La cualidad marítima de Ilo

José Guillermo Tórrez

josetorrez Los convenios de Ilo son, en principio, un conjunto de acuerdos, firmados entre Perú y Bolivia, a través de los cuales nuestro país obtiene ventajas sustanciales en el manejo de la carga de importación y exportación por ese puerto. Este importante instrumento bilateral de amistad, cooperación e integración tuvo una maduración de muchos años, como consecuencia de la Guerra del Pacífico, que concluyó el 24 de enero de 1992 y que, a partir de ello, emprende la integración de dos pueblos de profundos lazos históricos y de comunes intereses regionales.

Por eso un objetivo central de este proyecto es recuperar la cualidad marítima, con puerto construido y administrado por una empresa boliviana, designada por el Estado boliviano, en un espacio geográfico en el que se aplique la legislación boliviana. El propósito es consolidar una presencia autónoma y permanente en el Pacífico.



El gravitar hacia la cuenca del Pacífico es tan importante, más aún después del cambio de estrategia del actual Gobierno, con referencia a las negociaciones con Chile por más de cinco años, para darnos cuenta de que los convenios de Ilo nos posibilitan el retorno al Pacífico, con una inmejorable condición de cualidad marítima, aun con la limitación de soberanía por respeto a los derechos del Perú.

Los alcances del espacio geoeconómico al que pertenecen Perú y Bolivia parten de un plano de complementación económica dirigida al potenciamiento de un polo de desarrollo dinamizador de las operaciones de la cuenca del Atlántico con la del Pacífico, aprovechando las ventajosa situación geográfica del territorio nacional, inserto en el corazón de Sudamérica, con todas las ventajas que esta ubicación representa.

Son 180 millones de kilómetros cuadrados que cubre el océano Pacífico, 54 países de América, Asia y Oceanía son bañados por sus aguas. Más del 50 por ciento de la población mundial vive alrededor de esa cuenca. Es la región con mayor actividad económica del mundo y la de mayor potencial. El 90 por ciento de la producción de trigo del planeta se ubica en lo que producen EEUU, Australia y Nueva Zelanda. Esta cuenca posee la reserva más grande de materias primas. Allí están los centros de mayor desarrollo tecnológico (EEUU y Japón) y los mayores mercados consumidores de materias primas, del mismo modo están los centros más grandes del mundo financiero. Por último, en esta cuenca están las superpotencias: EEUU, Japón, China, Canadá, Australia, India y Nueva Zelanda, además de los siete dragones del Asia, Singapur, Taiwan, Corea del Sur, etcétera, de asombroso despegue económico.

La estrategia boliviana, después de 132 años de enclaustramiento, debe definirse en el hecho de que la realidad geopolítica de Bolivia nos señala de que ningún proyecto de integración de esta parte de América puede ser posible sin tomar en cuenta su territorio, por la ubicación central que ocupa y por ser el nexo geográfico de tres cuencas continentales: la altiplanicie, la amazónica y la platense, orientadas al Atlántico. Es el paso obligado entre estos dos océanos y entre el Amazonas y la cuenca del Plata, es el Axis mundi Américani.

La visión geopolítica de Bolivia y Perú ha materializado el Convenio de Ilo, cuyo alcance sobrepasa lo acontecido hasta ahora. Bolivia y Perú deben plantear y ejecutar en el menor tiempo posible el Corredor Transcontinental Santos–Ilo, proyectando un megapuerto con sus variantes hacia la hidrovía Paraná–Paraguay y la variante del norte hacia Guayaramerín–Porto Velho. Todo esto sin renunciar a nuestra demanda de recuperar nuestra salida soberana al mar.

El consorcio Mariscal Andrés de Santa Cruz ha venido trabajando incansablemente sobre este proyecto y los avances son significativos.

La Prensa – La Paz