Bolivia no descarta un acuerdo gradual e inicial sin soberanía con Chile

El debate: Acceso pleno versus acceso progresivo al mar, es el actual dilema. Agenda de 13 puntos: Bolivia en el quinto intento de volver al mar en 132 años. Dos expertos discrepan sobre renegociar el Tratado de 1904. Bolivia puede denunciar o renegociar sus tratados desde 2013

imageFoto Opinión 23/03/2011

La Razón



BOLIVIA NO DESCARTA ACUERDO INICIAL SIN SOBERANÍA CON CHILE

Entrevista al Canciller

El ministro David Choquehuanca en una entrevista en la que confirma el buen momento que, a decir del Gobierno, pasan las relaciones bilaterales con Chile. A la espera de un encuentro presidencial, donde se proseguirán las reuniones de alto nivel y con la esperanza de lograr, de parte del país trasandino, propuestas “útiles, concretas y factibles”, no descarta un desarrollo gradual, aunque sin perder el fin último: un acceso soberano al mar. 

— Canciller, con la esperanza de que no sea la típica entrevista del Día del Mar, ¿qué novedades hay en la relación con Chile de cara a la resolución del tema marítimo?

image — Han pasado 132 años. Hubo en este lapso muchos acercamientos, muchas reuniones para resolver este tema pendiente, que no sólo es entre Bolivia y Chile; la comunidad internacional sabe que hay dos temas por definir en la región: Malvinas y la demanda marítima boliviana… Ahora, desde que asumimos el gobierno logramos que Chile incorpore (el tema marítimo) en la agenda de manera formal y sistemática. Ésta es la agenda de los 13 puntos, que incluye el problema marítimo. En la segunda gestión del presidente Morales, ya en el Estado Plurinacional, con la nueva administración del presidente Piñera, se logra dar otro paso importante: hacer que ambos gobiernos se comprometan, como está registrado en un acta, que en próximas reuniones trabajen propuestas útiles, concretas y factibles.

— ¿Para cuándo se prevén estas propuestas?

— Estaban previstas para diciembre (del 2010), ya que este mecanismo de consultas políticas, donde el tema marítimo se toca a la cabeza de los vicecancilleres, se activa dos veces al año. No pudo hacérselo esa fecha, por eso se ha quedado en una reunión presidencial en Foz de Iguazú, donde se decide crear una comisión binacional de alto nivel a la cabeza de los cancilleres, que debe reunirse las veces que sean necesarias hasta alcanzar estas propuestas concretas, útiles factibles. En este marco nos reunimos en Santiago de Chile para avanzar y establecer algunas bases, y luego en Bolivia, donde se ratifica que ya es hora de trabajar las mencionadas propuestas, para lo cual se coordina otra reunión presidencial, que debía celebrarse en ocasión de la Cumbre África-América Latina, que fue postergada y debía realizarse a mediados de marzo.   

— En concreto, ¿qué se acordó en la reunión de cancilleres? Nos imaginamos que los presidentes iban a conversar sobre puntos ya establecidos…

— Avanzar. Lo que pasa es que se estableció un mecanismo para no generar falsas expectativas, no manejar políticamente el tema ni negociar a través de los medios. Una vez que tengamos el documento, se lo haremos conocer a nuestros pueblos. Desde luego, nosotros no vamos a firmar nada sin que tenga la aceptación del pueblo boliviano.

— De todos modos, pese a lo reservado y delicado del tema, existe una historia de las relaciones entre ambos países donde ya hubo avances, como propuestas de enclaves y corredores, además de canjes territoriales. ¿Cuáles son los niveles de avance considerando estos antecedentes?

— Tenemos una larga historia desde la Audiencia de Charcas. Es importante mirar atrás, pero también superar el pasado y tener la capacidad de encontrar espacios conjuntos a través del diálogo y mecanismos pacíficos, que convenzan no sólo a Bolivia sino también a Chile. Esperaremos a ver qué plantea Chile. La posibilidad de canje territorial no debería pasar por nuestras mentes, no está en nuestra Constitución…

— Si bien el canje territorial no es posible, sí se han planteado recientemente enclaves y corredores…

— Seguramente en la mesa de negociaciones se presentarán varias fórmulas. Veremos qué nos plantea Chile.

— Para Bolivia, ¿qué significa propuestas ‘útiles, concretas y factibles’?

— Está en nuestra Constitución: retorno a las costas del Pacífico con soberanía. Esto es algo irrenunciable, pero podemos avanzar gradual y progresivamente hasta encontrar una solución definitiva.

