Algo más que una elección

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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: El ‘smog’ cruceño

  2. Bajo el Penoco, El Día: Lula, por las dudas

  3. Los Tiempos: Venezuela, nuevamente ante las urnas

  4. El Deber: Daño a la democracia

  5. La Razón: Izquierdas disidentes

  6. Cambio: Algo más que una elección

  7. La Prensa: La libertad de expresión en peligro

  8. El Diario: Cierre de empresas privadas dañan al país

  9. El Mundo: Calendario

  10. Opinión: En función de lo secundario, descuidamos lo esencial

  11. Clarín, Argentina: Ofensiva contra las empresas que afecta la inversión


El Día: El ‘smog’ cruceño

La temporada del tradicional “chaqueo y quema” iniciada en el mes de agosto en el país, sumada a los incendios forestales en todo el continente, y en el propio territorio boliviano, ha contaminado el aire de la región hasta llevarlo a niveles peligrosos para la salud respiratoria de la población. El departamento de Santa Cruz se ha visto de pronto víctima de una de las más crueles paradojas: el suyo ya no era el cielo más puro de América, como reza su himno sagrado, sino un cielo contaminado e irrespirable. Lo que había comenzado con una llamada de alerta, hoy es una realidad lacerante que ha venido tomando forma en la demanda por atención médica en los servicios públicos y privados.



La elevada incidencia de enfermedades respiratorias y oculares, acaecidas sobre todo entre la población infantil y la tercera edad, grupos altamente vulnerables, como consecuencia de la polución atmosférica, se ha mostrado como la prueba más palpable del efecto nocivo de los “chaqueos” y los incendios forestales. Sin embargo, el aire contaminado que respira la población arrastra partículas microscópicas a la economía respiratoria con probabilidad de daños permanentes. Si se considera que los rangos admitidos por la Organización Mundial de la Salud deben estar debajo de los 50 microgramos por metro cúbico, el aire que respira Santa Cruz es altamente peligroso.

La medición del “smog” cruceño ha arrojado la cifra de 122 microgramos por metro cúbico, con alto contenido de material particulado. Sin duda que este nivel de contaminación atmosférica pasará la factura más temprano que tarde a la población, mientras que la producción de humo, producto de incendios y quemas irresponsables, continúa sin visos de concluir. Hasta ahora, la velocidad de los vientos ni las escasas lluvias han aliviado el sombrío panorama. El cielo cruceño sigue lleno de humo y no se ha visto más el azul límpido que lo caracterizaba. ¿Habrá algo qué hacer al respecto?

Ha sido evidente para la ciudadanía que las autoridades gubernamentales y locales poco han podido hacer en la prevención y control de los “chaqueos” e incendios. No sólo que ha habido imprevisión, sino también demora e inacción. La falta de recursos logísticos, económicos y humanos ha desnudado la indefensión del país frente a este tipo de siniestros. Por ello, Estado y sector productivo deben asumir en breve acciones conjuntas para iniciar procesos de transición con otros mecanismos para habilitar la tierra, incorporar a la ley forestal sanciones más duras para quemas y desmontes ilegales, restablecer patente forestal e impulsar las reservas ecológicas forestales.

Y esta tarea es una de largo aliento. Pero hay otra, que comienza en las escuelas y se prolonga a lo largo de la vida ciudadana. La conciencia ecológica de la población todavía no se ha despertado. Y esta es la asignatura pendiente de Gobiernos nacionales y locales. También entran en la mira los educadores. ¿Dónde están? La gente se pregunta. Dónde ocurren chaqueos: ¿No hay acaso autoridades, dirigentes, líderes capaces de impedir estos atentados al bienestar colectivo? Existen 13 comunas cruceñas donde se concentra el fuego. Sin duda, existe una suerte de complicidad e indiferencia ciudadana frente a los peligros de la contaminación atmosférica, cuyas consecuencias repercutirán más temprano que tarde en la futura salud respiratoria de niños y adultos.

 

Existe una suerte de complicidad e indiferencia ciudadana frente a los peligros de la contaminación atmosférica.

