El libreto chileno

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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Evo Morales y el mar

  2. El Día: América Latina: El viaje de Obama

  3. El Día: Por qué lo más complicado lo decide el menos educado

  4. El Día: Bolítica

  5. El Día: Cuestión de creatividad

  6. El Día: El libreto chileno

  7. Los Tiempos: UN NUEVO 23 DE MARZO

  8. El Deber: El Día del Mar

  9. Cambio: Hace 132 años…

  10. La Prensa: Sólo en Bolivia

  11. El Diario: Depreciación del dólar y libre comercio

  12. El Mundo: Constante

  13. Opinión:

  14. Clarín, Argentina: Falta de nafta por política energética


El Día: Evo Morales y el mar



E stá visto que la luna de miel en la sui géneris relación entre Bolivia y Chile, se aproxima a su fin. Los cantos de sirena que llegaban  armoniosos a oídos del presidente Morales durante el gobierno de la señora Bachelet, han cesado. Sucedió lo que muchos advertíamos con preocupación y es que lo de la agenda de los 13 puntos, donde uno de ellos era el asunto marítimo, iba a resultar “el cuento del tío”. Se fue la señora Bachelet y ahora el presidente Morales quiere reclamar por unas susurrantes promesas al nuevo inquilino que dice desconocer nada que vaya más allá del interés de Chile.

La Cancillería del rimbombante Estado Plurinacional de Bolivia, donde, según declaraciones del propio ministro Choquehuanca, creyó la historia de que lo primero que se debía hacer era consolidar la “confianza mutua” entre bolivianos y chilenos, como si unos y otros no nos conociéramos desde siempre. ¿Cuál ha sido el resultado de conocernos más? Que ahora, pasado más de un lustro de visitas recíprocas, los chilenos quieren menos saber de un arreglo  con Bolivia que involucre ceder soberanía.

Pero hay algo peor para Bolivia y es el retroceso que se ha tenido desde la llegada de Morales al poder. Antes,  ya desde 1895, toda conversación o negociación con Chile se basaba en una solución con soberanía. La más importante en el siglo pasado (Banzer-Pinochet) establecía un corredor soberano que remataba al norte de Arica.

Fracasó por la muy interesada respuesta peruana y la actitud chilena de no querer ni siquiera considerar  lo establecido en el Tratado de 1929. El gobierno de Bolivia también tuvo culpa: no supo convencer al país de que un canje de territorios era la única solución para alcanzar un objetivo marítimo modesto.

Hoy  tenemos entre manos una agenda vacía, que ha dejado de tener importancia para Bolivia, salvo que se quiera seguir regateando precios por las aguas del Silala, gestionando  el acopio de mineral en Iquique, los asuntos del contrabando, drogas, cuidados fitosanitarios o de la aftosa. Esto ha provocado que fuera  relevada la viceministra de Relaciones Exteriores, remplazada por otra persona ajena al Servicio Exterior, lo que muestra la absoluta falta de interés en la materia del Estado Plurinacional. La política exterior se maneja desde el Palacio Quemado, lo que ha dejado una sucesión irreparable de errores. Morales está en una encrucijada con la situación portuaria, entre otras cosas por haber incluido en la Constitución el artículo en el que Bolivia se obliga a retornar de manera soberana al Pacífico. La norma constitucional dicta el régimen de derechos y libertades de los ciudadanos, pero eso no obliga a otras naciones hacer lo que Bolivia quiere.

Los acuciantes conflictos por los que atraviesa Bolivia con los carburantes, alza en los precios de los alimentos, demandas salariales,  escándalos por narcotráfico, y consecuente  debilitamiento político del régimen, se van a agravar si la cuestión marítima fracasa. No habría que extrañarse, por tanto, que el próximo Día del Mar, el Presidente se desboque con un arranque patriotero. Él sabe que eso aliviaría internamente su situación, porque no existe major negocio que distraer la atención en momentos críticos y el mar siempre ha sido lo único que une a los bolivianos.

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El Día: América Latina: El viaje de Obama

L  a visita de Barack Obama a Chile, Brasil y El Salvador no debería despertar esperanzas de un resultado apoteósico. Estados Unidos ha tenido poca incidencia en las mejores cosas que están sucediendo allí: la explosión de la clase media y la marginación de la extrema izquierda. Lo negativo, en cambio –la violencia derivada de la Guerra contra las drogas— tiene que ver con una política estadounidense que tomará años modificar.

A América Latina y el Caribe les falta mucho: sólo Chile y Barbados están entre las cincuenta economías más competitivas. Sus universidades producen seis científicos sociales por cada dos ingenieros. Y el aluvión de dinero que se nota en estos países se debe en parte a la demanda china por sus “commodities”. Pero ha habido un notable salto hacia adelante gracias a la inversión y el comercio. La pobreza ha caído a un tercio de la población —30 millones de brasileños engrosaron las filas de la clase media en ocho años— y Perú, Colombia y Panamá viven una bonanza, mientras que Chile está otra vez en forma tras su terremoto del año pasado.

