El «indígena» vs el «ruso»

El presidente no acaba de sorprendernos. Resulta que había tenido dotes no solo como futbolista, sin olvidar que también ha mostrado sus aptitudes como historiador y como nutricionista, sino que ahora se apresta a mostrar sus cualidades como ajedrecista.

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La embajadora de Bolivia en Rusia, María Luisa Ramos, emprendió una compleja y difícil maniobra diplomática para lograr que el ex campeón mundial de ajedrez, Anatoli Karpov, visite Bolivia, nada más y nada menos que para sostener una partida con el presidente del Estado Plurinacional y “guía espiritual”, Evo Morales. ¿Como les quedó el ojo?



Es realmente reconfortante ver como el cuerpo diplomático del Estado Plurinacional está cada vez más capacitado para encarar empresas de tal magnitud como el de concretar un encuentro entre el ex campeón y el presidente boliviano.

Ya era hora de que el servicio diplomático se ocupara de cuestiones realmente importantes y no a minucias efímeras e intrascendentes como aquellas de atraer inversiones al país o conseguir mejores mercados para nuestros productos. ¡Se trata de diplomáticos y no de vulgares mercachifles, faltaba más!

Aunque en el caso de de Rusia se debe reconocer que los esforzados y esclarecidos diplomáticos bolivianos han logrado un gran éxito, no precisamente consiguiendo mercados sino realizando efectivas gestiones para comprar inocentes juguetes bélicos por alrededor de 400 millones de dólares que seguramente contribuirán a fortalecer esa convicción pacifista del gobierno boliviano.

Por de pronto el encuentro Morales-Karpov ha suscitado una enorme expectativa, mayor aún que aquel duelo que en los años 70 sostuvieron Bobby Fischer y Boris Spassky, particularmente porque se conoce el agresivo estilo de juego de Evo Morales, que no tiene contemplaciones a la hora de anular al contrincante (político).

Mientras tanto se sabe que para el encuentro programado para el 24 de este mes, Evo está perfeccionando jugadas que le dieron fama como la apertura Ruy López en su variante Tupac Katari.

De igual forma ha dejado obsoleta la Defensa Siciliana e inventado otra a la que ha denominado Defensa de Orinoca que consiste en la “movilización” de los peones prescindiendo de piezas que considera como oligárquicas como el alfil, caballos, torres y más aún reyes y reinas.

Se comenta también que el presidente Morales, por razones ideológicas, jamás utiliza la Defensa India del Rey y, por el contrario, de poder hacerlo, sus peones marcharían contra su propio Rey.

A parte de comprensibles especulaciones sobre la táctica que utilizarán los contendientes, siempre es bueno saber que nuestro presidente se dedica a actividades de tanta trascendencia -ahora está como «hincha» futbolero en el Mundial de Sudáfrica- y que ayudan tanto al desarrollo del país. Por tanto, damos por sentado que la partida pasará a formar parte de los anales en la historia del ajedrez: el «indígena» contra el ruso; hagan sus apuestas.