Caso. El fiscal dice que la mujer cayó en contradicciones. Volverán a citarla. El asesinato de tres extranjeros es investigado por organismos de la policía.
Requisa. El dormitorio del brasileño quedó en completo desorden, dejaron la ropa, pero se llevaron documentos clave
Guider Arancibia Guillén | EL DEBER
El asesinato de tres extranjeros, registrado entre la noche del domingo y la madrugada del lunes pasado, es motivo de una investigación por organismos del orden, pero hasta el momento no existen detenidos ni sospechosos. Los cadáveres del brasileño Carlos Mario Alves Lima (45), del colombiano Edmundo Baquero del Águila (27) y del venezolano Mario Diego Enrique Teves (30) permanecen en la morgue del hospital San Juan de Dios. Pese a haber sido identificados, ninguna persona presentó formalmente la solicitud para retirar los cuerpos, aseguró el responsable del pabellón de autopsia, Daniel Silva.
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Carlos Alves fue victimado con disparos de arma de fuego cerca de la medianoche del domingo 17 en el cuarto anillo y avenida Piraí, cuando circulaba en su vehículo junto a su concubina y tres hijos. Hasta la fecha, la Fiscalía y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen descubrieron que tenía dos nacionalidades, brasileña y también colombiana. En sus documentos tenía la misma foto, era residente desde hace más de dos años en Bolivia y figuraba como comerciante y dueño de una inmobiliaria. Su concubina, Mónica Fernanda Portilla, a través de su abogada, María Jéssica Peñaranda, justificó la doble nacionalidad de su pareja al argumentar que era hijo de padre colombiano y madre brasileña.
Edmundo Baquero del Águila y Mario Diego Enrique Teves, según la Felcc, estaban el domingo en Puerto Suárez, pero a las 15:00 se embarcaron en un bus con destino a Santa Cruz y la madrugada del lunes fueron acribillados a balazos en la avenida Tres Pasos al Frente y octavo anillo. Testigos señalan haber visto a los que dispararon vestidos con uniforme policial y en una camioneta de color negro.
El fiscal Álex Céspedes, junto a policías, allanó la casa del barrio Las Palmas calle Vista Bella 50, donde vivía el brasileño con su concubina y sus tres hijos, y detectó la desaparición de documentos.
Céspedes mantuvo ayer reuniones en la Fiscalía y la Policía. Se conoció que hay datos en torno al triple asesinato, pero que se trata de una investigación riesgosa y que necesita del respaldo unánime de las autoridades para aclararlo.
El fiscal señaló que Portilla fue citada de nuevo a declarar al caer en contradicciones con el testimonio de testigos casuales.
«Tenían chaleco como policías »
Mónica Fernanda Portilla Veles / Concubina del brasileño Carlos Mario Alves Lima
-Soy Mónica Fernanda Portilla Veles, de 35 años, colombiana, comerciante y concubina de Carlos Mario Alves Lima. Tengo tres hijos de 15, 12 y 4 años, dos mujeres y un varón. Vivíamos en Las Palmas, calle Vista Bella 50. En Colombia, en Leticia. A Santa Cruz llegué el 27 de diciembre, en avión, con mis tres hijos.
– Diga a qué vino.
– Vine a ver a mi esposo.
– Haga una relación de los hechos del 17
– Ese día nos levantamos a las 9:00, desayunamos y salimos a almorzar. A las 19:00 salimos con Carlos Mario y mis hijos al Parque Urbano, dejamos a los niños y nos fuimos al casino El Dorado. A las 21:30 recogimos a mis hijos y nos fuimos a mi casa. Por el mercado Abasto se nos atravesó una camioneta, doble cabina, negra, el chofer bajó su vidrio, mostró su placa diciendo que era policía. Vino a pedir documentos y Carlos se bajó a hablar con los policías y regresó. El que decía ser policía se subió con nosotros para que sigamos a la camioneta negra. Nos preguntó si los vidrios de nuestra vagoneta eran blindados. En el cuarto anillo paramos y el hombre se bajó, dijo que iban hablar con el jefe, pero por detrás apareció otro y disparó a matar. Luego escaparon.
– ¿Cómo estaban vestidos?
– Los que decían ser policías tenían cachucha de color negro, chaleco negro con letras FEL de color amarillo. Vi a dos personas que estaban en la camioneta y un tercero salió no sé de dónde, fue el que disparó. Sólo saqué un anillo y lo tengo aquí. No se por qué lo saqué, en ese momento quedé temblando y me fui del lugar por temor a que los hombres volvieran.