Correa retoma el control en Ecuador y promete una depuración en la policía


Una protesta policial desata el caos y la violencia en las principales ciudades del país y pone en jaque al Gobierno.- El mandatario, a salvo en el palacio presidencial tras haber sido retenido 11 horas en un hospital, denuncia un intento de golpe de Estado. Hay dos muertos y decenas de heridos.

Leales aplastan rebelión en Ecuador. La fractura institucional. Gobernar en un país convulso.

image Celebración. Desde el balcón de la casa presidencial (foto Reuters)



El País (Madrid)

AGENCIAS, Quito – 01/10/2010

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Una protesta de policías en Ecuador ha llevado el caos al país y ha puesto en jaque al Gobierno y al presidente del país, Rafael Correa, que estuvo retenido 11 horas por los amotinados. El Ejército, leal al mandatario, tuvo que intervenir por la fuerza esta madrugada para liberarlo, tras enfrentarse a tiros a los policías sublevados en los alrededores del hospital donde estaba atrapado. El Gobierno, que ha retomado el control de la situación, busca ahora a los responsables de la sublevación y apunta al ex mandatario Lucio Gutiérrez como instigador de la revuelta.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha acusado a la oposición de intentar derrocarle con un golpe de Estado y ha confirmado que está estudiando la posibilidad de disolver el Parlamento en medio de protestas policiales.El mandatario ha dicho que los manifestantes, a los que ha acusado de traición y conspiración, intentaron agredirlo y necesitó de atención médica.Un grupo de soldados ha tomado el control del principal aeropuerto de Quito y cientos de policías están protestando en las calles mientras el presidente estudia disolver el Congreso por el bloqueo a una ley de austeridad que alcanza a las fuerzas de seguridad. – AGENCIA ATLAS

Después de un tiroteo de más de media hora y protegido por una larga fila de efectivos pertrechados con escudos, cascos y armas de fuego, el dirigente salió en silla de ruedas de la clínica, pues acababa de ser operado en una pierna, hacia una caravana de vehículos que lo trasladó directamente al palacio presidencial. Allí se asomó inmediatamente al balcón, donde le esperaban algunos ministros, para dirigirse a los centenares de sus partidarios que se habían congregado frente al edificio y agradecer a los líderes internacionales -entre ellos el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero- el apoyo mostrado.

"En esto hubo gente de Lucio Gutiérrez", dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. Correa anunció "una profunda depuración de la Policía Nacional" y afirmó que "no habrá perdón ni olvido" para lo que definió como "un intento de golpe de Estado". El comandante general de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, ha dimitido ya de su cargo, según el canal Ecuavisa, aunque la información no ha sido confirmada oficialmente.

El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, afirmó, por su parte, que investigará "la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles oficiales" que llevó a la sublevación. "No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración", dijo Correa en una rueda de prensa tras ser liberado por militares del hospital en el que permaneció durante casi todo el día de ayer retenido por policías sublevados, que protestaban contra un proyecto de ley que reduce sus beneficios salariales. Según Correa, cuando intentó explicarles que les elevó los sueldos "como nunca antes", las tropas le respondieron "no, eso lo hizo Lucio (Gutiérrez), sabiendo bien entonces quiénes estaban en esa conspiración", dijo.

Correa confirmó también que al menos un miembro de un equipo policial de élite murió y 27 personas resultaron heridas durante su rescate, aunque la cifra final aún no ha podido ser determinada. Además, el Gobierno ha confirmado que un civil ha fallecido y más de medio centenar de personas han resultado heridas como consecuencia de los enfrentamientos entre los sublevados y los seguidores del presidente mientras permanecía retenido. Entre los heridos está el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, hospitalizado al ser golpeado en la cabeza por policías sublevados. En el momento de ser ingresado, Patiño presentaba una herida y manchas de sangre en su camisa.

Violenta jornada

La revuelta se desató ayer en Quito tras la aprobación de una ley que reduce los beneficios salariales de la policía y prendió como la pólvora en todo el país. Los policías tomaron la Asamblea Nacional, cuarteles y calles principales en diversos puntos del país. Algunos soldados se sumaron en los primeros momentos a la protesta y tomaron la pista del aeropuerto de Quito, sede también de la base aérea militar más importante del país, que reabrió por la noche tras permanecer cerrado durante varias horas.

