La última brillante evada del mandatario boliviano consistió en anunciar que el ex juez español Baltasar Garzón podría formar parte del equipo que llevará adelante la demanda internacional contra Chile por la cuestión marítima. Lejos de provocar la más leve preocupación en tierras trasandinas, el anuncio se convirtió en tema de broma y alborozo, confirmando la percepción de escasa o nula seriedad que proyecta a nivel externo el gobierno de Evo Morales.
La declaración del presidente plurinacional fue recibida con chistes desde las formaciones políticas más diversas: el diputado Jorge Tarud del PPD (centroizquierda), quien integra la comisión de relaciones exteriores de la Cámara Baja, emplazó: “¿Por qué no le piden también asesoría al sucesor de Bin Laden?”.
Desde la UDI (derecha), el diputado Enrique Estay fue igual de ácido al calificar el anuncio como “casi un chiste”, recordando que el ex juez Garzón “goza de un desprestigio enorme a nivel mundial, por todas las acciones que ha llevado adelante y que nunca han fructificado”. Garzón fue suspendido de sus funciones como juez de la Audiencia Nacional de España, luego que fuera acusado por prevaricación.
Pero lo peor todavía podría estar por venir si Baltasar Garzón se negara a aceptar la invitación, algo demasiado probable dado su cargo de asesor del Tribunal Penal de La Haya, lo que le impediría tomar partido por un demandante.
Es otra perla (tragi)cómica del régimen evo-linerista, que a juzgar por las chanzas mundiales está convirtiendo a Bolivia en un Estado Bufón. Así estaremos cada vez más lejos del mar… y del respeto internacional.