Retroceso: En criterio del autonomista Juan Carlos Urenda, hoy no hay nada que festejar. «Cuando eran prefectos, los posesionaba la Corte de Distrito, ahora que los gobernadores son elegidos por voto, los posesiona el Presidente. No tiene sentido».
La Prensa
Juan Carlos Urenda es el abogado proyectista de las autonomías departamentales. En diálogo con La Prensa, afirma que el proceso autonómico iniciado en Bolivia es centralista, pues existe una resistencia de parte del Ejecutivo a dejar el poder en manos de las regiones.
—¿Cómo ve el proceso autonómico en Bolivia?
—Me parece que en lo institucional, en la elección del Gobernador y en la elección de las autoridades legislativas, la Constitución tiene un marco aceptable; sin embargo, en el marco de las competencias, la Carta Magna resulta ser una de las más dañinas. Es una autonomía centralista. Por eso, el que conoce el proyecto en detalle ve muy poco optimista esta autonomía. Ahora, si a eso se le agrega una visión centralista, el asunto es poco auspicioso en el corto plazo.
—¿Habrá forma de mejorar la autonomía que está proyectada en la CPE?
—Hay que compatibilizar la Constitución con los Estatutos, y eso pasa por una reforma constitucional parcial. Se debe hacer una readecuación de las competencias para que sea posible un funcionamiento autonómico en todo el país, que sería beneficioso para los nueve departamentos. En ese sentido, vamos a presentar una propuesta que la tenemos preparada.
—¿Qué significa para usted la posesión de autoridades de este domingo?
—Es un despropósito. Cuando eran prefectos, los posesionaba la Corte de Distrito, pero ahora que son elegidos por voto, los posesiona el Presidente. No tiene sentido.
—Y tener asambleas legislativas…
—Es un avance para los departamentos que votaron recién por las autonomías sin precedentes, pero para nosotros que luchamos cuatro años por esto significa muy poco avance e incluso el retroceso.
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“Falta mucho por hacer, es un proceso complejo”
Valoración: El ministro Carlos Romero habla de los nuevos diseños institucionales.
El ministro de Autonomías, Carlos Romero, reconoce que la implementación del régimen autonómico en Bolivia es compleja; no obstante, considera que el proceso está puesto en marcha y queda esperar su avance.
—¿Cuánto ha avanzado Bolivia en autonomías?
—Se han dado muchísimos pasos, hay un marco normativo a través de la Constitución, una reasignación de recursos económicos significativa a partir de la nacionalización del gas y la transferencia directa de las competencias, sumada a la elección directa de las autoridades. Entonces, hoy domingo vamos a simbolizar un hecho histórico porque Bolivia va a asumir la condición de Estado Autonómico.
—¿Qué es lo que resta para que en Bolivia se establezcan las autonomías?
—Falta mucho por hacer, es un proceso complejo. Primero tenemos que complementar el marco jurídico, la Ley Marco, que debe permitir ordenar la autonomía, luego se tiene que ver la transferencia de competencias, y para ello hay necesidad de acuerdos políticos.
—¿Cuáles son los desafíos a futuro?
—Son cuatro. El primero es asumir que vamos a transitar a un nuevo tipo de Estado, asumir que esta distribución del poder político exige acuerdos políticos y programáticos. El Gobierno central no puede actuar como si fuera el único, sino debe darles su lugar a los otros gobiernos. Lo segundo es que se produce una democratización del Estado, entonces se tiene que actuar con transparencia. El tercer desafío es el competencial, ese tema se va a definir no sólo en la Ley Marco, sino en muchas leyes, como en la nueva Ley de Tierras, de Hidrocarburos, de Educación, etc. Y el cuarto desafío es el tema económico. La actual estructura es fruto de muchos pactos, es una base. Entonces, lo ideal sería asignar los recursos según las competencias, y para eso es necesario pactos.