Auge y caída del «banquero bolivariano»

El caso del misterioso empresario Ricardo Fernández Barrueco estremece la política y la economía venezolana.image «Banco Canarias, uno de los bancos que será liquidado en Venezuela.»Por estos días, las instalaciones de la policía política (Disip) en Caracas albergan una «carga» que viene lanzando ondas de choque entre sectores políticos y económicos, desde que el pasado 20 de noviembre el gobierno decretara la intervención de cuatro bancos relativamente modestos.Se trata del empresario Ricardo Fernández Barrueco, accionista principal en todas esas entidades, y a quien se acusa de cometer un cúmulo de irregularidades que van desde los autopréstamos, hasta no explicar cómo obtuvo el dinero para comprarlas.Hasta hace poco un secreto bien guardado -la única fotografía conocida de él es la que aparece en su cédula de identidad-, el banquero es ahora el objeto de incontables artículos que día tras día revelan detalles de su persona, sus supuestos negocios y su ascenso al club de los empresarios conectados con el gobierno por grandes contratos, en lo que aquí algunos llaman la «boliburguesía».Lea: Boliburguesía: los hijos ricos de la revoluciónPrecisamente, el escándalo tiene que ver con la presunta red de relaciones de poder que habrían permitido que cometiera estas irregularidades y que, de confirmarse con pruebas, amenazarían con exponer un vasto entramado de corrupción hasta lo más alto del gobierno del presidente Hugo Chávez.DatosEstos son los datos incontrovertibles acerca su persona: tiene 44 años, nació en Caracas y es de padres españoles. Lo demás se pierde mayormente entre unos pocos documentos sueltos y una montaña de especulaciones.»Es uno de esos personajes siniestros que en el ejercicio de este gobierno, asociado con el hermano del presidente Hugo Chávez (Adán Chávez, actualmente gobernador de su natal estado Barinas, en los llanos del occidente venezolano) ha amasado una de las más grandes fortunas vistas aquí en Venezuela», le dice a BBC Mundo el diputado opositor Ismael García.García denunció recientemente ante la Asamblea Nacional que el cierre de los bancos y la «caída» de Fernández Barrueco se debió a una lucha de poderes dentro del llamado «chavismo».»Es un gran empresario, un hombre de mucho dinero. Una persona muy positiva, un hombre que trabaja muchísimo como buen hijo de isleño y que ha sido muy exitoso en todo sus negocios. Excepto en el caso de lo bancos». Asi lo describe su abogado, el doctor Reinaldo Gadea Pérez, también en conversación con BBC Mundo.Primera pregunta clave: de cuánto dinero estamos hablando. La única información sobre papel proviene de un balance auditado por una compañía asociada a KPMG en 2005. Según este documento, poseía entonces 41 empresas en los sectores de agricultura, pesca, servicios y transporte marítimo, entre otros, para una fortuna de US$1.600 millones.El monto lo confirma su abogado. ¿Y cuánto posee ahora? «Ah, tú ves, eso no te lo puedo decir», es la respuesta del asesor legal.Sin embargo es un hecho público que, antes de que fuera detenido, Fernández Barrueco había cerrado un trato para adquirir una importante empresa de telefonía celular, Digitel, por un monto de entre US$800 millones y US$1.100 millones. Para lo cual se requiere de una billetera gruesa.Cuándo y cómoSegunda pregunta clave: cuándo y cómo hizo esta fortuna. Aquí comienzan las discrepancias.»Hace siete años lo único que tenía era un estacionamiento arrendado en el hotel Hilton (ahora hotel Alba Caracas, en el centro de la capital) y un gimnasio. Ahora tiene dos barcos atuneros, dos procesadoras de gasoil, fincas en los estados Apure, Barinas y Guárico, es dueño de cuatro bancos. Ese señor sin haberse ganado el Lotto Miami por lo menos cuatro veces se hizo con todo ese capital», señala Ismael García.Siete años atrás ocurrió el «paro petrolero», al que se sumaron empresarios y sindicatos, para presionar por la renuncia de Chávez. El paro colocó al país en una situación muy comprometida.Fernández Barrueco y otros emprendedores ayudaron al gobierno a capear el temporal con aportes de recursos e infraestructura, por ejemplo en la distribución de alimentos.»En la época del paro, tenía la flota de transporte más grande de Venezuela. No se paralizó y siguió haciendo lo que tenía que hacer (…) Yo no le digo que no haya hecho dinero después de eso, pero su fortuna la hizo antes del paro», asegura Gadea Pérez.También es un hecho público que en 2006 ganó una licitación para proveer harina de maíz a la red del gobierno para la venta de alimentos a bajo costo, conocida como Mercal. Desde entonces ha ampliado sus negocios en este sector, al punto de que algunos detractores lo llaman el «zar de Mercal».»No sé si es el principal distribuidor de Mercal, pero es uno de los principales», señala su abogado, al ser consultado sobre este punto por BBC Mundo.«Caído»La tercera pregunta clave es la que parece de más difícil resolución: ¿cómo un hombre aparentemente tan bien conectado termina preso en los calabozos de la Disip?image «Alí Rodríguez, ministro de Finanzas de Venezuela»La respuesta más evidente estaría en las explicaciones del ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, sobre los desmanes cometidos en los bancos intervenidos. El gobierno, aseguró Rodríguez, moverá cielo y tierra para hallar a los responsables y aplicarles todo el peso de la ley.Pero algunos elementos llaman la atención de observadores y dan pie a las especulaciones más allá de lo aparente. Por ejemplo, por qué las autoridades tardaron meses en actuar (ya que la compra de los bancos por parte de Fernández Barrueco ocurrió en 2008) y cómo se explica que organismos públicos tuvieran depositados en estos pequeños bancos fuertes sumas de dinero.En el oficialismo el «misterio» del caso del «banquero bolivariano» no se niega ni se afirma, pero se insinúa. El propio presidente Hugo Chávez dijo recientemente que había algunas personas que se decían revolucionarias, pero sólo buscaban hacer negocios (con la revolución).En una entrevista con un diario local, el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, Carlos Escarrá, indicó que, como Fernández Barrueco, «mucha gente se ha enriquecido porque estamos en un estado de transición, donde no atacamos ni a la propiedad ni a la inversión privadas».Según Escarrá, el empresario habría traspasado una «raya amarilla», como la que marca distancia de los trenes en las plataformas de espera del Metro, marcada por «leyes y valores éticos».Otros, como el diputado García, creen que el asunto es más complejo: según él, el banquero fue el costo de una compleja lucha entre feudos dentro del PSUV, en medio de un proceso de «depuración» y reacomodos que estaría teniendo lugar dentro de esa organización.»Yo no creo que eso», afirma el abogado defensor. «Lo que creo es que hubo unos inconvenientes con el superintendente de bancos y algunos problemas que fueron surgiendo. Temas como aumento de capital y cuando se convoca la asamblea la superintendencia no autoriza, en fin, complicado de explicar»»Creo que hubo un mal manejo de parte y parte, tanto de la superintendecia como de los bancos, que debió manejarse en otras instancias que no eran los tribunales», añade.Algunos piensan que estas tres tesis no son excluyentes. Todos coinciden en que pasará algún tiempo antes de que las aguas turbias dejen ver qué hay en el fondo del pozo. Si es que eso es posible.BBC Mundo


