El segundo asesinato de Quiroga Santa Cruz


La impostura política llega a límites inauditos. Los dirigentes del MAS no tienen una tradición de lucha por la recuperación de las libertades democráticas porque lo suyo fue la defensa de la coca y en esencia continúa siéndolo y por tanto no dudan en intentar apropiarse de la figura de lideres que si lucharon por la democracia y dieron la vida en defensa de ella.

imageEl líder del Partido Socialista Uno (PS-1), Marcelo Quiroga Santa Cruz, asesinado durante la dictadura de García Meza (foto Abi)

En ese esfuerzo de intentar apropiarse de la imagen de personas que le permitan mostrar una cierta tradición democrática y revolucionaria, los masistas pretenden denominar “Marcelo Quiroga Santa Cruz” a una ley que supuestamente estará dirigida a luchar contra la corrupción y evitar el enriquecimiento ilícito.



Nada más elogiable que una ley anticorrupción lleve el nombre de una persona que como el líder socialista tuvo una conducta intachable en todo sentido y cuyos méritos fueron reconocidos por los propios adversarios.

Sin embargo resulta evidente que la llamada “ley anticorrupción”, que ya viene «casado» con otra ley que otorga poderes a Evo Morales para designar a magistrados y jueces del Poder judicial, no es más que otro instrumento que será utilizado por el gobierno no necesariamente para meter tras las rejas a quienes se enriquecieron antes y ahora a costa del Estado, sino para impedir cualquier intento de articulación de la oposición.

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No pretendemos decir que todos los opositores son santos y que en su pasado solo podemos encontrar virtudes pero dicha ley encierra el peligro evidente de que ante la sola sindicación, toda la estructura gubernamental se volcaría en contra del eventual sospechoso (opositor) como una forma de escarmiento bajo el pretexto de luchar contra la corrupción.

Esta clara intención represiva, precedida por varias acciones de persecución político-judicial a dirigentes de la oposición, ha sido percibida por la familia del desaparecido luchador por la democracia, quienes han enviado una nota al gobierno pidiendo el cambio de denominación de la ley por cuanto consideran una afrenta para la memoria de Marcelo que una norma que podrá ser utilizada para la venganza sin el menor respeto por los derechos humanos, lleve su nombre.

Como ya se le ha hecho costumbre, el vicepresidente Alvaro García ha reaccionado con la arrogancia de la que hace gala cuando no tiene otros argumentos. Poco menos dijo que la ley se llamaría así y que la familia Quiroga Santa Cruz no tocaba pito en el asunto.

Se trata de un manoseo político de la memoria del líder socialista y un insulto inaceptable contra una familia que hasta pasa por el dolor de no saber donde se encuentran los restos de Marcelo, y que no está demás decirlo, el gobierno no ha hecho gran cosa para encontrarlos, a parte de los demagógicos discursos.

La dictadura de Luis García Meza asesinó a Marcelo Quiroga Santa Cruz porque creyó, ingenuamente, que con ello acallaría su voz. Ahora, un gobierno que ha surgido de las urnas pero cuyos métodos e intenciones son también autoritarios y antidemocráticos, pretende apropiarse de su memoria para aplicar leyes hechas a su medida. Con ello se quiere asesinar a Marcelo por segunda vez.