Mentira causó invasión a Irak

Un desertor iraquí, cuyo testimonio sobre la existencia de armas bacteriológicas en Irak fue utilizado para justificar la invasión a ese país en 2003, reconoció por primera vez que mintió y aseguró sentirse orgulloso de haberlo hecho. El ingeniero químico Rafid Ahmed Alwan al Janabi, apodado ‘Curveball’ por los servicios de inteligencia alemanes y estadunidenses, aseguró al periódico británico The Guardian que inventó un inexistente programa de armamento biológico para ‘liberar a Irak’. En una entrevista publicada este miércoles, Curveball señaló que inventó historias de camiones llenos de armas químicas y biológicas, así como de fábricas clandestinas, en un intento por derrocar al régimen de Saddam Hussein. La ‘confesión’ del desertor iraquí tuvo lugar justo después del octavo aniversario del discurso del entonces secretario estadunidense de Estado, Colin Powell, ante las Naciones Unidas, en el cual daba argumentos para invadir a la nación árabe. La información que Powell dio al organismo mundial el 5 de febrero de 2003 se basó en gran parte en las historias que Janabi había dicho al servicio de inteligencia alemán, BND.

También sigue a la publicación de las memorias del exsecretario estadunidense de Defensa, Donald Rumsfeld, quien fue el estratega militar y máximo defensor de la invasión a Irak, en las que admite que no había armas de destrucción masiva en el país, ni programas al respecto. La reputación de los dos exfuncionarios estadunidenses quedó seriamente dañada por haber utilizado el testimonio falso de Curveball, quien ahora dice que bien podría haber sido desacreditado antes del discurso de Powell. Aunque el ingeniero iraquí, asilado en Alemania, aseguró haber mentido para derrocar a Hussein, negó sin embargo haber tenido conocimiento de que su testimonio ayudó a Estados Unidos a construir un caso para invadir a su país natal. Janabi huyó de Irak en 1999 y se refugió en Alemania, donde fue contactado por los servicios secretos de ese país europeo en 2000, a los cuales dijo que trabajaba en una fábrica de semillas bajo control del ejército que en realidad producía armas bacteriológicas. Los testimonios del ingeniero, quien por dos años relató historias sobre el supuesto programa armamentista, fueron sin embargo puestos en duda por el ex jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Europa, Tyler Drumheller. El asunto ha generado dudas sobre el trabajo del entonces director de la CIA, George Tenet, y su adjunto John McLaughlin, por creer los señalamientos de Curveball y transmitírselos a Powell, haciendo caso omiso a Drumheller.

Fuente: Televisa.



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