Más de 20 jefes policiales que desempeñaban labores en unidades operativas de Santa Cruz acaban de ser destinados a labores en La Paz, mientras que otros 31 jefes de Policía de La Paz (coroneles, mayores y capitanes) son enviados a Santa Cruz. ¿Simple refuerzo de la seguridad ciudadana o movidas de ajedrez en el tablero político nacional?
Lo cierto es que el recambio no se produjo en plena crisis de seguridad ciudadana -que a nivel de percepción pública alcanzó un pico con la balacera que dejó herido al gobernador Rubén Costas- sino en medio de la convulsión política generada por el escaño número 28 de la Asamblea Departamental cruceña.
Al mismo tiempo, existe una tensión similar o aún mayor en el Beni. En ambos casos, el epicentro del terremoto político parece ser la respectiva Asamblea Departamental de cada región. ¿Está apurando el gobierno central los tiempos en los golpes departamentales encaminados a tumbar a gobernadores -mal o bien- opositores?
Todo indica que a la utilización de un aparato judicial sometido al Ejecutivo se sumaría una fuerza policial igualmente instrumental. ¿Por qué ahora, si todo apuntaba a movidas diferidas en el tiempo? Sobre todo en Santa Cruz, desde la propia Gobernación se creía que la defenestración no se produciría hasta el último año de gestión, merced a ciertos pactos tácitos o explícitos.
¿Tiene algo que ver la fecha del 23 de mayo, cuando comenzará el juicio formal contra el narco-general Sanabria en Miami, en el que podrían salir a la luz los nombres de otros altos funcionarios de gobierno? ¿Se busca una cortina de humo lo suficientemente contundente?
Y lo que es más preocupante: ¿el diseño de los nuevos golpes departamentales incluirá dosis de “violencia revolucionaria” similares a los de Pando en 2008?
Es bueno aprender del pasado y estar alertas ante el porvenir…