La última vez que Estados Unidos planteó a la región una visión común fue con el Tratado de Libre Comercio de las Américas. Una vez fracasada esta propuesta, Washington perdió interés. En cierto sentido, el despegue económico ha tenido lugar a pesar de algunas políticas norteamericanas: seis productos de exportación brasileños padecen barreras proteccionistas en este mercado y el Congreso estadounidense nunca ratificó el Tratado de Libre Comercio suscrito por Colombia hace cinco años. El progreso se debe sobre todo a un amplio consenso político en favor de las democracias de mercado. Como ha dicho el reformado ex guerrillero salvadoreño Joaquín Villalobos: “Los recursos naturales, la ayuda exterior, los acuerdos de libre comercio y los préstamos no tienen el efecto de la madurez política”. Una consecuencia de este consenso ha sido la menguante influencia de la izquierda antediluviana, o sea Cuba y Venezuela, apoyada por Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Uno de los anfitriones de Obama, Mauricio Funes, ha frustrado los esfuerzos de su partido, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, por alinear al país con Venezuela, mientras que el uruguayo José Mujica, un ex guerrillero tremebundo, ahora es un aburrido socialdemócrata. Incluso el paraguayo Fernando Lugo, que alguna vez tocó las puertas del aquelarre revolucionario, está seduciendo al capital extranjero.
Hugo Chávez padece la debacle crónica que incubó. Su principal aliado sudamericano, el boliviano Evo Morales, es ahora odiado por dos terceras partes del país. El nicaragüense Daniel Ortega trata de hacerse reelegir a pesar de una prohibición constitucional, pero eso en parte se debe a una cortesía de la oposición dividida.
También en este caso puede decirse que el encogimiento de la izquierda lunática —aun más trascendental que el despegue económico— debe poco a influencias de Estados Unidos.

La otra cara de la moneda es la pesadilla de orden público alimentada por la guerra contra las drogas. Aquí la política estadounidense sí es un factor. En los ’90, bajo presión de Washington, el cultivo de coca saltó del Perú y Bolivia a Colombia. Cuando Colombia ajustó las clavijas, saltó de nuevo al Perú, donde la superficie cultivada se ha incrementado un 70 por ciento y la producción se ha triplicado. El mismo juego de las sillas musicales se ha dado en relación a las rutas comerciales. Cuando Estados Unidos cerró el corredor del Caribe, México lo sustituyó. Tras la muerte de miles de personas en los enfrentamientos ocurridos en México, algunos de los carteles —¡oh sorpresa!— la emprendieron hacia el sur. Ahora Los Zetas y el cartel de Sinaloa están causando estragos en Guatemala, donde la tasa de violencia es cuatro veces mayor que la de México, y Honduras, donde la tasa es aún peor.

A pesar de que varios estados norteamericanos permiten la marihuana medicinal y el consumo personal ya no es objeto de intensa persecución en Estados Unidos, la política antidrogas de Washington en América Latina no ha cambiado un ápice. Los llamamientos de un amplio espectro de personalidades políticas e intelectuales latinoamericanas, así como de importantes instituciones, para corregir el enfoque represivo han caído en saco roto. Tres ex Presidentes —el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el mexicano Ernesto Zedillo de México y el colombiano César Gaviria— presentaron sin éxito un inteligente documento al respecto en 2009.
El resultado es un infierno que tiene lugar en países donde el flujo de armas procedentes de Estados Unidos no tiene fin (México ha confiscado más de 100.000 armas automáticas que ingresaron desde el otro lado de la frontera). La demanda de drogas en Estados Unidos, mientras tanto, se ha mantenido estable y los precios han caído debido a la oferta imparable.
Obama sabe todo esto, pero no tiene estómago suficiente, en este momento, para la prolongada lucha que supondría un cambio de la política antidrogas. Y hasta ello que suceda, como tuve ocasión de oírle decir hace poco al presidente Felipe Calderón en México, no es realista esperar que algún país latinoamericano serio desafíe a Washington por su cuenta.  
c) 2011, The Washington Post Writers Group
 

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El Día: Por qué lo más complicado lo decide el menos educado

Porque en Bolivia se ha inculcado a buena parte de la niñez y juventud que la política es sucia y que hay que ocuparse de cualquier cosa menos de ella.  Por eso la mayor parte de la historia republicana ha sido políticamente un fracaso. Los mejores han sido ajenos a ella.

Esto por un lado. Por otro lado y como resultado de lo anterior, la mayor parte de la población tradicionalmente ha ignorado la importancia de la política como gestora del buen gobierno lo que ha conducido a que los menos educados, o sea los más arrojados, atrevidos y leguleyos gobiernen casi siempre. Por un tercer lado los menos educados han creído que han gobernado para bien del país pero en realidad mucho parece indicar que han bregado y bregan por sus intereses como se ha hecho desde antes de 1825. La historia se repite implacablemente. Que esto  también sea así en otros países no es óbice para aceptar que éstos han progresado mucho más que el Estado Plurinacional de Bolivia (E. P. B) en los últimos cinco años.

