El Tigre hizo respetar su casa

Un gol de Rodrigo Ramallo salvó la fiesta gualdinegra que el club había preparado ayer en Achumani, en el reencuentro de un partido oficial de Liga con su estadio. Un remate del delantero fue suficiente para doblegar a Real Mamoré, que fue hueso duro de roer. El juego improductivo del Tigre, el mal estado de la cancha (está con muchos desniveles y el pasto muy crecido) y la llovizna del primer tiempo ‘conspiraron’ contra el espectáculo deportivo. Si el encuentro terminaba igualado sin goles, no hubiese extrañado a nadie. The Strongest, especialmente en el primer tiempo, hizo poco y el rival sólo se defendió. Y para mala suerte del local, su volante que mejor dominio del balón tiene, Regis de Souza, fue expulsado a los 48 minutos y su equipo tuvo que bregar sin él casi todo el tiempo complementario. Pero el destino de los goleadores tiene su luz al final del túnel en cada partido. Ramallo, que no arrancó de titular, ingresó y marcó el gol, que fue la única emoción del partido.

Achumani retumbó con el tanto. Lo ansiaba demasiado. Además, volver a jugar al Rafael Mendoza y no ganar, hubiese sido para la historia gualdinegra una página negra. Inoperante. El partido empezó con bríos del lado atigrado, pero rápido se desinfló. Mamoré le aplicó una marca férrea, anuló su medio sector y Pablo Lanz y su defensa se volvieron imbatibles. Regis estuvo impreciso. Renán Addles no tuvo espacio ni para girar. Alejandro Chumacero sólo fue una voluntad en movimiento. Christian Ruiz, que no tuvo puntería, remató alto a los siete minutos y fue la única acción de peligro que generó el local en el inicio. Con el terreno húmedo, el balón picó demasiado y más de un jugador resbalaba y lo perdía. Sobre la media hora de juego, el Tigre no hizo nada para crear zozobra en Mamoré y las imprecisiones y los ataques estériles provocaron el descontento de la tribuna, de donde salieron algunas rechiflas. Antes del descanso, Chumacero casi venció con remate corto a Lanz.

Cambió todo. Reanudado el juego, la gente pidió más actitud al local. The Strongest fue frontal en su juego ofensivo, pero en ese afán perdió a Regis, quien en un centro quiso hacer el gol con la mano. Como ya tenía amarilla, el árbitro no le perdonó y le mostró la segunda, después la roja. Sobre llovido, mojado. Con 10, pareció que el partido iba de mal en peor para el local, pero fue al revés. Ramallo reemplazó a los 57 minutos a Leonel Reyes. Néstor Craviotto movió bien sus fichas. Al ver que Mamoré seguía defendiéndose, apostó por gente de gol. Y justo en un rápido ataque atigrado, a los 68, el joven goleador resolvió el partido con un remate bajo y rasante, lejos de Lanz. El equipo respiró por fin, Craviotto quedó tranquilo y Achumani estalló en un solo grito. Mamoré cambió totalmente su rol. Tarde, pero Sergio Luna (debutante ayer en el banco como DT de Real) se dio cuenta de que su plantel podía hacer daño y envió a su equipo hacia adelante con todo. El partido se volvió emotivo. Surgieron jugadas de peligro en uno y otro arco. La visita empezó a crecer y a manejar el balón. En ese instante difícil surgió la valentía y derroche de energías de Chumacero, que generó fútbol en el medio y repartió balones en ataque. Lanz atajó varios balones que llegaron a su arco. Y sobre el final, su colega, Daniel Vaca, también mostró seguridad en el rechazo. Casi pidiendo hora, el Tigre cerró así el juego con un triunfo esmirriado, pero triunfo valioso al final.



Fuente: Unitel.

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