Al presidente Morales no le gustó para nada que su ex viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz le salga al paso y haya acusado al gobierno de mentir y de violar los derechos de los pueblos indígenas. Ocurre que Almaraz no era un viceministro más. Era también una especie de asesor político y siempre era convocado cuando se producían situaciones difíciles que requirieran un análisis más minucioso.
Otros tiempos. El Viceministro Almaráz (con un arma en la mano) intervenía el predio Caraparicito, en la provincia Cordillera. El operativo derivó en aprehensiones y decomiso de armas. Ocurrió en noviembre de 2008 (foto El Deber)
Almaraz era también visto como un símbolo debido a que es hijo de Sergio Almaraz, un escritor que por los años 60 tuvo una gran influencia en la formulación de políticas nacionalistas respecto a los hidrocarburos y la minería. Se decía que el padre ayudó a la recuperación de los hidrocarburos y los minerales y que el hijo asumía la tarea de recuperar las tierras.
De hecho fue el autor de la controvertida “Reconducción Comunitaria de la ley INRA”. Un cosa interesante: Almaraz tenía una formación comunista y llegó a ser en sus años mozos, máximo dirigente de las juventudes del Partido Comunista aunque luego asumió posiciones indigenistas durante su permanencia en el CEJIS, una de las ONG´s que más aportó con sus cuadros y recursos al proyecto masista pero que en la actualidad también se ha vuelto crítica al régimen de Evo.
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Se recuerda a Almaraz en las tomas de tierras en el Chaco, aduciendo la existencia de esclavismo en esa región. Todas estas acciones dieron pie a que fuera considerado como parte del núcleo duro gubernamental.
Pero mutatis mutandis, Almaraz ha pasado de héroe a villano y sus críticas muestran claramente la descomposición en la que ha entrado el gobierno del MAS. No es el primero y es seguro que no será el último.
Como es natural, las afirmaciones de Almaraz merecieron una respuesta, si es que la puede llamar así, del vicepresidente Alvaro García, quien, con su acostumbrado tonito doctoral, le aconsejó que leyera la constitución, pero del fondo del asunto no dijo nada. Conviene decir de paso que don Alvarito estaba celoso de Almaraz precisamente porque Evo le consultaba sobre diversos aspectos políticos.
En círculos gubernamentales se comenta también que la aversión de García por Almaraz se debe a que este fue consultado primero para ser candidato a la vicepresidencia en el 2005, cosa que habría herido muy profundamente el amor propio de quien se considera lo más granado de la intelectualidad y lo más esclarecido en materia política.
Existen elementos suficientes que permiten adelantar que algo muy preocupante se está produciendo en el oficialismo, no solo por la distancia crítica que hoy asumen Almaráz, Patzi, Rafael Puente, ex aliados como Juan del Granado, y otros intelectuales muy ligados inicialmente al proyecto del MAS, sino también por el desmarque de la Cidob y del Conamaq; ambos del amplio entramado de “organizaciones sociales” que sustentan al gobierno de Evo Morales, aunque el Consejo de Ayllus (Conamaq), o por lo menos un grupo de dirigentes fue recuperado por el oficialismo a fuerza de “billetazo”.
Esto ha obligado al gobierno a intentar una rearticulación del Consejo Nacional para el Cambio (Conalcam) como una forma de amarrar a las “organizaciones sociales” para evitar rebeliones o desmarques que provoquen conflictos al Ejecutivo.
Por otra parte llama la atención que se haya acudido a la persona del expresidente Guido Vildoso para intentar mostrar un pleno respaldo al gobierno del MAS por parte de la vieja estructura militar cosa que está muy lejos de suceder. El general Vildoso si bien posibilitó la transición a la democracia luego de la dictadura de Luis García Meza no lo hizo por voluntad propia sino por la fuerza de los acontecimientos sociales y políticos que se dieron en la década del ochenta.
Todo muestra que ante la deserción tanto personal como de importantes organizaciones que se está produciendo, el MAS está dispuesto, como el ahogado, a agarrarse de las espinas; era previsible, sin embargo el proyecto masista que descansa sobre el liderazgo de Evo Morales llevará su tiempo en hacer aguas.