También es verdad que en el Alto Perú y su secuela boliviana, más el resultado reciente del experimento de E. P. B., hemos tenido la mala suerte de habernos creído país por decreto de unos cuantos estudiosos de torre de marfil y una Constitución redactada por Simón Bolívar. Esa Constitución y las que siguieron,  más sus respectivos cuerpos de leyes, fueron mal acatados o no acatados por la mayoría porque la tradición, incluyendo la costumbre de acullicar coca, fueron casi siempre más cómodas y accesibles con eso de que la comunidad o movimiento social acopia la preferencia ante “la ley”. La verdad es que desde siempre estuvimos lejísimos de ser nación con movimientos sociales de regiones invertebradas que comprendiesen lo que su Gobierno proponía hacer por, con y para ellos.  La Constitución de Oruro tampoco se acata ni el Órgano Judicial es independiente por lo que no contrapesa y/o balancea lo que hacen o deshacen los otros Órganos.

Nadie nos vertebró didácticamente pese a los intentos de Antonio José de Sucre de adoptar el sistema Lancaster de educación básica en las ciudades, de cerrar conventos y de abrir hospitales y escuelas, cosa que no se continuó seriamente o sea nacionalmente porque incluso Sucre fue traicionado por militares bolivianos y sus cofrades no militares que prefirieron seguir con lo fácil y archiconocido que siempre fue, y por desgracia continúa siendo, aprovecharse de los menos educados de una manera u otra al estilo virreinal para alcanzar metas que con el apelativo de regionales e incluso nacionales son meramente de momento y hasta quizás personales.

No otra cosa fue desgraciadamente la soliviantada hueste de Zárate Villca en la nefasta Guerra Federal en la que esa hueste ultimo bárbaramente a oficiales y soldados heridos de nacionalidad boliviana hasta la médula. Uno y otros eran supuestamente “bolivianos”.  Pero los perpetradores directos ¿sabían en lo más mínimo lo que era ser boliviano? No, pero los que los enviaron a semejante crimen sí debieron haberlo sabido. ¿Acaso las leyes de entonces fueron acatadas por la mayoría de la población, sobre todo la alejada de las ciudades? No, porque no tenían idea de qué se trataba.

Ha habido intentos de superar esta praxis pero han fracasado o están fracasando. Uno de ellos tal vez haya sido la conformación del Movimiento Al Socialismo y su ascenso al poder, pero las deserciones y su rara metamorfosis parecen haber contribuido a que las cosas le estén saliendo tan mal que lo mejor sería que dedicasen mucha energía a identificar y educar a quién ha de gobernar después de que se vayan porque sería otro error costosísimo continuar la nefasta tradición de que nuevamente gobierne el menos educado. Gallardo y patriótico sería reconocerlo.  Si hemos avanzado  es mayormente por cosas que llegan del exterior incluso usadas y/o de contrabando. Si no llegan vamos a buscarlas como la mejor educación y el cuidado médico, entre otros.
 

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El Día: Bolítica

"Como efecto de esta ley que establece sanciones económicas y suspensión contra los medios y proceso penal contra periodistas acusados de difundir ideas racistas, se ha abierto una especie de concurso punitivo en contra de la libertad de prensa".

Pedro Glasinovic
Pdte. asoc. de periodistas de la paz


Se dice que: La Asociación de Periodistas de La Paz denunció la judicialización del periodismo en Bolivia por la vigencia de los artículos 16 y 23 de la ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación".


Una causa noble como esta Ley que lucha contra el racismo y la discriminación no puede ser usada para afectar un derecho fundamental como la libertad de expresión".

Susanne Käss
Repres. Fundación Konrad Adenauer

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El Día: Cuestión de creatividad

Hay ciudades que se proponen aumentar el turismo y lo consiguen con novedosas atracciones. En la capital de la India, por ejemplo, han creado el museo del retrete, una colección que reúne inodoros y urinarios de todas las épocas y modelos. Este museo, además de insólito es una forma de denuncia pues se calcula que hay 2.500 personas en el mundo que no tienen acceso a servicios sanitarios. Pero si de atraer visitantes se trata, un reciente museo creado en Islandia es el más creativo de todos, pues reúne una serie de 200 penes de diferentes especies animales, entre ellos el de un cachalote, que mide 170 centímetros. Y en Bolivia ¿qué estamos esperando? Ya que el turismo está bajando por qué no abrir un gran “museo del bloqueo”, con recuerdos, fotos, historias y objetos que aluden al “deporte” favorito de Bolivia, cuya máxima estrella llegó a ser presidente. Al lado de esta galería podría estar el museo de la “medida de fuerza” con las mil y una formas de protestar inventadas en el país, como la sacada de sangre, la crucifixión, el entierro, la tapiada, etc, etc. Es cuestión de creatividad, porque la sinvergüencería nos sobra.