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Bajo el Penoco, El Día: Lula, por las dudas

La excelente gestión de Lula en el campo económico (que fue nada más que poner en piloto automático todo lo que le dejó su antecesor, Fernando Henrique Cardoso), le dejó espacios para cometer errores y chambonadas que no hicieron mella en su imagen. Lo más duro ha sido lo de la corrupción que hasta ahora anda provocando problemas en su gabinete. Lo otro fue jugar al líder izquierdista, rodeándose de los Chávez, los Morales y los Zelaya; meterse en honduras como las de Irán y por último, recurrir a mañas como atacar a los medios de comunicación tal como hacen los miembros de la gavilla bolivariana. Con esas maniobras y con la elección de la ex guerrillera Dilma Rousseff como su sucesora, Lula intentaba recobrar el electorado izquierdista de Brasil que añora aquel Lula bien coloradito.  Pero como para que no queden dudas sobre el verdadero Lula, y en vistas de que su candidata andaba cediendo puntos, el presidente brasileño acaba de hacer la mayor movida capitalista de la historia, al emitir acciones de Petrobras por casi 67 mil millones de dólares. El modelo es ese.

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Los Tiempos: Venezuela, nuevamente ante las urnas

Hoy domingo, el pueblo venezolano volverá a asistir a las urnas, esta vez para elegir a 165 asambleístas que renovarán el poder legislativo, la Asamblea Nacional (AN). Y como ya es habitual desde hace 11 años, cuando en febrero de 1999 Hugo Chávez se impuso por primera vez de manera abrumadora en las elecciones presidenciales, el pueblo venezolano llega al acto electoral de hoy profundamente dividido entre quienes apoyan la continuación y fortalecimiento del proyecto político oficialista y quienes se le oponen. Será por eso, como también ya es habitual, una especie de plebiscito en el que los candidatos a asambleístas juegan un rol secundario. Chavismo o antichavismo son, en los hechos, las dos opciones entre las que la gente tendrá que elegir.

Cuál será el resultado final es algo imprevisible. Es que como coinciden en señalar todas las encuestas de intención de voto, la correlación de fuerzas entre los dos polos de la pugna política están muy equilibradas y sea cual fuere el bloque ganador lo será por un margen muy estrecho. Sí se puede asegurar, sin embargo, que el escenario político sufrirá una transformación muy importante pues la oposición volverá a tener una bancada legislativa después de haber cometido, hace cinco años, el error de abandonar la contienda en protesta por un supuesto fraude electoral que nunca pudo demostrar.

Un segundo hecho por demás significativo es que, independientemente de cómo se distribuyan los votos entre el oficialismo y la oposición, la mayor parte de los venezolanos no se sentirán representados en la nueva AN pues no se sienten identificados ni con unos ni con otros. En efecto, el segmento mayoritario es el que se ha denominado "Ni-Ni" porque rechaza tanto al presidente Chávez y a su proyecto de país como a la oposición, en la que no ven una propuesta alternativa digna de ser apoyada. Los "Ni-Ni" suman más de la mitad de la población habilitada para votar por lo que sus opiniones y sus votos, aunque sean depositados en las ánforas de muy mala gana o su ausencia, serán los que decidan el resultado final.

Las razones por las que tan importante porcentaje de la ciudadanía es reacio a dar su apoyo a los candidatos del oficialismo son muy comprensibles. Es que la mala situación de la economía venezolana expresada en la inflación, la escasez de productos básicos, la falta de empleos, además de la inseguridad ciudadana y la corrupción, entre muchos otros, son motivos suficientes para que mucha gente se sienta desencantada.

Menos comprensible, pero más importante desde el punto de vista del futuro político venezolano, es el persistente rechazo que todavía inspira la oposición después de once años de permanente crítica al proyecto socialista de Chávez. Se trata, sin duda, de un rotundo fracaso político que de ningún modo es atribuible a los actos del régimen sino a un conjunto de limitaciones que hasta ahora no logran vencer quienes pretenden erigirse en un proyecto alternativo.

Así pues, independientemente de los resultados que arroje el acto electoral de hoy, lo que queda claro es que los "Ni-Ni", que son la mayoría, tendrán que seguir esperando que surja un liderazgo, una organización y un proyecto político que los libre de la necesidad de tener que elegir entre dos males.

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El Deber: Daño a la democracia

El art. 166 de la actual Constitución Política del Estado (CPE) es absoluta y meridianamente claro: “El período o mandato de la Presidenta o del Presidente del Estado, es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.

“POR UNA SOLA VEZ”. Así, en mayúsculas, cualquiera con dos dedos de frente percibe en el referido parágrafo tan contundente precisión constitucional. El presidente Evo Morales Ayma cumple ya su segundo tránsito temporal por el poder político, el mismo que concluirá en el año 2015. De ahí para adelante, la Carta Magna que él mismo hiciera aprobar por su aplastante mayoría parlamentaria en la Asamblea Plurinacional le cierra  totalmente las puertas a una nueva reelección. 