— ¿Podemos entender por ‘gradualidad’ que al inicio no se llegue a un acuerdo que incluya la soberanía, aunque sin perder ese norte como solución final?

— Depende de las fórmulas que Chile nos presente.

— Pero esta última fórmula que le mencionamos no se descarta…

— Es que no puedo especular…

— Se lo decimos porque algunas voces chilenas también lo han planteado recientemente, es decir llegar a un acuerdo inicial sin soberanía, pero sin que ésta sea el último fin…

— No se descarta, pero hay que trabajar callados. Sólo hay que trabajar, no sirve de nada especular, calcular, no podemos adelantar respuestas…

— ¿Tiene carácter oficial la propuesta de un enclave sin soberanía con la posibilidad para Bolivia de transportar algunos productos?

— El Tratado de 1904 establece el libre tránsito sin restricciones, con un avance progresivo.

— ¿Con Bachelet se negoció algún enclave?

— En varias ocasiones indicamos que estamos en un proceso de diálogo y negociación que aún no ha terminado, y donde hay varias propuestas…

— ¿La diplomacia de los pueblos ha agregado algo a las relaciones con Chile?

— Ha tenido una importancia única. Hubo encuentros de la sociedad civil, autoridades locales y  municipales, medios de comunicación y otros. Gracias a ello se habla de mar para Bolivia…

— En este ambiente de confianza mutua y en el marco de la gradualidad, ¿es posible pensar en estrechar relaciones comerciales, en concreto: venderle gas a Chile?

— Tenemos que avanzar, trabajar en todos los campos. Ambos pueblos se necesitan… El tema del gas no está en la agenda de los 13 puntos, lo que no significa que en algún momento no se toque.

— ¿Puede ser un factor de negociación: gas por mar, quizás?

— Eso es de otros gobiernos. No se ha planteado.

— En caso de que se diera, ¿qué está Bolivia dispuesta a ofrecer a cambio de soberanía?

— Es nuestro derecho, cómo vamos a renunciar a nuestro derecho. Parecemos pro chilenos.

— No es eso, Canciller. Usted mismo ha aclarado que es una negociación, por lo tanto hay dos partes negociando…

— Estamos reclamando nuestro derecho…

— Por lo tanto, soberanía a cambio de nada…

— No hay aspiración, como dicen los chilenos, incluso algunos medios dicen que ‘nosotros aspiramos’. No es así, estamos reclamando nuestro derecho, no es a cambio de nada.

— Pero Chile va a pedir algo…

— No sabemos, Chile puede pedir todo, pero consideramos que hay avances.

— ¿Qué hay con la fecha límite que dispone la Constitución para acudir a un organismo internacional en caso de que no se llegue a un acuerdo? 

— La Constitución nos da un plazo de cuatro años desde su puesta en vigencia o desde que fue aprobada, ese dato debe ser aclarado por los juristas. Una vez que esto suceda, debemos renegociar los tratados internacionales en los próximos cuatro años.

— ¿Hasta entonces, que deberíamos lograr en el tema marítimo?

— Hemos demostrado en la práctica que queremos llegar a una resolución mediante el diálogo; seguimos en ese camino bilateral. Si nosotros alcanzamos a resolver, a dar pasos concretos, útiles, factibles, progresivamente, será una satisfacción para todos. Pero tenemos que mostrar resultados.

— ¿No entra el Perú en esta negociación?

— En caso de que alguna propuesta sea por territorios que antes fueron del Perú, entonces entra; pero no necesariamente.

— Sea cual fuere el resultado, al parecer, especialmente para Chile, éste tendrá que ser consultado con su población. ¿El Gobierno confía en algún referéndum en Chile?

— No me gusta especular. Esperaremos. Antes no se hablaba de referéndum, pero eso puede cambiar, en dos meses, un año, tres años.

— En las negociaciones que llevan adelante, ¿entra el resultado del referéndum del 2004, aquí en Bolivia?

— Cuando nosotros construimos la agenda de los 13 puntos, no tomamos en cuenta este (referéndum), porque en lugar de ayudar a acercar a nuestros pueblos, los ha aislado, ha deteriorado las relaciones. Queríamos tener una relación positiva. No es que lo desconocemos, pero no entraba como elemento de negociación.

— Después de todo, era un referéndum nacional…

— Así es. Hay temas que no son necesarios incorporar…, en la agenda de los 13 puntos no están temas que van a perjudicar nuestras relaciones; no está el tema gas, por ejemplo.

— ¿Cuál es el cronograma de trabajo con Chile?

