El mano a mano del presidente chileno, Sebastián Piñera, y Clarín. "Tenemos que aprender a tener buenas relaciones incluso con países cuyos gobiernos tienen pensamientos distintos".
Entrevista a Sebastián Piñera, presidente de Chile en la Embajada de Chile en Buenos Aires. (José Mateos)
CLARIN
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Por: Hinde Pomeraniec
En su charla con Clarín, el mandatario chileno habló, entre otras cosas, sobre las críticas que recibió por la conformación de su gabinete, el plan de reconstrucción de su país luego del terremoto y las futuras relaciones con los países de la región.
En su primer viaje al exterior como presidente de Chile, y a pocos días de cumplir el primer y ajetraeado mes en el poder, Sebastián Piñera estuvo poco más de cinco horas en la Argentina, donde se vio con la presidenta Cristina Fernández y luego partió rumbo a Brasil. Poco antes de su encuentro en la Casa Rosada, el presidente de Chile recibió en exclusiva a este diario.
Presidente: ¿dónde estaba en el momento del terremoto y qué fue lo primero que pensó?
Estaba reunido con amigos, íbamos a hacer una excursión a caballo a la Cordillera. Me dí cuenta de inmediato de que esto iba a cambiar la agenda. Lo primero que pensé es dónde había sido el epicentro, porque si era cercano a la costa, el riesgo de maremoto era inminente y habia que evacuar las zonas costeras. Desgraciadamente se cometieron errores que significaron muchas muertes. El terremoto dejó más de 400 muertos, muchos desaparecidos, destrucción o daños de 370 mil viviendas, más de 4.000 escuelas, más de 79 hospitales. Cortó las comunicaciones, destruyó caminos: estimamos las pérdidas en unos 30 mil millones de dólares, algo así como el 17% de nuestro PBI.
¿Hay un plan de reconstrucción?
Fijamos un plan de tres etapas, la primera fue la emergencia inmediata. La segunda etapa es la del invierno, que durará unos 6 meses y es una carrera contra el tiempo y las lluvias, en la que hay que dar techo a las familias que han quedado a la intemperie y conseguir que todos los niños que se quedaron sin escuela, que son 1,200 millones, puedan reiniciar el año escolar. En cuanto a los servicios de salud, recurrimos a hospitales modulares, hospitales de campaña, del Ejército chileno y de ejércitos amigos como el de Argentina, por lo que aprovecho para agradecer el aporte generoso y oportuno que hicieron en este tema. Por último vendrá la etapa de la reconstrucción, que durará al menos cuatro años…
Todo su gobierno… ¿Cómo piensan financiar la reconstrucción?
Calculamos que el terremoto le va a significar al sector público un gasto extraordinario de entre 8 y 10 mil millones de dólares y al sector privado un gasto equivalente. En cuanto al gasto público, queremos financiarlo con muchas fuentes distintas. En pocos días vamos a elevar al Congreso una ley de donación, y vamos a crear el Fondo de la Reconstrucción. Utilizaremos también parte de los ahorros externos acumulados. Las otra fuentes de financiamiento son la deuda pública, una reforma tributaria que permita que los que tienen más posibilidades aporten más y, finalmente, la venta de activos prescindibles del Estado.
¿Quién va a administrar ese Fondo de Reconstrucción?
Va a ser administrado por el gobierno y recibirá aportes del sector privado, en forma transparente y participativa. La única forma de enfrentar con éxito tiempos de adversidad y tragedia es con unidad. Recuerdo que Gandhi cuando luchaba por la independencia de la India decía: "No hay caminos hacia la paz, la paz es el camino", y yo quiero decirles a mis compatriotas: "No hay caminos hacia la unidad, la unidad es el camino".
Los nombramientos de sus ministros le valieron muchas críticas, dicen que se trata de un gabinete de empresarios y que no representa la diversidad cultural chilena…
Nuestro gobierno es un gobierno para todos los chilenos, pero con un compromiso muy especial de alma con los sectores más pobres y la clase media. No es el gobierno de los empresarios, a pesar de que creo que la labor de innovación e inversión de los empresarios y emprendedores es fundamental. Después de más de 20 años de gobiernos de la Concertación, la gente de nuestro sector o estaba en el Parlamento o en el sector privado, no estaban ni de vacaciones ni en la Luna, y como no podíamos recurrir a legisladores porque tienen un mandato constitucional recurrimos a gente con trayectoria en el sector privado. Lo hicimos con tres criterios, uno, de excelencia, el segundo, que tuvieran verdadera vocación de servicio público y el tercero, un compromiso real con nuestro programa de gobierno La inmensa mayoría tuvo que abandonar posiciones con muy buenas compensaciones económicas para asumir el servicio público.
Lo que pasa Presidente es que algunos de los funcionarios son representantes de industrias muy cuestionadas luego del terremoto y porque existe un natural temor por el choques de intereses
En la vida uno siempre enfrenta conflictos de intereses, solamente los muertos y los santos se salvan de esta situación. Lo importante es saber resolverlo bien, y yo le aseguro que todo mi equipo de gobierno tiene un sólo Norte, una sola mision, velar por el bien público. La alternativa era traer gente sin expertise ni trayectoria: yo creo que a los chilenos sólo les importa si el ministro que está a cargo de Educación, Salud o Vivienda sabe y está trabajando para ello. Le puedo asegurar que ni el presidente ni ningún ministro va a dejar de priorizar el bien público sobre el privado y el interés común sobre el interés particular.
¿Qué es lo peor y qué es lo mejor que dejó la Concertación?
La Concertación hizo grandes aportes, contribuyó decisivamente a la recuperación pacífica y ejemplar de nuestra democracia y en las primeras etapas logró mantener el dinamismo de la economía, desgraciadamente eso cambió en 1998, y llevamos 12 años de vacas flacas. La concertación se durmió en sus laureles, se dedicó a vivir de las plantaciones del pasado. Mi gobierno quiere recuperar la temporada de siembra.
¿Cómo va a encarar su gobierno la relación con el resto de la región?
Tenemos que aprender a tener buenas relaciones incluso con países cuyos gobiernos tienen pensamientos distintos. Las relaciones deben ser de Estado, de pueblo y no basadas en coincidencias o divergencias políticas o ideológicas. En América latina uno vislumbra modelos distintos de democracia o desarrollo económico, por ejemplo, un modelo siguen países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua; otro siguen México, Colombia, Brasil, Chile. Cada país es libre de escoger su camino. En esto los franceses son muy sabios cuando dicen "Viva la diferencia". Chile cree en la democracia, con la alternancia en el poder, partidos políticos fuertes, libertad de expresión, separación de poderes, economía social de mercado, integracion al mundo. Mi país cree en una sociedad con mayor igualdad de oportunidades y justicia social. Mi gobierno va a seguir fortaleciendo esos valores.