Ni siquiera le permite falsas interpretaciones que le abran ciertos resquicios hacia el referido objetivo. En sus respuestas a preguntas de un periodista de la cadena televisiva CNN de Estados Unidos, el presidente Morales hizo gala de muchas de aquéllas, sin molestarse siquiera por el engañoso carácter de sus afirmaciones, referida una de ellas al respaldo que le brindaría el nuevo orden constitucional boliviano para continuar un quinquenio más en el Palacio Quemado de La Paz, elecciones presidenciales mediante.

Otro de sus alegatos aludía al pueblo, que es fuente de la soberanía nacional. Dijo que sería aquél quien, en última instancia, decidiese  si continúa o no en el poder político. Naturalmente que ni remotamente reparaba siquiera que conforme a los preceptos constitucionales en vigencia, ese pueblo no va a las urnas, para fines de reelección presidencial o no, cuantas veces se le ocurra a quien hace pasantía quinquenal por el Gobierno nacional. El ciudadano acude a sufragar para acreditar su voluntad política en el voto mayoritario únicamente en los casos previstos por las normas que desde la CPE definen lo que en tal orden de cosas se debe o no se debe hacer en el país.

Si revisamos la historia de Bolivia, encontramos que el prorroguismo del mandato presidencial operó siempre efectos de desestabilizacion política, algunas veces  con resultados sangrientos. Cabe recordar el vía crucis que tuvo que sufrir el presidente Hernando Siles, antes de la Guerra del Chaco, al no ceder en su empeño de ir a las urnas para que el pueblo lo eligiera por un nuevo periodo presidencial. El continuismo corrió igualmente en contra del propio Víctor Paz Estenssoro, quien en 1964 fue derrocado por un cruento golpe militar. 

Naturalmente que los de hoy son nuevos tiempos que excluyen tan lamentables soluciones de fuerza, pero no despejan totalmente los riesgos de graves entreveros políticos y sociales inherentes a una intención presidencial de prórroga de mandato.

Ahora mismo vemos a una oposición seriamente preocupada porque Evo Morales proclame a los cuatro vientos que quiere la reelección, mientras algunos sectores sociales que lo apoyan demandan lo mismo, en tanto que otros, que ya empiezan a desgajarse del Movimiento al Socialismo (MAS), se pronuncian contra el continuismo.

Es fundada la aprensión opositora porque con sus afanes ‘reeleccionistas’, Evo Morales Ayma y su instrumento político no harían otra cosa que dañar a una todavía incipiente democracia  que a los bolivianos tanto nos costó conquistar en 1982 y que permanentemente nos urge preservar y fortalecer.

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La Razón: Izquierdas disidentes

¿Significará esto que los gobernantes populistas de Sudamérica están en declive? No parece. Pero sí que ellos ya no cuentan con el respaldo pleno de sus seguidores; es decir, de los que, hasta su llegada al poder, venían desencantados por las medidas que se aplicaban bajo la visión política liberal.

La disidencia es definida por algunos autores como aquella que contradice a la “verdad oficial”. Ejemplos de grandes disidentes sobran en la historia, así como también de gruesos errores de la humanidad que tomó a algunos de ellos por locos o simplemente los ignoró. En el siglo III A.C., Aristarco fue a contrarruta de la “voz oficial” de Aristóteles al sostener que los planetas giraban alrededor del Sol y no de la Tierra; pero nadie le hizo caso.

En los tiempos actuales, la disidencia política latinoamericana suele ser sinónimo de grupos minoritarios que viajan en barcos a la deriva. El poder —siguiendo con la figura de las embarcaciones— se ocupa de construir verdaderos “cruceros” y, así, crea aparatos partidarios poco menos que invencibles.

¿Qué sucede en Bolivia? Disconformes con el Gobierno decidieron formar su propio frente político; y, en paralelo, la CSUTCB de los campesinos, la CIDOB de los indígenas del oriente y el Conamaq de los ayllus del Qullasuyu amenazaron con no volver a la Conalcam, que es la organización que aglutina al movimiento social alineado al oficialismo.

En Venezuela, un grupo de izquierda se aglutinó en torno a su común desencanto con el gobierno del presidente Hugo Chávez —en el que un día confiaron—, y no sólo eso sino que, a la espera de captar el voto de miles de desilusionados como ellos, buscan espacios en las legislativas de este domingo.

