Los captaban en Brasil y les daban cocaína, ‘popper’ y viagra para prostituirse 24 horas al día. En total, la red pudo traer a España a casi 80 personas procedentes del Estado brasileño de Maranhâo (norte).
Foto suministrada por la Policía española, donde se ven algunas de las víctimas de los traficantes. Efe
Madrid, 31 ago (EFE).- La Policía española ha desarticulado por primera vez en España una red dedicada a la explotación sexual de hombres, que captaban en Brasil y a los que, bajo amenazas de muerte, les hacían estar disponibles 24 horas al día proporcionándoles drogas y estimulantes sexuales.
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En total, la red pudo traer a España a casi 80 personas procedentes del Estado brasileño de Maranhâo (norte), de las que un 80 por ciento, es decir, 64 eran hombres, y el resto travestis y mujeres, en la misma proporción, informaron hoy los responsables de la operación en rueda de prensa.
Algunas de las víctimas, que cuentan con entre 22 y 29 años, sabían que venían a ejercer la prostitución, aunque creían que lo harían en otras condiciones, mientras que otros lo desconocían y estaban convencidos de que iban a ser contratados como gogós, bailarines o modelos.
Bajo amenazas de muerte, los chicos estaban disponibles 24 horas para prostituirse y para poder mantener relaciones sexuales continuamente los responsables de la red les suministraban «popper» (una droga para la estimulación sexual), viagra y cocaína, informaron los agentes.
Las víctimas vivían hacinadas en los pisos -en una pequeña habitación con dos o tres literas dormían entre cuatro y seis-, que contaban con un pequeño salón, donde se presentaban a sus clientes, en su mayoría hombres de entre 20 y 65 años, con los que luego se iban a otras estancias de la casa.
Por sus servicios, cobraban unos 60 euros (unos 75 dólares), aunque la mitad del dinero lo tenían que entregar a los responsables de la red.
También tenían que pagarles unos 4.000 euros (unos 5.000 dólares) por haberlos traído a España, aunque en un principio les habían asegurado que sólo deberían hacer frente al coste del billete.
Además de entregar la mitad de la recaudación, los chicos tenían que pagar a los delincuentes 200 euros (unos 250 dólares) por el alojamiento y la manutención.
La organización facilitaba a las víctimas una bolsa de viaje y el billete de avión, que era comprado con tarjetas clonadas, y para no levantar sospechas antes de venir a España pasaban por otros aeropuertos de países como Francia e Italia.
En la operación han sido detenidas 14 personas, entre ellas el cabecilla de la red, de origen brasileño, además de 17 de las víctimas que se encontraban en España en situación irregular, explicaron los responsables de la operación de la Brigada de Central de Redes de Inmigración.
La red contaba con cinco pisos en distintas provincias españolas, aunque las víctimas también ejercían la prostitución en un club de alterne.
Las investigaciones sobre esta red, que atraía a los clientes a través de anuncios en la sección de contactos de periódicos locales y en diferentes páginas web, donde colgaban las fotografías de los chicos disponibles, comenzaron el pasado mes de febrero, cuando uno de ellos denunció los hechos.
Además de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y asociación ilícita, los máximos responsables están acusados de proporcionar droga y otras sustancias ilegales tanto a clientes como a las propias víctimas.
Cae por primera vez una red de explotación sexual de hombres en España
La investigación policial, que comenzó en febrero pasado, llevó a la detención de catorce personas en diferentes provincias españolas, informó la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil de ese país en un comunicado.
Tras ser captados en Brasil, la organización les facilitaba a las víctimas una «bolsa de viaje» y el pasaje de avión, que era comprado con tarjetas falsificadas.
En la mayoría de las ocasiones, las víctimas llegaban a aeropuertos de otros países y se desplazaban desde allí hacia España.
Las víctimas viajaban engañadas en cuanto a las condiciones de trabajo y, sobre todo, en cuanto a las cantidades económicas que debían devolver a la organización por cuenta de los gastos de viaje.
Al principio les aseguraban que sólo tendrían que pagar el costo del pasaje, cuando en realidad, les exigían cantidades que en ocasiones superaban los 4.000 euros (unos 5.000 dólares).
Una vez en España, el cabecilla de la organización, que vivía en Palma de Mallorca, repartía a los jóvenes por varias provincias españolas, según las necesidades que tenían de hombres las diferentes casas de citas.
Por sus servicios, los hombres cobraban unos 60 euros (unos 75 dólares), aunque la mitad del dinero lo tenían que entregar a los responsables de la red.
Las víctimas debían entregar al dueño del establecimiento o al encargado el cincuenta por ciento de las ganancias, además de 200 euros (unos 250 dólares) por el alojamiento y la manutención.
Si los hombres se negaban o causaban algún tipo de problema, los responsables de la red les amenazaban incluso con matarlos.
La organización atraía a los clientes a través de anuncios clasificados y también en diferentes páginas web, donde subían las fotos de los jóvenes disponibles.
En la operación han sido detenidas 14 personas, entre ellas el cabecilla de la red, de origen brasileño, además de 17 de las víctimas que se encontraban en España en situación irregular, explicaron los responsables de la operación de la Brigada de Central de Redes de Inmigración.
Además de delitos contra los derechos de extranjeros, relacionados con la prostitución, derechos de los trabajadores y asociación ilícita, los máximos responsables serán acusados de dar droga y otras sustancias ilegales tanto a clientes como a las propias víctimas.
Las investigaciones sobre esta red, que atraía a los clientes a través de anuncios en la sección de contactos de periódicos locales y en diferentes páginas web, donde colgaban las fotografías de los hombres disponibles, comenzaron el pasado mes de febrero, cuando uno de ellos denunció los hechos.
La red contaba con cinco apartamentos en distintas provincias españolas, aunque las víctimas también ejercían la prostitución en un club de alterne. Madrid (España). Efe.