Mitos y verdades de la “Evonomía”

arce Un artículo escrito por la corresponsal en La Paz de la revista América Economía, Jean Friedman-Rudovsky, está siendo ampliamente difundido desde esferas gubernamentales. La nota, que busca destacar los “logros” de la política económica de Evo Morales (Evonomics, que traducimos aquí como “Evonomía”), combina de tal forma medias verdades con distorsiones, sesgos, omisiones y errores, que puede tener un importante efecto desinformativo. Merece, por lo tanto, un análisis detallado. Veamos los puntos principales del artículo:

“Record de reservas internacionales”



La nota habla sobre los 8.000 millones de dólares de reservas (acumulados durante la etapa de alza de los precios internacionales) pero omite hablar sobre el reverso de la medalla: los 12.500 millones de dólares de deuda interna y externa acumulados hasta el momento por el gobierno de Evo Morales, según datos de Cainco. Datos que no tienen en cuenta los últimos endeudamientos externos, que agregan otros 1.000 millones de dólares a las cuentas negativas.

“Uno de los crecimientos más altos de América Latina”

Friedman-Rudovsky escribe que el promedio de crecimiento de la economía boliviana bajo Evo Morales ha sido “del 5,2% anual”, agregando que sería uno de los más altos del continente. No sabemos de dónde extrae tal cifra, pero sí conocemos las de la Fundación Jubileo (Iglesia Católica), donde se indica que el promedio ha sido del 4,7% anual, habiendo caído el 2009 al 3,36%. Estos números deben contrastarse, por ejemplo, con los de la república del Perú, que ha tenido en el mismo periodo un crecimiento promedio del 8% anual. Prestigiosos economistas han señalado que Perú podría considerarse como el contrafactual de la economía boliviana, es decir, el modelo de lo que podría haber sucedido con Bolivia si hubiera tomado un rumbo similar, suscribiendo un tratado de libre comercio con Estados Unidos (TLC) y optando por la iniciativa privada como generadora de riqueza y empleo.

“La inflación ha caído significativamente”

En este punto se distorsiona la realidad, ya que no existe caída significativa alguna respecto a los gobiernos anteriores (que en general controlaron correctamente la inflación desde la negativa experiencia de la UDP). Sí la hay respecto a la inflación que se vivió en este mismo gobierno el año 2008, cuando saltó al 12% anual. Sin embargo, las presiones inflacionarias subsisten, como se ha visto en pasados días con un importante aumento en los precios de productos de primera necesidad. Es necesario acotar que los métodos utilizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el cálculo de las variaciones al Índice de Precios al Consumidor (IPC) han sido cuestionados, por incluir en la “canasta familiar” productos ajenos a ella (por ejemplo, celulares) que tienden a bajar el promedio.

“La economía boliviana tiene otro motor”

Según el ministro de hacienda Luis Arce Catacora, cuya opinión es varias veces citada en la nota, el “éxito” de la “Evonomía” se debería a que Bolivia ya no depende solamente de los precios internacionales, sino que ahora cuenta con “otro motor” que sería la demanda interna. Punto sumamente discutible, ya que la demanda interna no puede haber crecido si durante el gobierno de Evo Morales el desempleo trepó del 8% al 11%, de acuerdo a cifras del propio INE, lo que equivaldría a casi 300.000 puestos de trabajo perdidos. Sumemos a eso la insuficiencia de los aumentos salariales denunciada por la Central Obrera Boliviana (COB) en las protestas del 1º de mayo de este año, la persistencia de los niveles de pobreza en el 60% y el impacto marginal de la política de bonos (últimamente solventados con deuda externa). En lo que sí coincidimos con el ministro Arce es en la existencia de un “segundo motor”, sólo que este sería el narcotráfico, que estaría inyectando en la economía boliviana cerca de 1.000 millones de dólares al año.

“Se incrementó la participación del Estado en el sector hidrocarburos del 20% al 80%”

El artículo de Friedman-Rudovsky vuelve a distorsionar los hechos al señalar que la participación del sector estatal en los hidrocarburos habría subido del 20% al 80% en el actual gobierno. Lo cierto es que la participación pública creció fuertemente con la Ley de Hidrocarburos promulgada en el 2005, año anterior al ascenso de Evo Morales al poder. Con esa norma el Estado pasó a percibir el 50% de la renta hidrocarburífera. Posteriormente, el decreto de “nacionalización” incrementó el porcentaje, que con los descuentos por costos que permiten los nuevos contratos quedaría en un 62,5% del negocio para las arcas públicas. De manera paralela, la política de hidrocarburos de la “Evonomía” generó una ralentización de las inversiones petroleras, pérdidas de mercados externos (Brasil procura su autosuficiencia) y crecientes problemas en el abastecimiento interno de gasolina.

“Inversión extranjera detenida… por culpa de la oposición”

En este punto se desnuda un sesgo ideológico de la nota, al atribuirse la paralización de la inversión extranjera a “la inestabilidad política en el oriente del país, controlado por la oposición”. Un argumento que ya no puede ser atribuible al error sino a la deshonestidad. Por supuesto, el artículo obvia cualquier mención a la inseguridad jurídica generada por las estatizaciones discrecionales y por la encendida retórica presidencial.

“Un gobierno felicitado por el FMI”

He aquí una verdad-boomerang: el gobierno sí ha sido felicitado por su corrección macroeconómica, lo que significa que tuvo el acierto de no hacer grandes cambios a la política ortodoxa heredada de los odiados gobiernos neoliberales.

En resumen, el artículo es una buena muestra de la efectividad del Ministerio de Hacienda en materia de lobby mediático. Si la realidad del país no se corresponde con las ficciones divulgadas, habrá que reconocer que han sabido venderlas muy bien…

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