En Argentina, el kirchnerismo se muestra como una opción de izquierda a la que últimamente se le ha comenzado a oponer un ala interna de su partido, el PJ, denominada por los medios como “Peronismo anti-K”.

Así se presenta el panorama en estos países, casualmente provistos de liderazgos fuertes. El disenso, venga de donde venga: de la izquierda o de la derecha, es natural y hasta saludable en democracia. Puede originarse en el desgaste natural de todo gobierno (ocurrió en todo tiempo y con partidos de todo color), pero también es probable que la gente quiera decirles a sus gobernantes que no les han firmado un cheque en blanco. En todo caso, la disidencia no debería molestar a nadie.

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Cambio: Algo más que una elección

Más de 17 millones de venezolanos fueron convocados a acudir hoy a las urnas para renovar los 165 escaños de la Asamblea Nacional en un contexto político marcado por la férrea defensa popular del proceso revolucionario bolivariano y una campaña de desinformación orientada a deslegitimar un eventual triunfo del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) —según todas las encuestas, excepto por las controladas por la oposición— que ha sido activada por la derecha opositora, con operadores internos y en otros países de la región, y respaldada por los servicios secretos de los Estados Unidos.

Según el periodista venezolano Jaime Salvatierra, el eje principal de la campaña de desinformación es la Human Right Fundation, cuyo presidente es el venezolano-estadounidense Thor Halvorssen, conocido por su abierta y sistemática oposición al presidente Hugo Chávez desde 1998, cuando el coronel, que hace poco había salido libre de la cárcel por encabezar un levantamiento cívico-militar en contra del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, en 1992, se alzaba victorioso en unas elecciones generales que cambiaron el rumbo de ese país sudamericano.

Un antecedente de la Human Right Fundation —con fuertes vínculos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), es su activa participación en el frustrado golpe de Estado en Bolivia entre agosto y septiembre de 2008. Hugo Achá, el presidente de esa fundación estadounidense, huyó el año pasado a Estados Unidos luego de que se encontraran pruebas de su relación con el grupo paramilitar conducido por Eduardo Rózsa y mercenarios extranjeros.

Y mientras el gobierno del presidente Chávez y el PSUV apuestan por mantener el control del Legislativo para garantizar la revolución bolivariana de transformaciones estructurales, la oposición busca alcanzar un contrapeso o introducir una fórmula de "equilibrio".

Es en este escenario que cobran certidumbre las denuncias sobre esa campaña de desinformación que generosamente es difundida por los medios de comunicación opositores, esos mismos que tuvieron una activa participación en el golpe de Estado que derrocó por 48 horas a Chávez en abril de 2002. Según el gobierno, esa campaña busca "deslegitimar el triunfo del socialismo del siglo 21".

Es que los comicios de hoy han sido presentados como una consulta democrática para evaluar el grado de apoyo popular al gobierno de Hugo Chávez y a la revolución bolivariana de cara a los comicios presidenciales de 2012.

Por eso son trascendentes los resultados finales que sentencien hoy las urnas, porque podrían hacer variar el panorama político venezolano. Y en el campo de las posibilidades democráticas, es una incógnita cómo respondería el oficialismo en caso de una pérdida significativa de posiciones en el Legislativo y cómo asumiría ese resultado una oposición, cuya única propuesta electoral es su visceral rechazo a la revolución bolivariana.

Las elecciones legislativas venezolanas han puesto en la mira de América Latina y el mundo un proceso político revolucionario —que lidera Chávez— que no es del agrado de Estados Unidos y de sus aliados y, en ese contexto, los centros de votación abrirán sus puertas a las 06.00 locales y cerrarán a las 18.00. La votación podría extenderse más allá de ese horario en las mesas en las que existieran todavía electores por sufragar.

El conteo de los votos se realizará íntegramente de forma automática y a las 22.30 se esperan las primeras tendencias oficiales, porque las leyes venezolanas prohíben la difusión de encuestas en boca de urna antes del primer boletín oficial a cargo del CNE. Serán usadas más de 12.600 máquinas registradoras de huellas dactilares con las que se busca evitar que algún elector vote más de una vez.

La democracia venezolana permitirá este domingo la elección de 165 diputados a la Asamblea Nacional unicameral —110 nominales, 52 por listas y 3 en representación de los indígenas—, con el voto en 36.773 mesas receptoras, de 17.576.000 electores mayores de 18 años, incluidos 57.010 venezolanos residentes en el exterior.

