Conocimiento y desarrollo

Marcelo Ostria Trigo

MarceloOstriaTrigo Es una verdad de Perogrullo: el conocimiento es la base del desarrollo. Sin embargo, también es simultánea una propaganda para convencer que el desarrollo de los países más adelantados, se debe exclusivamente a una política de robo: “es el imperialismo”, se dice, que aprovecha nuestros recursos naturales, y así se induce a enfrentar unos nuevos molinos de viento.

Pero este escapismo a nuestras carencias, apenas sirve para justificar el atraso y, en especial, las deficiencias de nuestro sistema educativo. No se reconoce que el conocimiento, como lo afirma el Dr. Néstor Campos Villalobos, es el “conjunto de saberes adquiridos mediante la educación y la instrucción”; conocimiento que “tiene correlación con el término saber… (y, que, por ello), es un conjunto de saberes adquiridos…” (“Conocimiento, saber y educación”, Filosofía de la Educación. www.filosofiadelaeducacion.cl), siempre indispensables para la construcción de una sociedad próspera que se cimente en la justicia y en la equidad.



Pero “nuestros problemas tienen –según Friederich Hayek– la dificultad práctica de que, de hecho, nuestro conocimiento se halla muy lejos de la perfección. Es más, la civilización es producto de la circunstancia de que cada individuo se puede beneficiar de más conocimiento del que posee, sobrepasando así los límites de su ignorancia’. (Luis Eduardo Barrueto. “Hayek: El poder creador de una civilización libre” 23.03.2010). Además de alejados de la perfección, nos enfrentamos sólo a un presente, empantanados en el atraso, mientras los que encabezan la prosperidad –y los que se orientan a lograrla– avanzan en el conocimiento, a través de la educación y la investigación. No es casualidad, entonces, que la excelencia en el saber se concentre en los países que han comprendido el presupuesto del desarrollo y del bienestar.

Según un informe de The Times, de Londres, comentado en el diario la Nación de Buenos Aires (12-03.2011), La lista de las 200 mejores está encabezada por la Universidad de Harvard, Massachusetts, Estados Unidos. Las diez mejores universidades en el mundo, según el trabajo de Ipsos Media, son: 1. Harvard (EE.UU.), 2. Instituto de Tecnología de California (EE.UU.), 3. Massachusetts Institute of Technology – MIT (EE.UU.), 4. Stanford (EE.UU.), 5. Princeton (EE.UU), 6. Cambridge (Gran Bretaña), 7. Oxford (Gran Bretaña), 8. California, Berkeley (EE.UU.), 9. Imperial College (Gran Bretaña) y 10. Yale (EE.UU.).

El ranking fue elaborado en 2010 sobre la base de una “encuesta entre 13.388 académicos de 131 países, que tomaron en cuenta la calidad de la enseñanza, la cantidad de citas de los trabajos de investigación, la cantidad de investigaciones, el número de estudiantes por profesor, la cantidad estudiantes con doctorado y la mixtura internacional de estudiantes y profesores”.

Se revela que “hay 72 instituciones (académicas) norteamericanas en la lista, 29 británicas, 14 alemanas, 10 holandesas y 6 chinas. Entre las primeras treinta sólo aparecen, además de universidades de EE.UU. y Gran Bretaña, instituciones de Suiza, Canadá, Hong Kong, Japón y Corea del Sur”.

América Latina está ausente, aunque se menciona que “Brasil podría lograr ‘algunos éxitos de envergadura’ en un futuro próximo”. Esto muestra que conocimiento y desarrollo van juntos y que los atrasados, tienen el poco destacable privilegio de estar a la zaga en educación.

Mientras tanto, muchos se quedan rumiando resentimientos, por agravios reales o imaginarios, pero el mundo no se detiene.

Las naciones avanzadas, lo son porque permanentemente buscan su superación a través del conocimiento.