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El Día: El libreto chileno

En Chile hay grandes expectativas por lo que pueda decir hoy el presidente boliviano, a raíz de la conmemoración de un año más del enclaustramiento marítimo. Los medios de comunicación santiaguinos han estado reportando acerca de la gran preocupación que existe en la Cancillería chilena sobre la nueva conducta que ha estado adoptando últimamente Evo Morales en relación al tema del mar, incisivo y con un fuerte tono querellante, acento que subió a su máximo nivel el 22 de enero pasado, cuando el Mandatario exigió a su vecino la devolución de Atacama, pedido que mereció luego una severa advertencia y las disculpas respectivas de este lado de la frontera.
 
Los chilenos saben muy bien que los decibeles marítimos suben en Bolivia cada vez que hay un presidente en problemas, cosa que ha sido una constante en los últimos 132 años de historia. Por eso es que la demanda boliviana nunca pasó de ser un artilugio político inmediatista  y en Chile se han acostumbrado a lidiar con los sobresaltos mediáticos que en los últimos cinco años habían menguado, gracias a la solidez del Gobierno del MAS, que no requirió –hasta ahora-, del clásico artilugio altoperuano consistente en agitar las masas y desviar su atención con viejas e inconsistentes consignas “pidemar”.
 
Un aire de alivio recorrió hace unos días los pasillos de la Cancillería chilena, cuando casi al unísono, el vicepresidente García Linera y el ministro de Comunicación, Iván Canelas, aseguraron que este 23 de marzo no habrá lapsus ni exhortaciones para que los chilenos apuren las cosas y que en el discurso del Día del Mar, Evo Morales mantendrá el tono de cordialidad y amistad hacia Chile. La promesa de ambas autoridades se produjo justo después de conocerse las nuevas encuestas de percepción política en el país, que reportan un crecimiento de siete puntos en la imagen presidencial, que aún no logra atravesar la barrera del 40 por ciento después de haber caído casi al 30.
 
Los medios de comunicación de Chile se han encargado de posicionar la idea de que si Evo habla del mar es porque anda muy mal en las encuestas y ya no dudan en afirmar –tal como lo hace el diario La Tercera-, que si el Mandatario boliviano no quiere dar señales de debilidad, es mejor que se ajuste al “libreto chileno”, que hasta ahora ha consistido en marear la perdiz con la famosa agenda de trece puntos y responder con un “No” contundente, cada vez que alguien ha tocado el tema de la soberanía. A Chile le conviene que se mantengan vivas las expectativas de los bolivianos sobre el avance del diálogo (así no hacen olas), aspiración que coincide con la imagen que pretende mantener Evo Morales: la de un presidente que está avanzando en la recuperación del mar.
 
Si bien la diplomacia chilena se preocupa porque el tono de Evo Morales no llegue a extremos de desbordes verbales, el libreto aguanta que el Presidente haga alusiones a la necesidad de mantener un calendario específico sobre el diálogo y la búsqueda de una solución al enclaustramiento marítimo. Ellos están dispuestos a diseñar y reprogramar agendas, reestructurar comisiones y hacer todo tipo de movimientos que den la sensación de que hay avances. Recientemente hasta se habló de la posibilidad de que el presidente chileno Sebastián Piñera visite el Chapare. Con eso, Chile podría comprar el silencio de Evo para rato.

Los medios de Chile se han encargado de posicionar la idea de que si Evo habla del mar es porque anda muy mal en las encuestas y ya no dudan en afirmar –tal como lo hace el diario La Tercera-, que si el Presidente boliviano no quiere dar señales de debilidad, es mejor que se ajuste al “libreto chileno”.

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Los Tiempos: UN NUEVO 23 DE MARZO

Ambos gobiernos deben saber que tienen una responsabilidad ante la historia, que un mal paso de cualquiera puede significar una nueva frustración

Para los bolivianos, hombres y mujeres, cada 23 de marzo tiene un significado particular. No sólo se recuerda la acción heroica de un ciudadano civil en defensa de la integridad nacional, como fue Don Eduardo Avaroa, sino también el inicio de la pérdida de nuestra salida al mar y, con ella, de nuestra cualidad marítima.

Por ello, se puede afirmar que ha sido la peor derrota que se ha infligido al país y de la que no terminamos de rehacernos. En el caso de otras guerras finalmente hemos saldado cuentas con los respectivos países y hemos podido encarar incluso procesos de unidad crecientes, sin que queden cuentas pendientes. Sin embargo, con nuestra derrota en la Guerra del Pacífico no se puede saldar cuentas y mientras no podamos tener una salida soberana al mar, cualquier otra solución, por importante que sea, será para nosotros incompleta.

En ese contexto, obviamente una de las principales prioridades de cada gestión de gobierno ha sido diseñar una política sobre el tema dirigida a alcanzar ese objetivo, y si bien cada una ha tratado de darle un matiz particular, por lo general -con algunas excepciones- ha habido una secuencia lineal interesante. Sin embargo, siempre se ha chocado con la resistencia pasiva y activa de la burocracia chilena que incluso ha frustrado propuestas de sus propios gobernantes.