Los resultados de las elecciones de hoy definirán la suerte de las tres clases de mayorías que pueden lograrse en el Legislativo y que pueden marcar los años siguientes.  

De los 165 escaños en disputa, la mayoría simple se logra con 83 escaños. No obstante, la Constitución venezolana señala otros dos tipos de mayoría para legislar en distintas materias. Con 99 escaños se tienen los tres quintos de la Asamblea, el número necesario para votar una ley habilitante que faculta al Ejecutivo a gobernar por decretos al cederle funciones legislativas.

La tercera categoría de mayoría es la de dos tercios, que son necesarios, por ejemplo, para reformas a la estructura del Estado, votar más nacionalizaciones, designar a los integrantes de los demás poderes y, además, para sancionar enmiendas constitucionales.

Un sistema electoral computarizado y que fue elogiado por varios observadores internacionales que se encuentran en Venezuela es la garantía que descalifica las denuncias sobre un supuesto "fraude" que voceros de la oposición, entre ellos un eurodiputado español, expresaron a pocas horas de las elecciones.

Será el pueblo venezolano el que con su voto soberano definirá la continuidad sin sobresaltos de la revolución bolivariana u optará por "el equilibrio" que reclama una oposición que, con millonario apoyo financiero externo, intenta impedir que el PSUV consiga dos tercios para bloquear el proceso desde el Legislativo y fortalecer sus planes contrarrevolucionarios. Por eso Venezuela vive hoy algo más que una elección.

Será el pueblo el que definirá la continuidad sin sobresaltos de la revolución bolivariana u optará por "el equilibrio" que reclama una oposición que busca impedir que el PSUV consiga dos tercios para bloquear el proceso y fortalecer sus planes contrarrevolucionarios.

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La Prensa: La libertad de expresión en peligro

Si se consuma la aprobación de la ley sin modificaciones, empezará a operar un mecanismo de doble censura: la autocensura y la censura previa.

Pocas veces, o quizá nunca, en los 28 años de democracia ininterrumpida que vive nuestro país, un proyecto de ley que contiene artículos con evidentes propósitos de atentar contra la libertad de expresión y de prensa y contra los medios de comunicación social ha sido motivo de tanto debate y controversia como es ahora el proyecto de Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación.

En todo este periodo democrático que sucedió a una cadena de casi 20 años de férreas dictaduras militares, interrumpidas por fugaces gobiernos democráticos, no se produjeron debates semejantes.

Es cierto que en democracia hubo intentos por acallar al periodismo, que se pretendió aplicar la llamada ?ley mordaza?, pero nunca tuvieron otro camino que ir al tacho de basura, donde deberían estar.

Pero ahora el tema se torna angustiosamente difícil. No es que los periodistas y nuestras instituciones seamos ?racistas confesos?. No. Por el contrario, lo han expresado públicamente y en forma contundente: Estamos contra el racismo y la discriminación. Así rezan, además, cintillos que se publican diariamente en los periódicos, cuñas que se difunden en las radios y spots que se pasan por televisión. Pero estamos en contra de dos artículos de ese proyecto de ley, que sin lugar a duda conculcan la libertad de expresión, pero, principalmente, la de prensa.

?El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a regulación?, dice el artículo 16, poniendo así la guillotina sobre las cabezas de periodistas, que además serían privados de libertad de uno a cinco años, sin poder apelar a su fuero que es la Ley de Imprenta, como lo dice el artículo 23.

Si esto se consumara con la aprobación de la ley sin modificaciones, empezaría a operar un mecanismo de doble censura: la autocensura y la censura previa. La autocensura obligará a la desaparición de las llamadas entrevistas ?en vivo y en directo? porque ningún periodista querrá ir a la cárcel por culpa de un entrevistado osado que diga cualquier cosa y porque tampoco sabrá diferenciar con precisión qué es racismo o insulto, si ambos son la misma cosa o son interpretados como lo mismo por quienes se sientan sabios divinos con capacidad para ver sus invisibles límites. Los caricaturistas no podrán desarrollar su arte y los humoristas se quedarán sin trabajo. La población podrá estar condenada a vivir con el rostro adusto y midiendo cada una de sus palabras para no pronunciar alguna palabra que alguien considere una expresión racista. Desaparecerían las ?barras bravas? de los estadios.

La censura previa será ejercida por los propios editores de medios que usarán la tijera para cortar una palabra que huela a cualquiera de las prohibidas, escrita por el periodista al transcribir lo dicho por algún entrevistado o por algún columnista que quiso condimentar su artículo.

