El divorcio de los compadres, ¿realidad o ficción?

De tanto criticarlos terminaron pareciéndose a ellos. El MAS y el MSM, hasta hace unos días hermanos carnales, hicieron todo lo posible por distinguirse de lo que denominaban los “partidos tradicionales”. De manera machacona afirmaban que estaban inaugurando una nueva etapa en la vida política del país en la que serían erradicadas las viejas y nocivas prácticas de una “clase política” obsoleta.

image

Se proclamaban artífices de una nueva ética que rompería los moldes de una antigua forma de hacer política pero los hechos están demostrando lo contrario. En realidad están reproduciendo a una escala mayor todas las mañas de esa «clase política» a la que tanto critican.



Como era previsible, una vez que llegó a su término la luna de miel que duró cuatro años ha llegado la hora de sacarse los trapitos al sol y cantarse sus verdades: es el MAS el que está lanzando las primeras andanadas contra su ex aliado.

Evo Morales considera que el MSM está actuando como “sucha” aludiendo a aquel pajarraco carroñero e indica que su ex aliado se estaría nutriendo de la basura (en el MAS hay basura lo dice el Jefazo) que está rebalsando de su partido y llenando sus listas de candidatos con miembros del MAS que no pudieron colmar sus expectativas.

En este punto cabe preguntarse si el MAS está capacitado, moralmente capacitado, para hacer una crítica de este tipo. Evidentemente no lo está y para constatar esto basta con recapitular algunos “enganches” que hizo y no solo en el último tiempo.

Pocos quieren recordar que el actual candidato a la prefectura de Oruro y ex senador por el MAS, Félix Rojas fue militante de Falange Socialista Boliviana, un partido que fue considerado durante mucho tiempo como la expresión de  la derecha recalcitrante.

Se debe recordar también que antes de las elecciones generales de diciembre pasado, el actual senador por el MAS, Isaac Avalos, hizo una envidiable maniobra política al incorporar a ex unionistas y dirigentes de barras bravas a los cuales, tiempo antes, se los había descrito como separatistas y fascistas.

Si hacemos una superficial mirada a las listas de candidatos del MAS podemos observar que en estas se incluyen ex militantes de ADN, el MNR, la UCS, el MIR y otros partidos que han sido anatemizados como tradicionales y neoliberales.

De igual forma se debe tomar en cuenta que el actual ministro de Defensa, Walker San Miguel, quien tiene en su haber su paso por el MNR y la tenaz defensa de la capitalización de las empresas estatales, fue incluido en el gabinete como cuota del Movimiento Sin Miedo (MSM). Pablo Groux, quien ahora hace gala de su indigenismo a ultranza, fue jefe de campaña del MSM en las últimas elecciones municipales y ocupó el cargo de Oficial mayor de Cultura en el municipio paceño. Sin embargo, como corresponde a políticos que tienen una elevada ética, ambos negaron a Juan y ahora se proclaman leales y desinteresados colaboradores de Evo y lo mismo ocurre con el servicial diputado Zabaleta.

Por tanto, el MSM no está haciendo otra cosa que reproducir las prácticas de su ex aliado y trayendo a su lado a los militantes del MAS disconformes porque no les tocó nada en la repartija de peras en el partido gobernante.

Lo que llama la atención es la «humildad» y estoicismo con la que Juan del Granado está soportando las andanadas de su compadre Evo Morales (Juan es padrino de Eva Liz Morales) que le recordó su pasado mirista y su alianza con Gonzalo Sánchez de Lozada. Parece que Juan si tiene miedo y prefiere limitarse a expresar su profunda congoja por los insultos que recibe y afirmar que espera que se trate de una actitud pasajera.

Sabe que el MAS lo tiene en su manos y que con unas cuantas auditorías a su gestión lo podría poner en la disyuntiva de entrar a la cárcel o tomar las de Villadiego como cualquier vulgar opositor.