— Ha habido una reestructuración en este ministerio; tenemos un nuevo viceministro, que una vez que se internalice en el tema ya podrá tener encuentros con su par chileno para continuar el diálogo. También queremos reforzar que personal especializado, profesionales calificados, puedan dedicar el cien por cien de su tiempo, porque es uno de los temas más importantes y delicados que tenemos todos.

— También existía la posibilidad de convocar a ex cancilleres y ex autoridades diplomáticas para conformar este grupo de alto nivel…

— No para este grupo. Ya hemos visto los resultados que han tenido los ex cancilleres. Si tú ves que alguien ha jugado mal en el partido de fútbol, si quieres una buena selección, no los vas a convocar a los que han perdido o a los que no han hecho nada. Eso no significa que descartemos la experiencia que ellos tienen, porque también son parte de la memoria oral histórica; en algún momento los vamos a convocar, no sólo a los cancilleres; hay personas que han hecho seguimiento a este tema.

— Finalmente, ¿tiene algún mensaje para hoy, 23 de marzo, Día del Mar?

— Como le decía. Que no es ninguna aspiración (la soberanía), es nuestro derecho, y que volveremos (al Pacífico).

Los hitos entre Bolivia y Chile

1950

Chile propone el “Corredor Boliviano” al norte de Arica. Sin embargo, las negociaciones abortan debido a un diálogo sostenido en Estados Unidos en el que el Presidente chileno comunicó estos planes (confidenciales) al presidente Truman, quien luego los dio a conocer a la prensa.

1975, 8 de febrero

Banzer y Pinochet suscriben una declaración en la que anuncian el restablecimiento de relaciones diplomáticas (cortadas en 1962). Los chilenos luego ofrecen un corredor por Arica, Bolivia pide un enclave más y los peruanos quieren una región trinacional. Fracasa el Tratado.

1987, abril

Representantes de Bolivia y Chile se reúnen en Montevideo, Uruguay. La Cancillería boliviana repone dos propuestas de negociación: la cesión por parte de Chile de una franja territorial soberana al norte de Arica, o el establecimiento de  un enclave boliviano en el litoral chileno.

2011,marzo

Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Sebastián Piñera, de Chile, debían reunirse en marzo del 2011 en la Cumbre África-América Latina. Debido al conflicto en los países árabes, la cumbre fue postergada, posponiéndose también, sin fecha, la reunión de ambos mandatarios.

El debate: soberanía plena o soluciones intermedias

Acceso pleno versus acceso progresivo al mar, es el actual dilema

image La Razón

El debate sobre el mar también divide a los diplomáticos entre quienes piensan que el acceso soberano es irrenunciable y no hay alternativa, y quienes piensan que se puede ensayar soluciones “de medio camino”, intermedias (corredor sin soberanía pero en vista de obtenerla luego).

En la primera tendencia se ubica el ex canciller Javier Murillo, que distingue entre “solución portuaria” y “solución costera”: “para mí, lo único que vale es la solución costera, y es que la costa es lo principal y el puerto es lo accesorio; hay que tener en cuenta que nosotros estamos geográficamente enclaustrados, no estamos portuariamente enclaustrados. Lo que nosotros hemos perdido es cualidad marítima, uno de los atributos de la soberanía”.

En la otra vereda se halla el historiador Ramiro Prudencio Lizón, quien considera que, en lo práctico, es necesaria la gradualidad: “Hay que dar pasos. El primero es aceptar una concesión sin soberanía. Ésta no será fácil por dos cosas: porque en Chile no hay simpatía para eso y, segundo, porque en Bolivia no se ve tampoco fácil que se acepte el canje territorial. Luego, cuando Bolivia pueble ese corredor sin soberanía, ya después podrá negociar (en mejores condiciones)”.

Canje territorial, el dilema boliviano

El tema del canje territorial fue introducido por Chile ya en el año 1975, cuando en medio de las conversaciones surgió la propuesta de la cesión a Bolivia de la franja al norte de Arica.

El canje o compensación territorial es un hecho objetivo de la negociación que llevaron adelante Bolivia y Chile.

Y “es que es muy difícil que cualquier país esté dispuesto, en la mesa de negociaciones, a perder territorio. Para mí la lógica del canje (para Bolivia) es tener el mismo número de kilómetros cuadrados que tenemos pero con mar; estaríamos dando un territorio a cambio de otro que nos conecte con el océano Pacífico”, reflexiona el ex canciller Javier Murillo.

De último, se ha planteado como factor de negociación al gas; con todo, insiste Murillo, “no se puede compensar la pérdida de un atributo, como el de la soberanía marítima, sino con un bien político, jurídico y económico equivalente, lo que descarta el camino de las soluciones meramente comerciales”.