Como todo esto no sería posible en el país sin afectar severamente al principal pilar de la democracia que es la libertad de expresión, el Senado de la Asamblea Legislativa debería analizar la forma de corregir el error garrafal de los diputados.

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El Diario: Cierre de empresas privadas dañan al país

En una economía de mercado como la que tenemos en el país, pese a las posiciones contrarias de corrientes socialistas radicales que existen en el Gobierno, el cierre de actividades privadas es perjudicial bajo todo punto de vista: implica no producir, cancelar fuentes de empleo, agravando los índices de desempleo; no se exporta productos que ya tenían mercados asegurados; las arcas estatales dejan de percibir impuestos; aportes sobre sueldos de los trabajadores y que se empoza en las AFPs dejan de producirse; la diversificación de trabajo a que dan lugar esas empresas, se cancela.

Según una información de hace pocas semanas en el país se han cerrado, en lo que va del año, tan sólo en seis meses, 318 empresas privadas; se añade que en el año 2009 se cerraron 370. Esto implica que este año podría duplicarse en relación con el anterior. Cerrar empresas productivas de bienes o servicios es lo más contraproducente que puede ocurrir en un país en permanente crisis, como es el nuestro; las razones pueden ser muchas y deberían ser analizadas muy seriamente por las autoridades y, además, merecer un estudio serio por parte de los mismos organismos que albergan a los empresarios privados.

Desde enero de 2006 se ha adoptado muchas medidas que han ocasionado el cierre de empresas y sus resultados fueron totalmente negativos: miles de trabajadores han quedado sin trabajo; se dejó de exportar y los potenciales clientes recurrieron a otros mercados; la poca producción fue disminuyendo -por lo menos en varios rubros- por no haber las garantías necesarias para seguir trabajando; así, la magra economía del país ve reducidas sus posibilidades de vencer a la pobreza.

El Gobierno busca, a su vez, que el capital privado externo retorne, que los empresarios nacionales produzcan, que se abran fuentes de empleo, que la economía crezca como medio para reducir la pobreza; pero no quiere comprender que, para todo un plan de economía basada en la inversión privada, en la libre empresa adaptada a la capacidad de empresarios y trabajadores, es preciso restablecer garantías jurídicas, seguridad de que nadie verá mancillados ni su libertad ni sus derechos para producir.

El Gobierno, pese a reiteradas promesas, no “se abre” a crear el estado jurídico necesario para que haya trabajo y producción; para que nuestras exportaciones disminuidas -salvo los casos del gas y algunos minerales que tienen altas cotizaciones en el mercado internacional- crezcan y para con la creación de nuevas empresas o siquiera la reapertura de las que se vieron obligadas a cerrar, las posibilidades de generar una diversificación económica alcancen índices importantes y, con ello, se generen más posibilidades de empleo.

El que se hayan cerrado, en seis meses, más de 300 empresas es un desatino incalificable rayano en la irresponsabilidad; pero de nada sirven las lamentaciones y es de esperar que el Gobierno, más temprano que tarde, adopte las medidas precisas para reabrir empresas cerradas, dar garantías y facilidades para las inversiones nacionales y extranjeras y evite los errores que han dado lugar al cierre de fuentes de riqueza como es la actividad privada; que el Gobierno se convenza de que la economía de Estado siempre fracasa porque los socialismos de tendencias extremistas no son buenos y las experiencias de tantos países son más que suficientes como para cometer los mismos yerros.

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El Mundo: Calendario

Todavía no se han cerrado las puertas de la mejor muestra de la intensa actividad económica que se realiza en la región, cuando la atención de los cruceños comienza a concentrarse en un hecho que al igual que la muestra empresarial, constituye un hito importante en el calendario regional. Se festejaba con bombos y platillos la fiesta del Bicentenario y los actos cívicos adquirían una dimensión especial, por esa importante evocación patriótica; sin embargo, había necesidad de continuar con la agenda que deja pocos espacios y que precisamente, dentro de las actividades feriales, lleva a los cruceños a planificar las actividades futuras.

El intenso movimiento regional cobra un nuevo rumbo, se ha hablado de los hechos heroicos, preñados de patriotismo que dieron lugar al movimiento revolucionario del 24 de septiembre de 1810 y que derivaron en la instalación de la primera junta de gobierno y la expulsión del representante del imperio; pero las cosas no pueden quedar en el recuerdo como todavía piensan algunos, la experiencia de los hechos históricos lleva a mirar el futuro con mayor optimismo, pensando en las cosas de las que son capaces los hombres.