Es a partir de la recuperación de la democracia en Bolivia y en Chile que ha comenzado un intenso proceso de "sinceramiento" entre ambos gobiernos y pueblos. Son muchas y a cual más interesantes las actividades que se han realizado no sólo en el plano diplomático sino de las sociedades de ambos países para irnos conociendo mejor, en un intento de crear mutua confianza, requisito fundamental para alcanzar, en algún momento, logros concretos.

Para ello se han unido muchos factores. Está, como principal, la obstinada decisión de la ciudadanía boliviana de recuperar una salida al mar, pero también la decisión de Chile de erguirse como una potencia emergente en la región, cualidad que sólo será posible concretar si tiene la capacidad de solucionar con realismo los conflictos limítrofes que tiene con Perú y Bolivia, una vez zanjado, con mediación papal y presumiblemente para siempre, el que mantuvo en décadas pasadas con Argentina.

Otro factor importante es que hay una serie de circunstancias objetivas que permiten sostener que nuestras economías (respetando, obviamente, las dimensiones) se complementen y, en el avance sostenido que la nación vecina ha hecho para ingresar en mercados globales, sirva también para consolidar su presencia en ellos.

Sin embargo, todo ello será posible si se encuentra una solución satisfactoria a la demanda marítima boliviana. Y justo es reconocer que los avances que se han dado en el Gobierno del presidente Evo Morales -con el cimiento construido desde la recuperación democrática en el país- permiten tener cierto optimismo. El desafío -y conviene recordarlo en este 23 de marzo– es que ambos gobiernos sepan que tienen una responsabilidad ante la historia y que un mal paso de cualquiera puede significar una nueva frustración que postergue una vez más la necesidad de encarar con seriedad y valor este problema.

Ojalá que éste sea el ánimo que tengan las autoridades de ambos países este 23 de marzo…

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El Deber: El Día del Mar

Los bolivianos recuerdan todos los años en esta  fecha el Día del Mar, como un reproche al país vecino (Chile) que se apoderó, en una guerra no declarada, de todo el territorio costero de Bolivia en 1879.

Con el tiempo, la fecha se ha incorporado al calendario de los feriados y los desfiles, con discursos de parte de los gobernantes sobre la injusticia de esta situación.

El presidente Evo Morales ha tenido la idea de decir que, en su criterio, este no es el día del mar, sino el día del carajo. El presidente tendría que refrenar sus impulsos de hacer humor, sobre todo cuando se trata de temas tan importantes para los bolivianos.

En el debate de fondo, Chile mantiene una postura crecientemente negativa a la demanda boliviana. Cada gobierno que llega a La Moneda ofrece a Bolivia menos de lo que ofreció el anterior.

El actual presidente Sebastián Piñera comenzó por dejar que se supiera que su antecesora, la socialista Michelle Bachelet, había ofrecido un canje territorial a Bolivia.

A partir de esa revelación, que equivale a una delación hacia sus opositores socialistas, Piñera ofrece apenas algunas facilidades para el transporte de minerales de Bolivia hacia los puertos. Y nada más.

La “diplomacia de los pueblos” que inauguró el presidente Morales no ha servido mucho. En este momento, según dice la prensa chilena, 73% de los habitantes de ese país se opone a cualquier cesión que se pueda hacer a Bolivia.

Allí está la clave para entender por qué los gobiernos chilenos no ofrecen mucho a Bolivia. Es el pueblo chileno el que no perdonaría que ningún gobierno reduzca la dureza del encierro al que está sometida Bolivia.

El criterio es que no se puede traicionar a los abuelos que libraron aquella guerra. Cualquier iniciativa para ablandar el encierro sería motivo de condena de la opinión pública chilena.

Mientras este drama se desarrolla, las autoridades peruanas siguen ofreciendo como alternativa para el comercio exterior boliviano los puertos del sur de su territorio, comenzando por Ilo.

Mientras tanto, el enclaustramiento de Bolivia, sellado hacia el Pacífico, tiene posibilidades mejores hacia el Atlántico.

Está avanzando ahora el proyecto de instalación de Puerto Busch, sobre la hidrovía Paraguay-Paraná. Este proyecto reduciría en distancia y en trabas de tipo fronterizo el acceso de los productos bolivianos hacia la hidrovía.

En el Amazonas las posibilidades se han cerrado desde el momento en que el proyecto brasileño de las represas sobre el río Madera eliminaron las esclusas que habían sido tomadas en cuenta en los primeros proyectos.

Esas esclusas podían haber ayudado al acceso de la carga boliviana hacia el Amazonas, pero el gobierno boliviano no hizo ninguna gestión para pedir que las esclusas sean repuestas al proyecto. Ahora ya es tarde porque las represas están muy avanzadas.

Por lo tanto, este Día del Mar encuentra a los bolivianos tan lejos como siempre de librarse del encierro en que vive el país desde aquella nefasta guerra.