El doble filo de los referendos nacionales

El canciller boliviano, David Choquehuanca, reconoce que sea cual fuere el resultado de las negociaciones que hagan los gobiernos de Bolivia y Chile, por la dimensión del tema, necesariamente en ambos países se deberá ir a consulta o referéndum ciudadano.

Según la experiencia que se tiene en este tipo de consultas, señala el ex canciller Murillo, es decisiva la información que el Gobierno dé a la población y la forma en que lo haga.

En Chile, por ejemplo, “si existe una verdadera voluntad del Gobierno chileno de informar los beneficios que existe de un arreglo con Bolivia, si se hace esta tarea, es posible que los resultados de la consulta sean positivos (para Bolivia)”.

De ahí que en el fondo, mucho del referéndum en Chile depende de la voluntad real que tenga su Gobierno para plantear el tema a la ciudadanía.  En el caso boliviano, el problema estará sin duda en la cesión que el país deberá hacer ante una demanda chilena.

Si bien en todos los anteriores gobiernos la opinión pública boliviana de plano rechazó, por ejemplo, el canje territorial  a cambio de un corredor, también hay que considerar la evolución que pueda haber tenido la conciencia ciudadana, destaca el historiador Prudencio.

Bolivia en el quinto intento de volver al mar en 132 años

LAS ACTUALES NEGOCIACIONES EN BASE A LA AGENDA DE LOS 13 PUNTOS SIGNIFICAN LA QUINTA OPORTUNIDAD. EL EXCANCILLER AFIRMA QUE UNA SOLUCIÓN ES FACTIBLE Y LA HISTORIA ASÍLO DEMUESTRA

image OPINIÓN (periódico de Cochabamba)

En cuatro ocasiones los gobiernos de Bolivia y Chile estuvieron en puertas de consolidar un acuerdo sobre la demanda nacional de recuperación del acceso a las costas del Pacífico, lo que demuestra, históricamente que es factible una solución negociada.

Esa situación fue revelada por el excanciller y diplomático de carrera, Armando Loaysa, quien confió a OPINIÓN su optimismo por la posibilidad de un acuerdo sobre el más que centenario tema. “Yo creo que un día vamos a llegar a un acuerdo. Bolivia tiene una actitud siempre muy negativa, un fatalismo histórico”, dijo.

Consultado sobre las bases de ese optimismo, Loaysa explicó que en principio, porque es diplomático, pero sobre todo apoyado en la historia.

“En la historia se han dado posibilidades de negociación entre Chile y Bolivia y hay oportunidades en que Bolivia cometió graves fallos, la clase política boliviana, en no aceptar propuestas o acuerdos a que se llegó con Chile”.

Señaló que el año 1895 “se llegó a un acuerdo perfecto, pero el Congreso boliviano puso condiciones que derrumbaron el acuerdo: eran Tacna y Arica o una costa equivalente en esa zona para Bolivia, con soberanía”, recordó.

Agregó que ese acuerdo, favorable para Bolivia, fue impulsado por el presidente boliviano Mariano Baptista Caserda, a quien definió como un gran diplomático y en Chile era jefe de Estado el presidente Santamaría.

Las otras oportunidades en que se estuvo en puertas de un acuerdo, fue la negociación de los años 50, desarrollada por el embajador de Bolivia en Santiago, Ostria Gutiérrez. La tercera ocasión fue el año 1975-1978, entre los dictadores militares Hugo Bánzer en Bolivia y Augusto Pinochet en Chile, cuando se firmó el acuerdo de Charaña basado en un canje de territorios.

Y la cuarta ocasión fue, según Loaysa, el denominado “enfoque fresco” de hace 24 años, durante el último gobierno del presidente Víctor Paz Estenssoro, negociación conducida por el entonces canciller Guillermo Bedregal.

La quinta oportunidad en que se entablan negociaciones bilaterales sobre la demanda boliviana es en la actual administración de Gobierno, del presidente Evo Morales, que en los últimos cuatro años  desarrolla una agenda de 13 puntos que incluye, de manera explícita, el tema que interesa a nuestro país.

“Los presidentes de ambos estados han acordado que se inicie una negociación específicamente incluyendo el tema marítimo, después de 24 años se ha acordado iniciar una negociación con Chile sobre el tema marítimo. No es una cosa menor, la última vez fue el enfoque fresco con Paz Estenssoro, hace 24 años”, subrayó el excanciller boliviano.

“Ahora se llegó a una negociación lo que no es una cosa menor. Son cuatro años de gestiones. En diplomacia las cosas no se hacen de la noche a la mañana, no es como comprar una casa o realizar un contrato inmobiliario. Una negociación diplomática debe ajustar los intereses de dos Estados y eso es muy difícil y complejo”, agregó.