Boliburguesía: nueva clase venezolana

Poco se usa el término en público, pero nadie niega la existencia de los hijos ricos de la revolución bolivariana.image «Centro comercial en Caracas»El término se acuñó hace algunos años y «pegó» en la prensa y entre la gente común: se entiende por «boliburguesía» a una nueva clase social pudiente, compuesta por personas que se han enriquecido durante el gobierno «bolivariano» de Hugo Chávez.Aunque algunos no lo emplean directamente, nadie – ni el gobierno mismo – parece negar su existencia. Otra cosa son las explicaciones sobre por qué nació y cuál es su destino, en cuyo caso la posición política del que lo analiza marca la diferencia.Lo que parece claro es que no se trata de un fenómeno nuevo: históricamente, en Venezuela ciertos grupos han aparecido asociados al poder y beneficiándose de éste. Según unos y otros, la boliburguesía vino a tomar el lugar que otros ya habían ocupado en décadas pasadas.En cuanto a quiénes son los miembros de la «boliburguesía», eso entra en el terreno de la denuncia, ya que en muchos casos el factor corrupción tiene un peso determinante en la adquisición del estatus «boliburgués».Recientemente portavoces políticos de oposición expusieron una serie de nombres, de entre los cuales el empresario Ricardo Fernández Barrueco -ahora detenido por irregularidades en cuatro bancos de su propiedad- sería uno más.Son y están«Son una mezcla de políticos y militantes de partidos con empresarios que han empezado a hacer negocios, aupados en esta supuesta revolución», opina desde una perspectiva crítica el profesor de Políticas Públicas del Instituto de Altos Estudios de Administración, IESA, José Manuel Puente.»Son gente que no está comprometida con el proceso político, sino que han visto en él una oportunidad para sacar dinero», señala desde una posición que simpatiza con el llamado «proceso» el politólogo y director de la fundación Observatorio Socioeconómico, Nicmar Evans.El politólogo agrega que hay dos tipos de «boliburgueses»: los empresarios (que tienen medios de producción) y los funcionarios (que ascienden a cuenta de corrupción). A los primeros los califica como poco interesados o sin ningún interés con las políticas públicas. A los segundos los inscribe entre los traidores.»En mi opinión, no hay nada de malo en que un empresario genere riqueza. Lo malo es la influencia sobre el hacedor de políticas públicas», apunta, por su parte, José Manuel Puente.OrígenesEn cuanto al origen de la «boliburguesía», Evans se la atribuye a la «amplitud del proyecto candidatural del presidente Hugo Chávez», que dio cabida a todos en momentos en que no estaba muy clara la dirección económica que su gobierno habría de tomar.image «Banco Canarias»Según este especialista, «al principio se asumía que el proyecto bolivariano tenía como objetivo una transformación política y no económica», de ahí que hubiera una «continuidad en la visión, pero mucho más dependiente del Estado», según añadió.En cambio, en opinión de Puente «se trata de un problema de transparencia, de manejo discrecional de la política pública».»Nunca había habido en Venezuela tanto dinero sin ningún control. No es que los dirigentes de ahora sean cromosómicamente menos puros. Es que se han perdido todos los mecanismos de control», señaló.»Ningún proyecto político es perfecto, pero uno aspira a que si se detecta este tipo de triángulo de corrupción, se lo ataque, y eso no está pasando», añadió.De acuerdo con Evans, la situación de los bancos intervenidos es una demostración de que el Presidente ha «tomado la decisión de depurar paulatinamente» la esfera corrupción asociada a la «boliburguesía».Fuente: bbc.com