Una definición necesaria

Lo que hace falta de parte del Gobierno es una definición más precisa el socialismo que propugna, en una clara declaración de principios.

laPrensa Editorial La Prensa

Tras las ceremonias de reasunción del mando por el presidente Evo Morales, tanto él como el vicepresidente Álvaro García Linera han dicho que el país deberá encaminarse hacia el socialismo.



Este propósito no había sido mencionado durante la campaña electoral y fue motivo de algunas aclaraciones, tanto del vocero de la Presidencia como de otros funcionarios familiarizados con temas ideológicos.

Las aclaraciones hechas después de los anuncios del Presidente y del Vicepresidente dicen que el socialismo al que se propende en el país será diferente pues, para comenzar, reconocerá la vigencia de la propiedad privada.

Durante la campaña electoral se había repetido que el Gobierno del presidente Morales se propone respetar la propiedad privada, como dice la Constitución, precisando que la propiedad será respetada siempre y cuando cumpla una función social.

Se trata de detalles que seguramente se irán ajustando con los días en este debate sobre el sistema de Gobierno que deberá existir en el país. Pero es bien importante que el Gobierno mire con cuidado a los potenciales inversionistas que se propone atraer, según lo han dicho el Presidente y sus colaboradores, y produzca precisiones claras sobre el tipo de socialismo que proponen.

Los inversionistas extranjeros han demostrado que pueden vivir sin invertir en Bolivia. Incluso que pueden aumentar o reducir la intensidad de sus inversiones según cambien las tendencias dominantes en el país. Es probable que, además de garantías respeto de la propiedad privada, los inversionistas extranjeros necesiten otro tipo de seguridades antes de decidirse a traer sus capitales. La China Popular es socialista también, pero para atraer capitales extranjeros tiene no sólo su mercado interno de 1.300 millones de habitantes, sino definiciones referidas a sus derechos en cuanto al destino de sus utilidades, entre otros aspectos.

Lo que está haciendo falta de parte del Gobierno nacional es una definición más precisa sobre los alcances del socialismo, una definición que no esté contenida en declaraciones o anuncios de funcionarios, sino en una clara y precisa declaración de principios.

Cuando se haya hecho esa declaración, los inversionistas extranjeros sabrán a qué atenerse en el caso de que estén pensando en invertir en Bolivia. Se ha dicho que en el país convivirán empresas estatales, privadas, comunitarias, cooperativas y familiares.

Pero también se ha dicho que el Estado deberá tener una participación mayoritaria en el sector de los hidrocarburos, donde las petroleras sólo pueden aspirar a hacer de prestadoras de servicios. Esto ha desanimado a las empresas, como se puede observar por el flujo de sus inversiones.

En suma, si el Gobierno desea atraer inversiones extranjeras para poner en movimiento las potencialidades económicas del país, será bueno que aclare sobre la manera como se traducirá en la economía los principios del socialismo que postula el Gobierno. Es un tema mirado con ansiedad por los bolivianos y con curiosidad por los extranjeros.