Ric y Humberto Roca estuvieron anoche en el programa Usted Elige Día-V, una coproducción entre el Diario Mayor EL DEBER, el Grupo Líder y la Red UNO, para hablar sobre la economía del país, de cara a las elecciones. Los empresarios, dos de los más exitosos del país, ofrecieron visiones distintas sobre qué debería hacer el ganador de las elecciones en este ámbito. Para Roca, presidente de AeroSur, el único modelo económico que ha funcionado en Bolivia es el cruceño y éste debería ser llevado a todo el país, corrigiendo sus problemas de falta de igualdad social. Para Ric, el sistema cruceño se colapsó y será socialmente explosivo si no se lo corrige, por la falta de redistribución de la riqueza.
Ric abrió el debate y señaló que la economía boliviana marcha bien, que incluso el BM y el FMI indican que el país crecerá alrededor del 4% en un año en el que la economía mundial se hundió.
Roca coincidió con él y aseguró que nunca la economía boliviana estuvo mejor, por todas las buenas coyunturas que se han sumado tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, por lo que planteó aprovechar el momento actual y criticó el hecho que no exista un marco claro para que los empresarios puedan invertir en el país.
Ambos señalaron que se necesita un modelo de economía mixta, con un Estado fuerte que invierta en sectores estratégicos y que ésa será la única forma de sacar a Bolivia del penúltimo lugar de América Latina en pobreza (sólo está mejor que Haití).
En lo que no se pusieron de acuerdo y centró buena parte del debate, conducido por Cecilia Bellido y John Arandia, es en qué significa sectores estratégicos. Para Ric, ex ministro de Obras Públicas, actual embajador de Bolivia en Uruguay y dueño de la cadena de supermercados Híper Plaza y empresario de la construcción, el Estado debe participar entre un 25 y un 30% de la generación del Producto Interno Bruto nacional. Roca, por su parte, cuestionó que el Gobierno haya incursionado en sectores de la economía donde hay una fuerte inversión privada. Ric le replicó que no debería introducir asuntos personales al debate, como es el conflicto entre AeroSur y el Ejecutivo por la irrupción del BoA en el mercado de transporte aéreo. Roca respondió que lo que él quiere saber es cuáles son las reglas y qué seguridad jurídica tiene para invertir en el país.
Ambos coincidieron en que los empresarios deberían diferenciar entre empresa y política y que deben reunirse con el Gobierno, aunque de manera matizada. Para Roca, lo deberían hacer de manera abierta y con una agenda pública, mientras que Ric incluyó la variable obrero en la ecuación. Cree que los tiempos en los que el Gobierno sólo se reunía con empresarios ya murieron.
Todo eso derivó en el modelo económico. Para Ric, la vía redistributiva, a través de bonos y microempresas tomada por el Gobierno es la correcta; mientras que Roca aboga para que el Estado haga su parte, pero deje a las empresas, de cualquier tamaño, hacer la suya, otorgando un marco regulatorio adecuado y de largo plazo.
Desde el Set
Rivales sólo en el debate
Humberto Roca y Salvador Ric se dieron un fuerte abrazo al concluir el debate televisivo. A ambos los une una antigua amistad que alcanza incluso para que se hagan bromas personales. Los dos quedaron conformes con lo dicho y coincidieron en que esto puede servir de orientación para los candidatos. Tanto el socio de AeroSur como el dueño de Autosud llegaron una hora antes de salir al vivo desde EL DEBER.
Con apoyos muy distintos
Salvador Ric arribó al salón Pedro y Rosa, de EL DEBER, que sirve como set para Usted Elige Día-V, acompañado de su hermano Juan José, que estuvo pendiente de cada detalle de la participación del ex ministro. Humberto Roca, por su parte, fue acompañado por un amigo cercano y por su asesor de medios, Dardo Flores. Los acompañantes vivieron el debate con nervios propios de un clásico de fútbol.