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Cambio: Hace 132 años…

El hecho que la IX Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA)  —en el Hotel Sheraton de La Paz— aprobara una histórica resolución en la que exhortaba al gobierno de Chile a atender favorablemente la demanda boliviana de reintegración marítima y la presencia en suelo patrio de los cancilleres de los países americanos, no impidió que fuerzas antinacionales lideradas por el coronel Alberto Natush Busch, asaltaban el poder —a punta de metralla— el 1 de noviembre de 1979.

Al menos medio millar de bolivianos fueron muertos, heridos y desaparecidos en las calles de ciudad sede de gobierno durante la Masacre de Todos Santos, y esa asonada le clavó un puñal en la espalda de un pueblo que, como nunca había ocurrido hasta entonces, recibió el respaldo unánime a su demanda de centenaria justicia en procura de su reintegración soberana a las costas del Pacífico, del que fuera privado por una guerra de conquista precipitada por el Ejército chileno, con fuerte respaldo de intereses del colonialismo inglés, el 14 de febrero de 1879, hace 132 años.

La dictadura de Natush —apoyado por el MNR liderado por Guillermo Bedregal y pese a que sólo duró 16 días, fue uno de los más violentos por la masacre consumada y la violación de los derechos humanos—, desnuda que las corrientes oligárquicas nunca asumieron su responsabilidad histórica para recuperar el acceso libre y soberano de Bolivia al mar y solamente la utilizaron con fines subalternos. Por eso y tras el golpe, en ‘reconocimiento’ al apoyo otorgado a Bolivia por los países americanos, Natush ordenó a sus tanques escoltar a los diplomáticos extranjeros al aeropuerto de El Alto, mientras arreciaba la represión en contra del pueblo.

Es que para la autodenominada ‘clase política’ poco importaba que durante la conflagración bélica que enfrentó a Bolivia —aliada con Perú— y a Chile, se escribieron páginas de gloria. Una de ellas se recuerda hoy, 23 de marzo: la heroica defensa de Calama por parte de Eduardo Avaroa, Ladislao Cabrera y decenas de patriotas que regaron con su sangre el legado a las futuras generaciones para nunca renuncien al retorno de la patria a las costas del Pacífico.

Y cuando la OEA celebró en octubre de 1979 su IX Asamblea en la ciudad de La Paz, los plenipotenciarios de las naciones subrogantes no sólo aprobaron una resolución para la solución del conflicto y demandaron que Chile ingresara a negociaciones para que Bolivia obtenga una salida al océano Pacífico, sino que reconocieron la usurpación y la ocupación arbitraria de territorio y mar bolivianos desde 1879. Otras 11 resoluciones fueron aprobadas por el organismo continental, aunque los resultados concretos se dejan esperar.

En ese contexto y a diferencia del manejo político que hizo de la reintegración marítima la oligarquía boliviana —con honrosas excepciones—, desde hace casi cinco años la actual administración gubernamental lleva adelante la constitución de la confianza mutua chileno-boliviana en el marco de una Agenda de 13 puntos sin exclusiones, que en 2006 firmaran los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Chile, Michelle Bachelet; documento corroborado en todos sus alcances por el actual mandatario trasandino, Sebastián Piñera.

Es decir, por primera vez, dos gobiernos democráticos y con alta representación popular buscan allanar el camino para el retorno boliviano al mar. Por eso, es trascendente que el día de homenaje a Avaroa encuentre a Bolivia y Chile negociando una agenda común que tiene como eje central la cuestión marítima, y que también estudia los manantiales del Silala, temas consulares, seguridad social, lucha contra la pobreza, el narcotráfico, integración fronteriza, educación y ciencia, libre tránsito, culturas, seguridad, defensa e integración física.

Sin embargo, la historia nos señala que debemos ser cautos en toda negociación con Chile, porque la confianza será mutua si Santiago negocia con la mira puesta en alcanzar una salida a la centenaria e injusta mediterraneidad boliviana.

La historia nos señala que debemos ser cautos en toda negociación con Chile, porque la confianza será mutua si Santiago negocia con la mira puesta en alcanzar una salida a la centenaria e injusta mediterraneidad boliviana.

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La Prensa: Sólo en Bolivia

En ediciones anteriores, este medio ha expuesto los niveles de hacinamiento del penal de San Pedro y ha cubierto amotinamientos en varios reclusorios del interior del país.

Algunas cosas sólo pasan en Bolivia. Definitivamente nuestro territorio es el lugar de lo posible o imposible, según el punto de vista. ¿Cómo se explica que una persona, objeto de una detención preventiva, con mandamiento judicial emanado por autoridad competente, no pueda ser recluida en un penal, debido a que los reos prohíben el ingreso de nuevos imputados? ¿De qué atribuciones se sirven aquéllos para decidir un aspecto de semejante envergadura?