En esa dimensión se abrieron las puertas de la feria y durante diez días, se presentó una muestra de todo lo actuado hasta el presente, en la actividad económica, tanto en el país como en los países amigos con representación en la feria y se concretan nuevos emprendimientos para ser desarrollados los próximos meses.

Las expectativas quedaron pequeñas ante los resultados, se superaron los récords en negocios y en concurrencia de visitantes, creció el espacio del campo ferial y queda renovado el optimismo.

Aún no se han cerrado las puertas de la feria y como parte de uno de los eventos que se celebran al interior del campus, surge el nombre de quien concentrará en su persona toda la alegría que se pueda generar durante el Carnaval del 2011.

Los encargados de la elección han puesto los ojos en una persona que con seguridad contagiará alegría y entusiasmo, antes y durante toda la fiesta grande, como ha comenzado ya a hacerlo, al saber de su elección.

Mientras nuestros gobernantes andan empeñados en mostrar diferencias y en tratar de asegurar que existen personas que las acentúan y que deben ser merecedoras de una mordaza, la población del oriente, sin distinciones, se apresta a festejar el Carnaval.

Y no se trata sólo del carácter alegre e informal del oriental, sabemos también que en otros lugares del país, como Oruro, ya se está tomando las precauciones para comenzar con los convites y las invitaciones, para atraer visitantes a ese centro de atracción que con sus diablos, morenos, cullaguas, tobas y tantos otros, es patrimonio intangible de la humanidad.

Esperemos que los medios de comunicación no resulten sancionados después del Carnaval por comentar sobre esos numerosos grupos de caporales que blandiendo sus látigos, evocarán lo que sucedía durante la colonia, cuando los morenos eran obligados al trabajo.

La gente se prepara para saborear la riqueza de sus tradiciones y con seguridad, quienes se han entregado a la tarea de amedrentarla y perseguirla también harán una pausa en sus actividades, para compartir estos eventos en que los bolivianos de todos los lugares buscan participar y también satisfacer sus necesidades, por la intensa actividad de trabajo que generan.

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Opinión: En función de lo secundario, descuidamos lo esencial

Por los asuntos que preocupan a las personas y por la forma en que los analizan y resuelven, es posible valorar el nivel de evolución en que se encuentran. En esta investigación, es también importante, ver si en mayor profundidad o en dimensión más vasta, hay aspectos más importantes. Lo que, actualmente, sucede en nuestro medio, es una tendencia curiosa hacia el debate de temas superficiales, extemporáneos, incompletos. Lamentablemente, la preferencia de los medios de comunicación es por el escándalo.

En estos días, multiplicidad de medios, con mayor frecuencia e intensidad la televisión, ha puesto en primer plano, lo que dijo el Presidente de la República a propósito de la posibilidad de su reelección, en una entrevista que le hicieron en CNN. La respuesta que Evo Morales dio a la entrevistadora de dicho canal internacional, tanto en su seriedad como en su proyección formal, fue equivalente a la pregunta planteada. En la dimensión de ambos extremos, fue rápida y casi condescendiente. Debe ser tomada en cuenta en esas circunstancias.

Por causas de diversa naturaleza, ese antecedente que en el contexto de la entrevista, no es lo más importante, se ha convertido en motivo de principal preocupación para entrevistas, debates y también acciones políticas. Esto demuestra que, con pocas excepciones, los niveles de análisis y pensamiento están detenidos en lo anecdótico y descuidan o no alcanzan a ver lo esencial. Actualmente, por ejemplo, lo que debería analizarse con la debida seriedad, es la reorganización del Estado. Muchas estructuras que correspondían a la organización anterior, han sido transformadas o sustituidas tácitamente. El debate en relación con el Poder Judicial, no ha sido tan profundo y completo como debía haber sido.

El Presidente boliviano, en Naciones Unidas, ha hecho planteamientos, ciertamente importantes, como la sustitución del Fondo Monetario Internacional, la democratización de dicha entidad mundial y la lucha contra el capitalismo. Estas formulaciones han pasado inadvertidas o los niveles correspondientes no han podido captarlas en todo su alcance. En ámbito financiero, crear una entidad con las reservas de los países suscriptores, podría ser un buen mecanismo para acelerar el desarrollo de los países periféricos. La Ley contra el Racismo, es también un proyecto que debe ser cuidadosamente estudiado, particularmente, en los colegios de profesionales y con mayor plenitud en las universidades.

