Defensa de la libertad


HumbertoVacaflorHumberto Vacaflor Ganam – Economía de palabras

El jefe de esta corriente regional, Hugo Chávez, ascendió al general Henry Rangel como premio por haber dicho que los militares venezolanos no reconocerían el triunfo electoral de un opositor.

A los tres días de ese hecho, los comandantes de las FFAA de Bolivia fueron ratificados en sus cargos por haberse declarado socialistas y anti-imperialistas, con iguales intenciones anti-democráticas que los venezolanos.



Quizá el remedo sea un poco burdo, pero esto confirma que las acciones de los gobiernos de esta corriente están coordinados. Ni siquiera toman en cuenta que ya una vez los militares bolivianos se opusieron a un resultado electoral en Bolivia y fueron derrotados en las calles.

Lo cierto es que hay una coordinación en esta corriente. Lo que hace inevitable que coordinen sus acciones los que están enfrente.

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Y eso es lo que está ocurriendo. No sé lo que estén haciendo los políticos regionales, pero los periodistas están coordinando su acción de defensa de la libertad.

El ejemplo dado por las organizaciones de periodistas de Bolivia al demandar ante la OEA al gobierno del presidente Evo Morales por la ley enmascarada contra la libertad de prensa ha señalado el camino.

Periodistas de Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela están coordinando sus acciones. Acaban de advertir que las iniciativas contrarias a la libertad de expresión son idénticas y han decidido enfrentarlas con tácticas idénticas.

Un balance hecho hace pocas horas en el Caribe, entre periodistas de cuatro países de la región, confirmó que la arremetida contra la libertad de expresión obedece a una corriente que quizá no haya surgido de manera concertada, pero ha coincidido en la urgencia de acabar con la libertad para favorecer a los regímenes autocráticos.

Lula da Silva odia tanto a los “analistas” del periodismo como nuestros gobernantes, o como el finado Kirchner y su viuda o el economista Correa. Odia que se les haga preguntas de los periodistas y, todos ellos, responden a las preguntas con otras preguntas, pero sobre todo con prepotencia y con abuso de poder. Preguntan al reportero quién lo mandó. Algunos de estos prepotentes insultan a los periodistas, como ocurre aquí, pero todos ellos preparan leyes, con o sin máscara, contra la libertad de prensa.

La mala noticia para estos aprendices de Mussolini es que los periodistas de la región han optado por coordinar sus acciones. Y que la causa de la libertad tiene el apoyo de los pueblos.