El presidente acudió temprano a la sede del Regimiento 1 de Quito para intentar zanjar la crisis recordando a los policías que les había mejorado el sueldo más que nadie. Pero los agentes le gritaron "mentiroso, mentiroso" y le lanzaron gases lacrimógenos. Correa perdió entonces los papeles y les desafió allí mismo: ""Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo visiblemente exaltado. Poco después, en declaraciones a un canal de televisión ecuatoriano, proclamó: "Es un intento del golpe de Estado de la oposición". "Me siento traicionado, no por todos, pero habrá que depurar", añadió.

Poco después de los primeros disturbios, el presidente se dirigió junto al ministro del Interior, Gustavo Jalkh, a decenas de policías de tropa en el Regimiento 1 en Quito y desde una ventana de una oficina del edificio intentó dialogar con los manifestantes, que le abuchearon y lanzaron objetos y gases lacrimógenos.

"No daré ni un paso atrás, si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa y si quieren traicionar su misión de policías, traiciónenlos", exclamó Correa en un encendido discurso en el que agregó que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".

Los policías intentaron retener al mandatario para forzar la negociación, pero su escolta logró rescatarlo y trasladarlo al Hospital de la Policía para que fuera atendido de las heridas sufridas durante la evasión -sobre todo en una rodilla recién operada-. Allí fue rodeado por los sublevados quedó retenido. "Olvídese de cualquier acuerdo o cualquier diálogo mientras no pueda salir", dijo en una conexión telefónica con Ecuador TV desde la clínica. "Saldré de aquí como presidente o con los pies por delante", sentenció.

Estado de excepción

Ante el violento desarrollo de los acontecimientos, el Gobierno declaró el estado de excepción en el país durante una semana y anunció que el Ejército tomaría en sus manos la seguridad del país. El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, Ernesto González, rodeado de otros altos mandos militares, manifestó el apoyo de los militares al presidente y su respeto por las instituciones democráticas, y ha aclarado que Correa es su "máxima autoridad". No obstante, pidió "encarecidamente" la revisión de la ley que ha provocado la protesta.

Pese al estado de excepción, el ministro Patiño instó a los cientos de partidarios de Correa congregados fuera del Palacio de Gobierno de Carandolet, en el centro de Quito, a que acudieran al hospital a rescatar al presidente. Los amotinados lanzaron gases lacrimógenos a los grupos que lo intentaron, pero unos 2.000 lograron llegar hasta las inmediaciones del edificio y se enfrentaron con los policías.

Caos en las ciudades

Quito se convirtió ayer en una ciudad fantasma. Las escuelas e institutos enviaron a los estudiantes a sus casas. En las entidades públicas se dio la orden de que el personal se retirara a sus hogares. La mayoría de la población de la capital permaneció en sus casas durante todo el día, a la espera del desenlace de los acontecimientos.

Los comercios cerraron las puertas tanto en Quito como en las ciudades de Ibarra, Esmeraldas, Cuenca, Ambato, Loja y Guayaquil. En esta última se registraron varios saqueos. El temor era generalizado en la población, tanto a ataques de la delincuencia como al enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad. Además, la ciudadanía ha criticado que la única vía de información sean los canales gubernamentales.

Comisión para poner fin a la crisis

Los amotinados exigen la restitución de varios beneficios, entre ellos un bono de la policía, los años previstos de ascensos, las condecoraciones, eliminados con una nueva Ley de Servicios Públicos aprobada anoche. Todo ello supone alrededor de 30 millones de dólares (22 millones de euros), de los que los policías solicitan que la mitad sea destinada a la construcción de viviendas para agentes.

La revuelta se produce en momentos en que el presidente Correa considera disolver el Congreso ante el estancamiento que existe en la aprobación de varias leyes de reducción de gastos estatales. Incluso varios parlamentarios de su partido se oponen a estas leyes. La disolución le permitiría legislar por decreto y convocar elecciones anticipadas.

El ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, ha reconocido que su país está ante una situación "delicada" y frente a un proceso de "desestabilización del Gobierno y la democracia". Los Gobiernos latinoamericanos y España han mostrado su apoyo al Gobierno de Correa y esperan que la situación se solucione de forma pacífica.

La situación de Ecuador ha tomado posición en la lista de Trending Topics de Twitter.

La OEA repudia "cualquier intento de alterar la institucionalidad democrática"

La Organización de Estados Americanos (OEA) ha aprobado por aclamación una resolución que respalda "unánimamente al Gobierno Constitucional de Rafael Correa" y repudia "cualquier intento de alterar la institucionalidad democrática" en Ecuador. En una reunión extraordinaria convocada de urgencia tras la revuelta policial de este jueves en ese país, los representantes de los países miembros pidieron al secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, "que brinde toda la cooperación de la Organización a solicitud del Gobierno de Ecuador". El proyecto de resolución fue presentado por Perú y apoyado por por las delegaciones de todos los países miembros, que calificaron los hechos de intento de golpe de Estado contra el Gobierno.

La embajadora de Estados Unidos ante la OEA, Carmen Lomallin, destacó que EEUU hace una "condena tajante de los hechos" provocados por los policías y militares que protestan por un proyecto de ley para eliminar incentivos salariales. "Apoyamos al Gobierno democrático de Ecuador e instamos al secretario general a expeditar la resolución de este conflicto en la forma más democrtica posible", dijo Lomallin, en términos muy similares a los que se pronunciaron sus colegas del continente.

El documento aprobado después de una reunión de apenas una hora y media, solicita al Gobierno de Correa que continúe informando sobre el desarrollo de los hechos y hace "un enérgico llamado a la fuerza pública de Ecuador y a los sectores políticos y sociales a evitar todo acto de violencia que pueda generar una situación de inestabilidad política".

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, que habló por teléfono con el presidente Correa tras la intentona golpista, mostró su voluntad de apoyar en todo lo necesario al Gobierno ecuatoriano en estos difíciles momentos.

EFE

Unasur repudia intento de golpe

La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ha expresado hoy su más enérgica condena contra el intento de golpe de Estado perpetrado contra Rafael Correa ya ha acordado la visita de los cancilleres de los países miembros a Quito para expresar su respaldo al presidente ecuatoriano.

Los presidentes de los países de Unasur reunidos en Buenos Aires han aprobado una declaración que "condena enérgicamente el intento de golpe de Estado y posterior secuestro de Rafael Correa" y subrayan la necesidad de que "los responsables de la asonada golpista sean juzgados y condenados". Además, advierten de que si se repiten situaciones similares contra las democracias de la región, adoptarán medidas drásticas, como cierre de fronteras y suspensión de las relaciones comerciales.

Leales aplastan rebelión en Ecuador

La revuelta policial fue calificada por el gobierno como un intento de golpe de Estado, que dejó un saldo de dos muertos y varios heridos. En los primeros minutos de los disturbios el gobierno decretó estado de excepción una semana.

El presidente Correa advirtió a los policías sublevados que serán sancionados, ´Avergüenzan a la institución policial; tendrán que salir de las filas de la institución´, remarcó.

image Fuerzas de elite sometieron a los rebeldes (foto Ap)

Viernes 01 de octubre de 2010 El Universal (México)

QUITO (Agencias).— Fuerzas de élite del  Ejército y de la Policía nacional de Ecuador encabezaron anoche un operativo para rescatar al presidente- Rafael Correa, quien estuvo nueve horas en un hospital retenido por elementos policiacos sublevados.

La revuelta policial fue calificada por el gobierno como un intento de golpe de Estado, que dejó un saldo de dos muertos y varios heridos. En los primeros minutos de los disturbios el gobierno decretó estado de excepción  una semana.

En el rescate, el mandatario salió en un auto resguardado por  militares. Correa llevaba un casco, una máscara antigases e iba en silla de ruedas.

Para retirarlo del hospital militar, los soldados rodearon el nosocomio, dispararon gases lacrimógenos  y balas contra los policías insubordinados.