Es urgente, realizar una acción conjunta para jerarquizar la agenda de los medios de comunicación, procurando dar preferencia a temas que afectan al desarrollo nacional o a las condiciones de existencia de la población. No es que una reelección del Primer Mandatario sea algo sin importancia, lo que debe considerarse es su extemporaneidad. Es ciertamente una práctica distractiva o encubridora de cosas más importantes, comenzar a debatir un tema que será pertinente, máximo, en cuatro años más. Parece que los bolivianos hubiéramos perdido nuestra capacidad de ubicar lo que nos interesa en mediano y largo plazo. Ese error, no sólo nos hace perder tiempo, lo peor es que descuidamos lo esencial para perdernos en lo secundario o en situaciones, históricamente, impertinentes.

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Clarín, Argentina: Ofensiva contra las empresas que afecta la inversión

La iniciativa oficial para el reparto de ganancias empresarias constituye un nuevo desincentivo a la inversión y un agravamiento de la incertidumbre sobre la situación de las empresas frente al Gobierno y a sus aliados sindicales.

El diputado Héctor Recalde, abogado de la CGT y representante de esa organización en la Cámara de Diputados, presentó un proyecto de ley para repartir entre los trabajadores el 10% de las ganancias anuales de las empresas el cual, de aprobarse, alcanzaría a empresas de más de 300 trabajadores en el primer año, alcanzando luego progresivamente a la totalidad de las empresas.

El sindicalismo promueve el proyecto con el propósito de avanzar en su acumulación de poder, mientras que el Gobierno lo apoya con el objeto de reforzar su alianza con el sindicalismo y remontar la intención de voto en la antesala de la campaña electoral.

La iniciativa tiene lugar, además, en momentos en que el sindicalismo oficialista realiza reiteradas presiones sobre empresas en base a dos criterios básicos: perjudicar el desempeño de empresas que el Gobierno identifica como opositoras y absorber trabajadores de diversos gremios para el de Camioneros, liderado por Hugo Moyano, el titular de la CGT.

Moyano y el Gobierno mantienen desde hace años un estrecho intercambio consistente en que el sindicalista apoya al Gobierno, mientras éste apoya su estrategia de poder en el campo sindical y político: Néstor Kirchner, como jefe del justicialismo promovió el acceso de Moyano a la jefatura del peronismo bonaerense.

Se ha configurado, por lo tanto, una relación de intereses sindicales y políticos a la cual se subordina la situación y las perspectivas de las empresas y, por lo tanto, de la economía.

Cabe señalar que, si bien la economía avanza estimulada básicamente por las condiciones externas y la producción del complejo sojero, el ritmo de la inversión no acompaña el de la demanda, lo cual pone en cuestión las condiciones del crecimiento futuro y, en particular, la evolución de la inflación. La debilidad de la inversión en el contexto de crecimiento se explica por la incertidumbre que generan factores como las presiones del oficialismo sobre las empresas.

Por este motivo, los dirigentes de las entidades más representativas del empresariado, como la UIA, ADEBA, las cámaras de Comercio y de la Construcción, la Bolsa y la Sociedad Rural, produjeron un documento conjunto en el cual rechazan el proyecto oficial de reparto de ganancias y consideran que el mismo ?avanza hacia un poder de interferencia sindical que choca contra los principios constitucionales de derecho de propiedad?. Afirman también, que el proyecto otorga a los sindicatos facultades de fiscalización y de información que los empresarios consideran ajenas a su cometido y superiores a las de los propios accionistas.

La conjunción de iniciativas de diverso orden que afectan a las empresas contribuyen a deteriorar el clima de negocios, desalentando inversiones locales y externas y la creación de empleo. También refuerzan el escenario de conflicto creado por la política de confrontación oficial, la cual empaña la vida política y el funcionamiento de las instituciones.

Por todo esto, las ofensivas oficialistas contra las empresas, lejos de promover el bienestar de los trabajadores, afectan el ingreso en la medida que fomentan la inflación, y los puestos de trabajo en tanto desalientan las inversiones.

El proyecto de distribución de ganancias empresarias es parte de la política de presiones del Gobierno y el sindicalismo sobre las empresas. Ha recibido el rechazo de los dirigentes de las entidades empresarias más representativas del país. Lejos de beneficiar a los trabajadores, el proyecto y la política de confrontación del oficialismo, crean una incertidumbre que promueve la inflación y desalienta las inversiones y la creación de empleo.

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