Un alojamiento en la ciudad de Cochabamba se ha visto obligado a sustituir al penal de El Abra en sus funciones dentro del régimen penitenciario, toda vez que los reclusos han impedido el ingreso de Ignacio Villa Vargas, alias ?el Viejo?, principal testigo del ?caso terrorismo?, dentro de sus instalaciones. Recordemos que Villa Vargas está imputado por la Fiscalía por los delitos de obstrucción de justicia y extorsión, producto de la publicación del denominado ?video-coima?, en el que presuntamente se lo ve recibiendo la suma de 31.500 dólares. Ante este hecho, el ilustre personaje se encuentra cómodamente hospedado en la ciudad del valle. ¿Hasta cuándo gozará de este privilegio?

Si esto no fuese suficiente, en la cárcel de San Pedro de la ciudad de La Paz se suscita algo similar, pues los internos no permiten la entrada de más reclusos. Alegan que sus peticiones no han sido atendidas, lo que los lleva a tomar esta drástica medida.

En ediciones anteriores, este medio ha expuesto los niveles de hacinamiento del penal de San Pedro y ha cubierto amotinamientos en varios reclusorios del interior del país, aspecto que ha motivado un pronunciamiento del Ejecutivo. El Ministerio de Gobierno ha comunicado el financiamiento de una nueva cárcel que cobije, con los debidos recaudos, a los ciudadanos que sirven penas privativas de libertad; sin embargo, la demanda de éstos no empata dentro de los plazos de solución a este problema. Urge un accionar inmediato por parte de las autoridades de turno, ya que es inconcebible que personas con medidas preventivas u objeto de sentencias pasadas, en calidad de cosa juzgada, no puedan ser confinadas como manda la ley.

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El Diario: Depreciación del dólar y libre comercio

La política económica del Gobierno del Estado Plurinacional se caracterizó durante sus cinco años de existencia por anunciar oficialmente que de ninguna manera aceptaría incorporarse al Tratado de Libre comercio con Estados Unidos (TLC) y depreciar la moneda norteamericana. En este último caso, desde el año 2005 el precio del dólar, que entonces era de Bs 8,10 por dólar, fue rebajado a Bs 7, o sea la diferencia de Bs 1 con diez centavos. Acentuando esa política monetaria, sólo en los últimos cuatro meses, dicha cotización fue reducida en cuatro puntos, manteniéndose el diferencial de 10 centavos en relación con el tipo de cambio de compra. Esas determinaciones monetarias fueron calificadas como “positivas”, aunque sólo lo serían en apariencia y no en el fondo.

Esa medida de depreciar la moneda norteamericana y apreciar la boliviana fue atribuida a la necesidad de reducir las presiones inflacionarias y a “bolivianizar” la economía nacional, haciendo que los ahorristas prefieran hacer sus depósitos en bolivianos y no en dólares, como ocurría anteriormente. De acuerdo con ese punto de vista, algunas autoridades han dejado entrever que dicha política continuará siendo aplicada hasta producir una rebaja del dólar en varios puntos más.

Dos críticas surgieron por esa determinación monetaria del Banco Central. La primera, como efecto inmediato inicial, es que al devaluar el dólar y revaluar el boliviano lo que se está haciendo es frenar las exportaciones de productos nacionales, en particular las del sector empresarial privado. Enseguida, un segundo efecto consistiría en aumentar las importaciones de diversas mercancías, sean máquinas, artículos elaborados y en especial alimentos. Eso último ya ha empezado, al extremo de que el mismo Gobierno y particulares están importando alimentos en cantidades apreciables y con costos significativos.

En esa forma, de inmediato se observa que el efecto inicial, aparentemente presentado como “beneficioso” por el Gobierno, en realidad resulta siendo negativo, ya que frena la actividad de las industrias y evita el desarrollo de la agricultura. En definitiva, lo que ocurrirá será la paralización de toda la economía nacional. En efecto, dejamos de producir e importamos todo lo que consume el pueblo boliviano, desde máquinas hasta fósforos. No hacemos referencia al contrabando que, a raíz de esa política monetaria, está haciendo su agosto y no puede ser frenado, ya que más bien se lo fomenta de esa manera. Es más, para facilitar ese impacto a la economía nacional, lo que hace el Gobierno es importar diversos productos sin pagar aranceles y, al mismo tiempo, autorizar a algunos sectores para que aprovechen esa liberación.

Resulta, por tanto, que esa aparentemente favorable y beneficiosa política monetaria es totalmente desfavorable y perjudicial para la economía del país y los resultados no tardarán en producirse, porque frente a la competencia desleal (en parte practicada por el mismo Gobierno) se paralizarán la industria y la agricultura, aunque no el comercio, que resulta favorecido por esa actitud antieconómica.

La política monetaria del Gobierno tiene un fondo todavía más alarmante, pues significa que en su esencia practica el libre comercio sin límites y el antiproteccionismo a ultranza, lo cual revela en los hechos una actitud neoliberal, al contrario de todo lo que se predica a voz en cuello contra el TLC. Por otro lado, pareciera que el Gobierno se empeña a raja tabla en aplicar políticas inclusive contrarias a las de países afines a su “ideología”, ya que, por ejemplo, mientras Cuba y China devalúan su moneda y revalorizan el dólar, el Estado Plurinacional hace todo lo contrario y va contra la corriente.