Ya en la sede del Ejecutivo, el Palacio de Carondelet, el mandatario se dirigió a sus partidarios.  A los insubordinados, los llamó “supuestos policías que avergüenzan a la institución”.

Acusó directamente a Lucio Gutiérrez,  ex presidente y ex militar, de estar detrás de la asonada.

Desde su encierro, el mandatario había dicho que saldría del hospital “como presidente o como cadáver”.

El caos se desató cuando cientos de policías protestaron contra una ley que elimina beneficios salariales e incentivos en los ascensos. Los manifestantes tomaron el Regimiento Quito, a donde se trasladó Correa para dialogar.

Los manifestantes lo recibieron molestos y con gritos, por lo que Correa ingresó en las instalaciones y desde una ventana se dirigió a los policías de tropa. Cuando ya se iba, cojeando y con una máscara, le lanzaron gases lacrimógenos.  “Si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme  si les da la gana”, dijo.

Mientras duró la crisis, la comunidad internacional expresó su apoyo al presidente ecuatorianno.

Desde todos lados se hacían llamados para que se restableciera el orden y se respetara a un presidente electo democráticamente. La ONU y la OEA se mostraron preocupadas. La Unión de Naciones Suramericanas preparaba una reunión para evaluar la situación. El Unuversal.mx

La fractura institucional

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ENOJO. Efectivos ecuatorianos afuera de la sede de la Policía Nacional hicieron algunas quemas (Foto: GUILLERMO GRANJA REUTERS )

    Viernes 01 de octubre de 2010 José Vales Corresponsal | El Universal

    BUENOS AIRES.— Si algo había recuperado Ecuador desde la llegada al poder del presidente Rafael Correa, era la institucionalidad; la misma que desde 1997 y hasta 2006 había sido vapuleada sistemáticamente por diferentes sectores.

    El menor gesto de malhumor ya sea de indígenas, militares o cabilderos políticos solía bastar para tumbar a un presidente constitucional.

    El más reciente fue Lucio Gutiérrez, a quien el propio Correa acusó ayer de estar detrás de la sublevación policial que derivó en un intento de golpe de Estado. El lado positivo de la triste situación que vivió ayer Ecuador es la rápida reacción de la comunidad internacional en su conjunto para manifestarse contra la asonada.

    La cercanía con el golpe en Honduras y la experiencia de Venezuela y la intentona golpista de 2002, entre otros hechos de alteración constitucional, resultaron una lección para los gobiernos, incluso el estadounidense, que ayer repudió la violencia.

    Con lo ocurrido, la institucionalidad aparentemente recobrada volvía a temblar con fuerza. “Esa era la sensación; pero ayer quedó claro que esa estabilidad no es genuina, sino comprada”, explicó un ministro de Correa, tempranamente fugado hacia la disidencia. Con la cautela del momento y en estricto off the record, dijo que “en los últimos años el salario de los policías subió casi 45%; los militares vieron cómo se les incrementó el presupuesto, se renovaron arsenales y ahora, cuando la economía requiere un ajuste, se sublevan”.

    De hecho, la administración Correa, que lleva destinados 2 mil millones de dólares en acción social, construcción de infraestructura y viviendas y en aumentos salariales a los sectores más desfavorecidos, entre los que están policías y militares, logró disminuir la pobreza de 24 a 16.5%, según datos del propio gobierno.

    Fue un “ajuste” —esa palabra que Correa repudió una y mil veces por cuestiones ideológicas, pero que se ve obligado a aplicar por la caída del sector petrolero (de 1.7%) y la necesidad de revisar la cifra de crecimiento del PIB para el 2010—, que su condición de economista sagaz le impone, lo que terminó llevando al mandatario, junto con la violencia sediciosa de los policías golpistas, a estar aislado en un cuarto de hospital. Pero no fue sólo la necesidad de frenar el gasto público lo que llevó a Correa a esta situación que lo fuerza a pensar en una salida constitucional de “muerte cruzada” (que faculta al mandatario a disolver a la Asamblea Nacional y convocar a elecciones anticipadas, y a ésta a destituir al presidente), no bien se tranquilice la actual crisis nacional.

