En La Paz se vende éxtasis trucho hecho con cócteles de fármacos

Riesgo. La mezcla puede desequilibrar muchas funciones del organismo humano. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico está al tanto de la situación.

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La Razón. Juan Eduardo Araos – La Paz.

Tiene 30 años y hace 12 consumió éxtasis europeo. Aún se entusiasma por la experiencia, pero cambia al recordar cuando volvió a comprar la droga y fue engañado. En vez de éxtasis le vendieron pastillas preparadas con un cóctel de fármacos.



“Cuando probé el éxtasis de Europa me sentí bien, muy sensorial, sentía que todos los colores eran alucinantes y la música la sentía en mi piel, pero tiempo después me tiré como 50 dólares en cuatro pastillas que luego de tomarlas con agua me dejaron mal, me hicieron abrir más los ojos y me cagaron la noche. Mis amigos me dijeron que lo que le estaba poniendo era una mierda”.

Luego supo que había consumido comprimidos de clorhidrato de cocaína mezclados con fármacos y otras sustancias. Una bomba tan o más nociva que la droga de diseño.

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) está al tanto de la situación. El director nacional, coronel Félix Molina, reconoce que se han decomisado pastillas presuntamente de éxtasis y que luego resultaron no tener MDMA, el principio activo del narcótico, entre sus componentes.

“Ha circulado en La Paz y Santa Cruz droga vulgarmente llamada trucha, supuestamente éxtasis”, dice.
“En uno de los operativos de microtráfico trajimos a personas que dijeron estar consumiendo éxtasis que habían traído de Argentina y de Brasil. Sin embargo, mandamos las sustancias a laboratorio y se demostró que no era esta droga”.

En Colombia ya se dio la voz de alerta.  En enero de este año se decomisaron 350 pastillas que se vendían en Bogotá como éxtasis y que fueron analizadas en el laboratorio de la Universidad de Bucaramanga.
Los datos están contemplados en informes obtenidos por la Comunidad Andina de Naciones como parte del Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas sintéticas en la Población Universitaria realizado el 2009 y difundido esta semana en La Paz.

Las supuestas drogas tenían de todo. Desde mínimas porciones de MDMA,  mezcladas con cafeína y cocaína, hasta vasodilatadores o fármacos antialérgicos, broncodilatadores e incluso medicamentos de uso veterinario, informa la coordinadora del proyecto, la boliviana Tatiana Dalence.  Más detalles en el cuadro gris que acompaña esta nota.
El psiquiatra boliviano especialista en drogodependencia Fermín Galán advierte que el consumo de “estas pastillas truchas” trae serios riesgos para la persona, ya que los compuestos “actúan sobre diferentes órganos y sistemas. Su combinación puede desequilibrar muchas funciones del organismo”.

El coronel Molina advierte que si bien la incidencia del consumo de éxtasis en Bolivia es menor al de otros países de la región, se corre el riesgo que la droga, original o “trucha”, ingrese al país.

“Podríamos estar siendo blancos a futuro, pero tenemos gente capacitada para combatir esto”.
Una fuente de la Cancillería, de la que depende el Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas (Conaltid), coincide con Molina.

Comenta que existe la posibilidad que el narcótico ingrese fácilmente al país si en alguna nación vecina hay laboratorios que la producen. Si bien la droga proviene de América del Norte y Europa, el año pasado se descubrieron fábricas en Argentina y Perú.

Resultados de los análisis

El estudio colombiano detectó que las pastillas falsas tenían, entre otros compuestos, benadril y loratidina (antialérgicos), iminoestilbeno y carbamazepina (antiepilépticos), levamisol (antiparasitario), norpseudoefedrina (utilizado para controlar el apetito), ketamina (analgésico con propiedades alucinógenas), viagra (vasodilatador contra la impotencia), buspirona (ansiolítico) y derivados de ranitidina (antiácido).

También se halló estearato de metilo (producto graso), ácido palmítico (sus derivados se usaron para fabricar napalm), metilenbis (usado en productos de poliuretano), decanoato de isopropilo (disolvente de pinturas) y palmitato de metilo (emoliente  para cosméticos).