Igual cosa sucede con aspectos económicos, pues mientras esos países giran al capitalismo y abandonan el socialismo, el régimen boliviano se empeña en arrasar con el capitalismo y buscar la fracasada utopía socialista. En síntesis, nos encontramos frente a un laberinto de calamitosos alcances.

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El Mundo: Constante

Un problema permanentemente repetido en los distintos ámbitos de la vida ciudadana es el relacionado con la injusta guerra del Pacífico y la consiguiente pérdida del Litoral boliviano.

Al recordar con pesar el infausto acontecimiento que además de privar al país de la salida al océano Pacífico y con ello las posibilidades de las ventajas económicas y políticas que representa el tener acceso a las costas del mar, se atribuye a este hecho el atraso que coloca a nuestro país entre los países con menor desarrollo.

Por otro lado está el uso que se ha dado a este hecho en la vida política del país, en que no fueron pocos los momentos en que el tema fue tocado para distraer la atención de la ciudadanía, cuando se confortaban situaciones especiales, relacionadas con el mal manejo de la administración en las gestiones de gobierno. O todas aquellas oportunidades en que se atribuyó a la falta de un salida al mar la poca capacidad de los gobernantes para adoptar medidas de tipo económico que puedan superar esa carencia, encontrando otras opciones de participación en el comercio internacional y en la relación con otras naciones. A propósito, vale la pena recordar la labor del recientemente desaparecido Joaquín Aguirre Lavayèn que volcó todos sus esfuerzos para encontrar una alternativa de salida al mar, optando por construir un puerto en la vía al Atlántico que no deja de resultar un importante respiro para las exportaciones, en especial aquellas relacionadas con los productos no tradicionales provenientes del oriente boliviano.

Junto a la recordación del hecho luctuoso, corresponde también relevar la imagen de Ladislao Cabrera y Eduardo Avaroa que ante la ausencia de efectivos militares, tomaron las armas para defender la población del Calama y la valiente intervención del segundo quien ante la demanda de rendición hecha por las fuerzas enemigas, no vaciló en mostrar su patriotismo rechazando la propuesta con firmeza, a sabiendas que la misma iba a costarle la vida, como efectivamente sucedió.

Sin que ello represente dejar de lado las justas desmandas ante los vecinos, para que la usurpación sea reparada y apelando para ello a la justicia internacional, ya que esta establecido que no se trata de un problema bilateral sino que involucra, para comenzar, al tercer país en el conflicto y a la presencia de otros naciones que en defensa de sus intereses ecónomos no vacilaron en intervenir apoyando a los invasores.

Sin embargo, no deberíamos dejar de lado otras situaciones que sin tener que olvidar un hecho ocurridos hace más de un siglo, han representado barreras que se han impuesto para bloquear los esfuerzos en el camino al desarrollo, recordemos que mientras en una posición de falso patriotismo se bloqueaba la negociación de venta de gas a los vecinos, se permitía actuar a otros como intermediarios, para que esa operación pueda concretarse en condiciones desfavorables.

Además de pensar en las consecuencias de ese hecho histórico, es importante también recordar las condiciones en que ese hecho pudo producirse y que se manifestaron también en otros lugares, con resultados parecidos, aunque no tan traumáticos por la falta de protección de las fronteras, a pesar de que el país no ha dejado en ningún momento de mantener sus fuerzas armadas y dotarlas de las armas necesarias o tratar de evitar el éxodo permanente, por falta de oportunidades que realizan los pobladores de las fronteras, buscando mejor vida en las capitales del país.

Los gobernantes deben evocar la experiencia de la ocupación del territorio del Litoral y la guerra del Pacifico para pensar en que es necesario llevar los medios para el desarrollo a todos los lugares del país, por muy lejanos que ser encuentren, para que ellos se constituyan en verdaderos centinelas de la nacionalidad.

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Opinión:

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Clarín, Argentina: Falta de nafta por política energética

Un viejo principio de la economía sostiene que lo que no se ajusta por precio se ajusta por cantidad. Esto está sucediendo en el mercado de la nafta, donde la escasez se ha convertido en un problema estructural. Esto se debe, en primer lugar a la política oficial de impedir aumentos en los precios al consumidor, lo cual ha desalentado las inversiones en toda la cadena petrolera, desde la exploración hasta la refinación. La consecuencia es que, como acaba de exponer un grupo de ex secretarios de Energía, en un documento, en los últimos siete años la producción de petróleo cayó un 7%, frente a un aumento del consumo de más del 40% y las inversiones en refinerías también se contrajeron. La caída en la oferta interna debería cubrirse con importaciones, pero se trata de una opción limitada por el bajo precio en el mercado local. En estas condiciones las petroleras entregan nafta en forma racionada y las estaciones de servicio tienen faltantes en forma reiterada, un síntoma de la inconsistencia de la política oficial en energía.

La falta de nafta en las estaciones de servicio es consecuencia de la política oficial de precio, que desalienta inversiones y provocó la caída en la producción petrolera.

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