    Fue su estilo, su forma de entender los asuntos de Estado y el modo en el que administra su alta cuota de aceptación popular, como se pudo ver ayer en las calles de la capital del país y de las principales ciudades.

    ¿Traición de un estilo?

    El veto presidencial a la Ley de Servicio Público terminó enfrentando a Correa con su propio bloque legislativo, de la misma forma en que hace más de un año se divorció de los indígenas de Pachacutick. Es evidente que a Rafael Correa no solamente lo traicionaron los policías y un grupúsculo de militares que simpatizan con Lucío Gutiérrez, sino su estilo.

    Fue su carácter el que lo llevó a torear él mismo a los policías en plena protesta, cuando todo indica que un subsecretario, emisario presidencial o, en el peor de los casos, un ministro, podrían haber llevado adelante la negociación, pero nunca un presidente desafiante como un miembro de una porra futbolera a la salida de cualquier estadio.

    Sin duda, este ha sido un golpe a su estilo de gobernar, que Correa, rescatado anoche mismo por el Ejército a sangre y fuego, buscará solucionar con la “muerte cruzada”.

    Gobernar en un país convulso

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    Éxito. Correa salió con máscara antigas y en silla de ruedas del nosocomio donde se encontraba (foto Ap)

      Viernes 01 de octubre de 2010 El Universal
      QUITO (Agencias).— Ecuador quedó inmerso ayer en un caos institucional, tras la protesta de policías contra un recorte de sus beneficios económicos. A continuación algunos datos sobre Correa y Ecuador:

      El presidente Rafael Correa nació en 1963 en una familia de clase media en la ciudad de Guayaquil. Obtuvo un título en Economía de una universidad local antes de ganar becas en Bélgica y Estados Unidos, donde se doctoró en 2001.

      Fue electo presidente en 2006, prometiendo una “revolución de ciudadanos” para distribuir mejor los recursos naturales de Ecuador y luchar contra lo que él llama la élite corrupta de la nación. En 2008, Correa declaró una cesación de pagos de una deuda externa de miles de millones de dólares.

      Su decisión fue aplaudida por muchos ecuatorianos pero criticada por inversores. Correa respaldó el cambio a la Constitución para inclinar el equilibrio de poderes a favor del Ejecutivo, y ganó fácilmente la reelección bajo la nueva Carta magna en el 2009. Ex ministro de Economía, Correa gastó miles de millones de dólares en proyectos sociales. Su gobierno había invertido en reparar escuelas, modernizar hospitales y construir casas para los necesitados.

      Como consecuencia de una cesación de pagos previa, Ecuador adoptó el dólar estadounidense como su moneda en el 2000. En ese momento, el país sufría una crisis financiera que elevó los niveles de pobreza a un 70%.

      Un poco más grande en tamaño que Gran Bretaña, Ecuador es el principal exportador de banana del mundo y tiene riquezas en cobre y oro, pero su economía está impulsada principalmente por las exportaciones de crudo y las remesas de los inmigrantes.

      Siete gobernantes

      Ecuador ha tenido siete mandatarios desde 1997:

      Abdalá Bucaram fue electo presidente en 1996 y luego apartado del poder, tras adoptar varias medidas económicas que resultaton impopulares.

      Esa crisis de gobierno se cerró el 11 de febrero de 1997, con el nombramiento de Fabián Alarcón como presidente interino hasta 1998, cargo que ratificó la población en un referéndum.

      En julio de 1998, fue electo presidente Jamil Mahuad, quien se mantuvo en el gobierno hasta enero de 2000, cuando fue depuesto en un golpe de Estado cívico-militar, liderado por indígenas y militares, entre ellos el coronel Lucio Gutiérrez.

      El entonces vicepresidente Gustavo Noboa recibió temporalmente la presidencia. Su mandato fue convulso.

      En enero de 2003, tomó posesión como mandatario Lucio Gutiérrez, el cual había vencido en las elecciones presidenciales de noviembre anterior.

      El 20 de abril de 2005, el Congreso lo destituyó aduciendo un polémico abandono del cargo cuando se hallaba en el palacio presidencial. La Presidencia recayó entonces en el vicepresidente Alfredo Palacio, quien permaneció hasta enero de 2007.