A pesar del alza, el azúcar no aparece y las colas continúan

Medida: Gente de zonas rurales llega a La Paz para comprar pequeñas cantidades de azúcar porque Emapa no abastece a estas zonas.

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Precio: un funcionario de Emapa pone un letrero con el nuevo precio de la arroba del azúcar en la calle Rodríguez



El incremento en el precio del azúcar no determinó el retorno del producto a las tiendas de abarrotes y las largas colas continuaron contra toda previsión del Gobierno.

En la calle Gallardo de La Paz, hasta las 09.30 de ayer, unas 420 personas esperaban pacientes en una fila que se formó desde la madrugada. Varios entrevistados coincidieron en afirmar que compraban modestas cantidades por temor a un eventual minigasolinazo que provoque un encarecimiento.

El lunes, la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, anunció un incremento del kilogramo de azúcar de 5,30 a 8 bolivianos con el propósito de evitar ganancias excesivas de los especuladores que se proveen en las tiendas de Emapa y luego salen a revenderlo.

La arroba, que anteriormente se vendía en 61 bolivianos, ahora se comercializa en 86,50 bolivianos, con una diferencia de 25,50 bolivianos.

Ayer se comprobó que las previsiones del gerente General de Emapa, Álvaro Rodríguez, para una reducción de las colas, no se cumplieron.

Cada día se observa a unas 600 personas, y ayer por la mañana, más de 400 consumidores esperaban la atención de los funcionarios estatales en las agencias localizadas en las calles Rodríguez y Gallardo.

“Se está acabando mi quintal de azúcar que he comprado el año pasado, me queda como una arroba más, pero he venido a comprar porque mucha gente dice que otra vez se dará el gasolinazo y eso hará que los productos suban mucho más”, manifestó Teresa Copa.

Otra ama de casa afirmó que teme una nueva subida de precios en los alimentos y por tanto prefiere abastecerse con anticipación.

Un grupo de 12 policías que había llegado al lugar en previsión de desórdenes se retiró al observar la resignación y actitud pasiva de los compradores que estaban más preocupados por los nuevos precios.

Otras personas, al ser consultadas por el alza del precio del endulzante, opinaban en voz baja: “Ha subido, ni modo, qué podemos hacer, necesitamos el azúcar porque es un producto de primera necesidad”.

Pacesa González, una pobladora de Mapiri (Sud Yungas), también estaba haciendo cola en la tienda de Emapa de la calle Rodríguez. Ella relató que en su población de origen el kilo de azúcar se vende entre 10 y 12 bolivianos.

Pero ahora con el nuevo precio llegará a costar a 15 bolivianos, y por ello justificó su viaje hasta la ciudad de La Paz. Explicó que en la población yungueña no existe una tienda de Emapa.

El pasado lunes, el Gobierno adoptó el precio internacional del azúcar como referencia para aplicarlo al producto que distribuye a través de Emapa.

La medida tuvo el respaldo de los ingenios azucareros y cañeros que están de acuerdo con un precio señalado por las fuerzas del mercado.

El despacho de Desarrollo Productivo estima que el alza, que tiene por finalidad desalentar a la intermediación y el ocultamiento, sólo se prolongará hasta marzo, porque desde abril se estima la colocación en el mercado de la nueva partida de azúcar nacional correspondiente a la zafra 2011.

La COB pide aclarar alza del azúcar

La Central Obrera Boliviana (COB) lamentó el incremento en el precio del azúcar y pidió al Gobierno una reunión para que explique las razones de esa determinación y para plantear soluciones.

“Es oportuno reunirnos con el Gobierno para tener una explicación de por qué subió tanto el precio del azúcar. No se puede jugar más con el estómago y con el sentimiento del pueblo boliviano y de los trabajadores. Queremos plantear algunas propuestas que vayan en bien de la clase obrera”, declaró a la ABI el secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes. Indicó que no puede adelantar nada sobre un pedido de revisión de esta medida, porque sería especular mientras no se reúna con el Gobierno.

Por su parte, el dirigente Nicanor Baltazar dijo que el anuncio del incremento, de la arroba de 61 a 86,50 bolivianos, es “exagerado” y será un duro golpe que afectará a los pobres y, sobre todo, a los desocupados. “Creíamos que con el cambio de ministra iba a haber soluciones, pero resultó lo contrario y el tema se agravó más”, afirmó.

El pan no sufre alza de precios

El representante de la Federación Nacional de Panificadores, Juan Carlos Apaza, ratificó ayer que se mantiene el precio del pan de batalla en 0,40 centavos de boliviano por unidad, a pesar del incremento del precio del azúcar.

El dirigente justificó esa medida con el argumento de que la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) distribuye ese insumo a su sector con una subvención, según ABI.

“Nuestra estructura de costos está en función de los precios que nos están entregando. Nosotros estamos manteniendo el precio del pan de acuerdo con el penúltimo convenio que hemos firmado con el Gobierno y ahí estaba puntualizado”, explicó a los periodistas. El pasado 6 de enero, el Gobierno, a través de Emapa, se comprometió a proveer a los panaderos de forma diaria azúcar y harina a un precio de 215 y 145 bolivianos, respectivamente, por bolsas de 50 kilos.

Apaza manifestó también su preocupación por el incremento del precio del azúcar e indicó que su sector espera reunirse con la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales.

Opiniones

“Tenemos miedo al minigasolinazo, varias personas hablan de eso. En El Alto hay azúcar para comprar, pero está más cara. Además, muchas personas dicen que en marzo va a ser peor, porque no habrá para comprar el azúcar ni a un precio alto. ¿Qué más podemos hacer? La necesidad nos obliga a comprar a este precio. El Gobierno nos ha dicho que no subirá”.

Teresa Copa / Ama de casa

“El Gobierno nos ha engañado. ¿Cómo puede permitir que suba el producto de primera necesidad? Más se ocupa de la política; no comemos política. Estoy haciendo fila desde las 05.00 para comprar una arroba de azúcar. Soy artesano, he venido a vender a la Alasita desde Cochabamba, ahí no hay para comprar; por eso quiero aprovechar y llevar para mi familia”.

Luis Tarifa / Artesano

La Prensa