Aumenta violencia relacionada al narcotráfico


El miércoles hubo balacera en Cochabamba y un presunto narcotraficante quedó herido y a este se suman 4 muertes ocurridas entre el 18 de octubre y el 18 de noviembre que están relacionadas con el narcotráfico.

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El inmueble donde el 24 de noviembre la policía desmanteló una fábrica de cocaína.



Por Katiuska Vásquez – Los Tiempos

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La balacera entre presuntos narcos la noche del miércoles, que terminó con una persona herida, mostró que en Cochabamba este tipo de violencia aumenta.     

El altercado reveló además la presencia de centros de producción de cocaína en zonas urbanas y pobladas de la ciudad, pues la casa donde ocurrió el enfrentamiento está ubicada en el barrio El Molino, cerca al  kilómetro 5 de la avenida Petrolera.

Al herido del miércoles se suman cuatro muertes ocurridas entre el 18 de octubre y el 18 de noviembre que están relacionadas con el narcotráfico.

El improvisado laboratorio de cocaína hallado el 24 de noviembre estaba especializado en el “ollado” –solidificación del sulfato base de cocaína–, el pesaje y el envasado de la droga, informó el comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), Juan Luis Torrelio.

La víctima, de 44 años, Florencio Velarde Vargas, es un ex convicto por narcotráfico que salió libre hace dos años y el día en el que fue herido fue interceptado en la puerta de su vivienda por dos presuntos “narcos” que lo esperaban a bordo de un auto blanco tipo taxi, según un testigo de la balacera. 

El enfrentamiento culminó con un traficante herido con dos impactos de bala, un joven detenido y el decomiso de 1,5 kilos de pasta base de cocaína que se desparramó en el suelo cuando la víctima forcejeaba con uno de sus atacantes, que le decía con insistencia: “No lleves eso…”.

En medio de la discusión y luego de que la droga se derramara, se bajó del taxi un segundo atacante armado y disparó tres veces: una al aire y dos contra el traficante, añadieron los testigos.

El traficante se desplomó luego de recibir un disparo en la espalda y otro en el pie izquierdo. Casi todos los testigos corrieron a refugiarse en sus casas hasta que llegó la Policía y, poco después, una patrulla de la Felcn. El jefe de la unidad antidroga informó “que en la requisa al domicilio del herido pudimos evidenciar ciertos residuos de cocaína base, por ello se presume que el caso está relacionado con el narcotráfico”.

Antes de la balacera era frecuente que los vecinos se pregunten de dónde venía el “olor a masa podrida” –aroma similar que se desprende cuando se procesa el sulfato de cocaína–, contó un testigo.

Aunque algunos sospechaban el origen, porque conocían los antecedentes delictivos de la familia, nunca se animaron a denunciar por miedo a sufrir represalias. Incluso antes de los disparos, unos vecinos vieron el vehículo sospechoso pero una de las pobladoras despejó sus temores al decirles que el del auto blanco “era su esposo”.

El improvisado laboratorio funcionaba a una cuadra de la escuela del barrio, a dos de una iglesia evangélica, a tres del surtidor Rioja, donde el pasado 10 de marzo explotó un auto  con  15 kilos de pasta de cocaína.

Crímenes sin resolver

El hallazgo del inmueble donde funcionaba una fábrica de pasta base de cocaína ocurre en un momento en el que las presuntas víctimas mortales del narcotráfico suman cuatro en un mes. Tres de ellas han sido asesinadas en poblaciones del trópico de Cochabamba en circunstancias aún no esclarecidas.

La Policía aún no ha dado con los móviles del crimen de la abogada Rosemary Laime Fernández (48), una conocida defensora de personas con problemas con la Ley 1008 y por atender por lo menos el 40 por ciento de los procesos por narcotráfico en el trópico, torturada y muerta el 18 de octubre en Puente Roto (Zezarzama).

La autopsia reveló que la mujer fue quemada con ácido, golpeada y asfixiada.

Aunque la investigación sigue tres pistas, aún no hay responsables. Pocas semanas después, el 11 de noviembre, Ivirgarzama fue escenario de un doble asesinato: los comerciantes de flores Crescencio Herrada Villarroel y Dora Claros fueron encontrados degollados y con los labios mutilados en su habitación dentro del mercado de esa población.

El 15 de noviembre fue asesinada en una balacera una comerciante.

La mujer fue interceptada en un vehículo  a plena luz del día y asesinada por unos pistoleros que presuntamente la siguieron desde Punata.