Naciones occidentales y árabes piden salida de Gadafi

muammar-gadafi-610x430 Las potencias internacionales reunidas para analizar el futuro de Libia pidieron por primera vez el miércoles la renuncia de Muamar el Gadafi, pero las naciones de la OTAN no se pusieron de acuerdo sobre la intensificación de los ataques aéreos para ayudar a derrocarlo.

En una victoria para Reino Unido y Francia, que lideran la campaña aérea y han presionado por un cambio de régimen, el "grupo de contacto" de 16 naciones de Europa, Oriente Próximo, Estados Unidos, la Liga Árabe y la Unión Africana dijeron que Gadafi debe dejar el poder.

"Gadafi y su régimen han perdido toda su legitimidad y debe abandonar el poder, permitiendo que el pueblo libio determine su futuro", dijo una declaración final del encuentro sostenido en Doha, al que Reuters tuvo acceso.



El contenido de la declaración fue mucho más fuerte que el de una conferencia anterior realizada hace dos semanas. Los participantes dijeron también que trabajarían para crear un mecanismo financiero para ayudar a los rebeldes a administrar la región del oriente de Libia bajo su control.

Los países del grupo de contacto pidieron además un acuerdo político que sería determinado por el pueblo libio y el fin de los ataques contra la población civil.

Aunque hubo acuerdo sobre la necesidad de derrocar a Gadafi, existían divisiones sobre cómo hacerlo.

Hubo desacuerdos sobre el llamamiento de Reino Unido y Francia a una mayor participación de la OTAN en la campaña contra el armamento pesado de Gadafi y sobre la posibilidad de armar a los rebeldes que luchan contra sus 41 años en el poder.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, pidió que más miembros de la alianza se sumen a los ataques contra objetivos terrestres y su homólogo francés, Alain Juppé, solicitó aumentar la presión militar sobre las tropas de Gadafi para convencerlo de que abandone el poder.

Reflejando la frustración con la intensidad de los ataques aéreos de la OTAN, Juppé pidió una mayor coordinación con las fuerzas rebeldes sobre el terreno a la hora de seleccionar los blancos.

Desastre humanitario

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, subrayó el desastre humanitario provocado por la guerra, diciendo en la reunión de Doha que hasta 3,6 millones de personas, o más de la mitad de la población, podrían necesitar asistencia.

Existe una creciente frustración en París y Londres en vista de que los ataques aéreos no han logrado equilibrar la situación en favor de los rebeldes ni han puesto fin a los devastadores bombardeos contra la asediada ciudad de Misrata, el único bastión rebelde en el occidente de Libia.

Juppé criticó el martes a la OTAN por no frenar los bombardeos contra la ciudad, donde se cree que cientos de civiles resultaron muertos tras el sitio de más de seis semanas.

La televisión estatal libia dijo el miércoles que aviones de la OTAN habían bombardeado la calle principal de Misrata, escenario de continuas batallas entre los defensores rebeldes y las fuerzas del Gobierno. La cadena dijo que hubo muertos, pero no dio más detalles.

También informó de que aviones de la alianza habían atacado la localidad de Sirte, el lugar de nacimiento de Gadafi, al este de Misrata.

Hague dijo a Reuters que otras naciones deberían sumarse a los ataques contra las tropas de Gadafi.

"Hay muchas otras naciones europeas y árabes que son parte de esta coalición. Hay oportunidades de que algunas de ellas muevan algunos de sus aviones de misiones de defensa aérea a capacidades de ataque terrestre", dijo.

El ministro de Defensa francés, Gerard Longuet, dijo el martes al Parlamento en París que sin la participación de aviones estadounidenses la OTAN no sería capaz de lograr aflojar el cerco de Gadafi sobre ciudades como Misrata o Zintan.

Por su parte representantes de los rebeldes que participaron en la reunión de Doha dijeron que esperaban más apoyo, agregando que la OTAN estaba usando un poder "mínimo" de fuego y necesitaba intensificar sus ataques contra el armamento pesado de Gadafi.

Reino Unido y Francia, las dos mayores potencias militares de Europa, están llevando a cabo la mayoría de los ataques contra las fuerzas de Gadafi desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenó a sus fuerzas que pasaran a un segundo plano.

Otros países de la OTAN están manteniendo cierta distancia de la campaña o participando en patrullas de la zona de exclusión aérea.

La reunión de Doha expuso una fractura entre las naciones de la OTAN.

El ministro de Asuntos Exteriores belga, Steven Vanackere, dijo que la resolución aprobada el 17 de marzo por la ONU autorizando las acciones de la OTAN para proteger a la población civil en Libia descartaba armar a los rebeldes y que no veía la necesidad de intensificar los ataques aéreos.

En otro desacuerdo, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, expresó reservas sobre un llamamiento de Italia a crear un fondo para los rebeldes con los activos congelados a Gadafi.

"La pregunta es, ¿es legal? La respuesta es, no sabemos", dijo.

Reuters