Explicó que la situación es más complicada aún debido a que “los bolivianos y chilenos  estamos muy cargados por esta cuestión que está en el imaginario colectivo y ya es patrimonio histórico. El mayor trauma que ha sufrido Bolivia en su historia ha sido la pérdida del litoral marítimo. Esto ha marcado a los bolivianos y, de alguna manera, a Chile también”.

Loaysa dijo que no comparte calificar una potencial solución, ya sea con términos como “soberanía” o simplemente “recuperación de la cualidad marítima”. “No estoy de acuerdo con esas cosas semánticas. El principio es que Bolivia ha buscado siempre una solución y ahora está de manera explícita en la Constitución”.

Recordó también las varias resoluciones aprobadas por la Organización de Estados Americanos a favor de la demanda boliviana. “Hay once resoluciones aprobadas casi por unanimidad por el continente, incluyendo Estados Unidos y con las reservas de Chile. Han consignado esas resoluciones que Bolivia y Chile deben ponerse a negociar una salida útil y soberana -utilizan esa palabra-, de Bolivia al Pacífico. Esas son normas de derecho internacional interamericano”.

Loaysa agregó que el hecho de que Chile no hubiese querido aceptar esas resoluciones con el argumento de que es un tema bilateral y no multilateral, no significa que las resoluciones de la OEA no sean producto de un consenso en la Asamblea General”.

El excanciller, consultado sobre si el potencial acuerdo con Chile se basará con canje de territorios o algún tipo de compensación, respondió que “esos son los términos que Bolivia podría plantear en la negociación, pero eso es el inicio de la negociación y ya están abiertas muchas posibilidades”.

Dos expertos discrepan sobre renegociar el Tratado de 1904

Bolivia puede denunciar o renegociar sus tratados desde 2013

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Página Siete / La Paz

Dato. Un analista sostiene que Bolivia puede renegociar o ir a una corte internacional, sin embargo, otro plantea “reformular” un artículo constitucional que es ambiguo.

Dos expertos discrepan sobre la posibilidad de denunciar o renegociar el Tratado de 1904 entre Bolivia y Chile, como lo dispone la novena disposición transitoria de la Constitución Política.

El abogado constitucionalista William Bascopé explica que esa disposición se basa en el artículo 267 de la Carta Magna y, por tanto, hasta el 2013 Bolivia tiene las opciones de renegociar los tratados internacionales o ir a un tribunal internacional para resolver el diferendo marítimo.

En cambio, su colega Carlos Alarcón explica que el artículo en cuestión es ambiguo y que debe ser “reformulado” para poder dar cumplimiento a la ley.

En Chile, las autoridades manejan como plazo el año 2012.

El Tratado de Paz y Amistad 1904 pone fin a la guerra entre Bolivia y Chile y reconoce el dominio chileno sobre los territorios bolivianos. El documento dice que para suplir la carencia la salida al mar, Chile construirá un ferrocarril de Arica a La Paz, dará créditos de hasta 5% para otras líneas férreas en territorio boliviano y otorgará libre tránsito por puertos en el Pacífico.

Sin embargo, los límites propuestos en ese tratado fueron cuestionados por Bolivia y se rompieron las relaciones en 1978; ahora el Estado aún reclama su acceso al mar con soberanía.

“Los tratados internacionales anteriores a la Constitución y que no la contradigan se mantendrán en el ordenamiento jurídico interno, con rango de ley. En el plazo de cuatro años desde la elección del nuevo Órgano Ejecutivo, éste denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales que sean contrarios a la Constitución”, dice la novena disposición transitoria.

“El Tratado de 1904 es binacional, por eso se debe tratar con mucho cuidado la interpretación de la Constitución; el tratado se puede renegociar pero de forma binacional o en su caso denunciar a tribunales internacionales como La Haya. Previamente se debería renegociar el tratado y luego no se podría descartar un arbitraje internacional”.

Bascopé dijo que en este caso no se “rompen las relaciones” y las negociaciones actuales con Chile quedarían “en suspenso”.

Para Alarcón, si Bolivia pretende optar por alguna de esas salidas debe modificar el parágrafo uno del artículo 267.

“Según ese artículo, se puede concluir que el tratado no está en contradicción con la Constitución porque fue redactado en sentido condicional y de futuro; el texto debería tener otro sentido, es decir, que el Estado declara su derecho irrenunciable a todos los derechos que tenía antes de la guerra con Chile”, señaló.