Las adendas faltantes

Economía de palabras – Humberto Vacaflor Ganam

Un funcionario anónimo de YPFB me remitió el texto de la adenda suscrita por la empresa con la argentina ENARSA, modificando los volúmenes y los plazos del contrato de venta de gas suscrito entre ambas en octubre de 2006.

El funcionario olvidó remitir la página en que figura la fecha en que se suscribió la adenda, de cuya existencia acaba de dar noticia el presidente de YPFB, Carlos Villegas.



Dice este documento que Bolivia enviará a Argentina el próximo año no 27,7 millones m3/d, como dice el contrato, sino entre 13,7 y 11,7 millones, y que en el año 2015 pasará a enviar entre 20,7 y 17,7 millones, para llegar a los 27,7 millones sólo en el año 2021. Es decir, el próximo gobierno.

Aunque los volúmenes son bajos en comparación con los del contrato, se trata de nuevos compromisos que quizá necesiten otras adendas, en vista de las dudas sobre el incremento de la producción.

Para enviar el volumen comprometido para el próximo año, la producción tendría que crecer en 4 millones m3/d, sin contar el mayor volumen que pueda requerir el mercado interno. Las empresas petroleras no están seguras de que en un año aumente la producción en ese volumen.

De todos modos, los argentinos introdujeron en la cláusula 12.6.3 el concepto de multa para el caso de que YPFB no cumpla. Esa multa, que no existía en el contrato original, equivaldrá al precio del gas en el día de incumplimiento, más 15%.

Habrá que ir preparando otras adendas. A la Jindal habría que decirle de frente que no se haga ilusiones de avanzar en el proyecto siderúrgico, porque no habrá el gas suficiente (8 millones m3/d). Deberá seguir exportando mineral de hierro, para felicidad de las plantas siderúrgicas de la cuenca del Plata.

La adenda más difícil será la que se deba suscribir con el pueblo boliviano, cuando los compromisos de exportación obliguen a YPFB a reducir los volúmenes con destino al mercado interno.

Y tendría que incluir también una multa.