Ya llega Superhéctor

SUPERHÉCTOR El gobierno está a punto de concretar la creación de la superpoderosa Procuraduría General del Estado, entidad que a nombre de “defender judicial y extrajudicialmente” los intereses del aparato estatal tendrá una tuición extraordinaria sobre toda la esfera pública y, lo que es más importante, contará con una amplia capacidad para enjuiciar a los ciudadanos que a entender de sus funcionarios estén perjudicando al sector gubernamental. Para esto, la Procuraduría General contará con el poder de instruir al Ministerio Público a iniciar procesos y tendrá su propia Escuela de Abogados del Estado. La Procuraduría gozará de autonomía administrativa, presupuestaria y financiera, y será independiente en el ejercicio de sus funciones, lo que significa que funcionará prácticamente sin fiscalización. Lo más interesante de todo es que esta entidad tendrá el cometido de “supervisar” los millonarios contratos del Estado. Al frente de esta Superinstitución sería puesto, según se comenta, el actual presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce, quien pasaría a convertirse en uno de los hombres más poderosos del país. ¿Será un pájaro? ¿Será un avión? ¿Será Superhéctor?

Iglesia y medios, los más populares

Las nuevas encuestas de opinión son un verdadero dolor de cabeza para el gobierno, que se ha visto relegado a un incómodo tercer lugar en materia de popularidad. Sucede que la preferencia ciudadana elige a la Iglesia Católica y a los medios de comunicación como referentes, casualmente (o no) los sectores más fustigados por el Ejecutivo en los últimos tiempos. Lo que nos plantea la vieja cuestión del huevo o la gallina: ¿son atacados por su popularidad o ésta se debe a un efecto boomerang de la agresión gubernamental?

Traductor oficial de Hacienda

Ya estábamos acostumbrados a que el vicepresidente Álvaro García Linera haga las veces de traductor del presidente Evo Morales, tratando de componer o reinterpretar las declaraciones más desafortunadas del primer mandatario. Ahora, el método parece estarse extendiendo a otras reparticiones del gobierno, más específicamente al Ministerio de Hacienda, cuyo titular ha encontrado en el flamante presidente del Banco Central de Bolivia (BCB) al perfecto traductor oficial para sus desprolijidades verbales. Pocos días después de que el ministro Luis Arce anunciara la depreciación del dólar en el 2011, generando una incipiente corrida cambiaria, Marcelo Zabalaga, cabeza del BCB, ha tenido que pasearse por los medios de comunicación explicando que “no habrá depreciación acelerada” y que por lo tanto “no hay motivo de alarma”. ¿Se encargará también Zabalaga de aclarar que los dichos de Arce en Tarija sobre el virtual derrocamiento de su gobernador fueron mal interpretados por la prensa?



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