La creciente presión inflacionaria, que afecta a los precios de productos de la canasta familiar, estaría relacionada con un aumento del circulante no vinculado a una mayor oferta de bienes y servicios, es decir, dinero proveniente del narcotráfico. Esta tesis, ya adelantada en esta columna días atrás, ha sido sustentada ahora por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), una ONG nada sospechosa de oposición y por la que pasaron en un pasado reciente varios ministros o ex ministros del actual gobierno, como el hoy presidente de YPFB Carlos Villegas. Según el director ejecutivo del CEDLA, Javier Gómez, el aumento de los precios en el mercado interno y la sobre-liquidez de la economía se debe en parte a la participación del sector coca-cocaína. El anuncio de esta ONG viene días después de que el vicepresidente García Linera admitiera que unos 700 millones de dólares del narcotráfico son inyectados anualmente en la economía boliviana. La narco-economía o Narconomics es un fenómeno que ya no puede ser escondido y que puede acabar definiendo a toda una época.
Sueños de guerra
Dijo Álvaro García Linera que “está latente el riesgo” de que Estados Unidos invada Bolivia con el “pretexto” del aumento del narcotráfico, “como ocurrió en Panamá hace 20 años”. Como quien dice, al vice “le hizo el saco” sin que hubiera amenaza alguna de que suceda tal cosa. ¿Una conciencia culpable? Lo cierto es que no es la primera vez que desde el gobierno se baten tambores de guerra, como ya lo hiciera el presidente Evo Morales en ocasión del amague bélico de Hugo Chávez contra Colombia. El sueño de una “guerra antiimperialista” donde heroicas guerrillas de cocaleros se enfrenten a las tropas norteamericanas parece ser parte del repertorio onírico que visita las noches de nuestros gobernantes, y a eso quizás apunte el polémico “Entrenamiento de Patriotas” llevado a cabo en los cuarteles. Iniciativa enmarcada, a su vez, en la doctrina chavista de la “guerra asimétrica”, según la cual fuerzas de menor cuantía confrontan a un ejército invasor imperial. En esas manos estamos…