Bolivia. Vocación y malos sueldos llevan a policías a una “doble vida”

Muchos uniformados tienen actividades extras para ganar dinero.

Visión. Los jefes de la verde olivo ven con agrado que sus subordinados tengan actividades extras siempre que sean legales. Hay albañiles, panaderos y hasta toreros.

image El coronel Toro es el nuevo director nacional de la FELCC.



Un jefe policial es también propietario de una conocida hamburguesería. Otro policía es torero en su tiempo libre. Un cabo es un famoso boxeador. Otro efectivo es panadero, un quinto es reconocido como un muy buen albañil y una sargento destaca como diseñadora de interiores. Son los policías que tienen una doble vida.

Así como ellos, otros uniformados buscan la mejor forma de generar mayores ingresos para sus familias, trabajando en rubros como la construcción, mecánica, transporte e incluso oficios como la tauromaquia. En los recintos policiales, los uniformados conocen a camaradas que hacen tortas, arreglos de albañilería o mecánica.

Jefe hamburguesero

Hace 11 años, el entonces mayor Jorge Toro emprendió un negocio de elaboración y venta de las ahora conocidas hamburguesas Toro. “Hay muchos factores que me motivaron a incursionar en eso; por esos tiempos mi situación económica era muy modesta, lo que nos dio el motivo de emprender una actividad como ésta, lícita y familiar; aún la mantengo con honor”, dice el ahora coronel.

El negocio de Toro le genera más ingresos que su salario como coronel de la Policía, por lo que en el pasado pensó en abandonar la carrera policial. Sin embargo, recordó lo que lo había motivado a ser policía: tratar de ayudar a la gente.

En ese afán de servicio decidió mantenerse en la institución. El pasado jueves sus esfuerzos dieron frutos y fue nombrado director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.

Sargento y diseñadora

Con un fino trazo inicia su trabajo. Una paleta de colores en la mano y un pincel le van dando nuevos colores a una pared. Al finalizar, el nuevo cuarto del bebé está decorado y Roxana Esquivel Durán tiene la satisfacción de haber podido desarrollar una vez más su habilidad. Pero al día siguiente debe estar en su puesto de trabajo en la Policía.

Hace dos años Esquivel es sargento segunda de la Policía y hace cuatro que se dedica a la decoración de interiores. “Pinto y diseño porque no me alcanza el sueldo. Es bonito ser policía, el agradecimiento de la gente es la mejor paga, pero esta otra actividad también me llena”, explica.

Un panadero oficial

Hace un año y medio Severiano Alvarado fue destinado a Tránsito y hace tres meses patrulla en motocicleta las calles de la zona Sur de La Paz, pero en su descanso ayuda en la panadería de sus suegros.

“Los ingresos son un poco más en la panadería que en la Policía. Trabajamos como panaderos con mi esposa; hoy el dinero es sólo para mirar, ya que no alcanza casi para nada”, señala Alvarado. Los fines de semana para generar ingresos extra saca su vehículo para trabajar como chofer; todo sirve en época de crisis.

Albañil en los ratos libres

El cabo Toribio Mollericona Ramos es agente de parada desde hace seis años y 32 que sirve a la institución policial; es reconocido como un muy buen albañil.

“Trabajamos todos los días por turno, desde las siete de la mañana hasta las siete de la tarde, al día siguiente desde las seis de la tarde hasta las nueve de la noche. Así que no tengo suficiente tiempo para trabajar en otro oficio”, señala el cabo. Mollericona tiene cinco hijos y por eso ahora sólo acepta trabajos menores.

Página Siete, Williams Ramírez / La Paz