El Tipnis: hito histórico de un antes y un después

Saúl Dávila Tórrez

LA JUSTA Es un momento de inflexión en la historia de Bolivia, por primera vez surge en el país un liderazgo desde el oriente boliviano y con indígenas, fuerte, íntegro, preclaro (digno de admiración y respeto). Su esencia característica es medio-ambiental, el perfil político es completamente diferente al tradicional desde que existe la República de Bolivia. Es que el movimiento surge con gente amante de su terruño, sus líderes instruidos en el tema de la defensa de los recursos naturales y de la tierra. Este último elemento, la tierra, ha sido siempre el eje de la paz y de la guerra para todos los pueblos del planeta. La defensa de la tierra, por lo tanto, es intransigente. El origen de este pueblo emergente provienen del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) se encuentra entre los departamentos de Beni y Cochabamba. Tiene una doble categoría de protección. Es un Parque Nacional y es un Territorio Indígena de moxeños, yuracarés y chimanes.

La Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia -CIDOB, que agrupa a 8 organizaciones indígenas regionales- es la organización que representa a los 34 pueblos de Bolivia de las tierras bajas: Chiquitano, Ayoreo, Guarayo, Guaraníes, Tacana, Cavineño, Baure, Tsimane, Yuqui y Weenhayek.



Pero a este nuevo liderazgo que emerge del oriente, se ha unido otro movimiento desde el occidente: el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu “CONAMAQ” consolidada organizativa y políticamente, como la máxima instancia de representación de las nacionalidades y pueblos indígenas de las tierras altas de Bolivia, con sus naciones originarias o Suyus: Jach’a Karanga, Jatun Killaka Asanajaqui (JAKISA), Charka Qhara Qhara (FAOI-NP), Consejo de Ayllu Originarios de Potosí (CAOP), Qhara Qhara Suyu, Ayllus de Cochabamba, Jacha Suyu Pakajaqi, Uru, Sura, Kallawaya, Chuwi, Qulla, Larikaja, Yampara, Pueblo Afro descen¬diente, Yapacani y Comunidades Originarias de Tarija.

Nadie tenía prevista esta alianza, alrededor de la cual hoy se aglutina todo el pueblo de Bolivia con una sola voz: ¡No a la carretera a través del TIPNIS! Hoy la denominada “Marcha por el TIPNIS” es el símbolo del hastío, de la molestia de los bolivianos por años de postración económica del país. El gobierno del M.A.S. es la sumatoria de un sistema político corrupto que gobernó Bolivia durante la República (con poquísimas excepciones), incluyendo los gobiernos militares. Si el actual gobierno es la sumatoria de ese sistema corrompido, quiere decir que trae todas las taras y desaciertos juntos de aquéllos elevadas a la enésima expresión. Eso ha significado la degeneración del sistema democrático en todos sus niveles y estratos. Los postulados democráticos han sido completamente trastrocados.

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De ahí surge otro elemento importante que une a los que ahora embanderan “La Marcha por el TIPNIS”, es la decepción por el actual régimen del M.A.S., el desencanto por los principales gobernantes bolivianos, especialmente del presidente, el vicepresidente y todos los que pasaron por las carteras de Estado. A la hora de la vergonzosa arremetida a los marchistas en Yucumo, algunas mujeres funcionarias de gobierno renunciaron por semejante vejación los marchistas, a la mujer indígena boliviana; pudieron hacerlo más mujeres en esa situación, pero les faltó dignidad, principios y valores humanos, nada se diga de los valores cristianos. Ésa, es una gran decepción para la mujer boliviana.

Pero aquí surge el otro elemento: la Mujer, como factor de transformación y decisión en los elementos estructurales de la sociedad, de la concepción de la tierra y su reivindicación: tienen la vivencia, la concepción teórica y la proyección de sus objetivos, en similitud a sus pares de género masculino. La igualdad de género se ha hecho patente: hoy sabemos que la voz de los líderes indígenas, sea varón o mujer, tienen el mismo valor moral ante la opinión pública.

Una mujer indígena a su llegada a La Paz, relató por un canal de televisión que cuando trataba de rescatar a su hija que era llevada por los policías, en el intento de liberarla las arrastraron de los cabellos, la niña en su desesperación gritaba y preguntaba a su madre: — Mamá, ¿Dios está con nosotros? — Y la madre respondía: — Sí hija, Dios está con nosotros —. A lo lejos, su esposo (periodista) yacía ensangrentado, los policías lo habían pateado en la boca y reventado los dientes.

Este es el cuadro exacto de lo sucedido en el país en los últimos 5 años: un gobierno déspota y abusador que desprecia los más elementales valores de derechos humanos y de la vida. Intenta acallar a la prensa y ha traído sufrimiento a la familia boliviana, el desdén y burla hacia la mujer boliviana de parte del principal gobernante ha sido una constante. Pero “Dios traerá toda obra a juicio, junto con todo lo oculto, sea bueno o sea malo”, dice la Escritura Sagrada. El apoteósico recibimiento del pueblo paceño a los indígenas es ya un juicio de Dios sobre los gobernantes. Bolivia, a partir de este día, 19 de octubre de 2011, nunca más será la misma se ha trazado un nuevo derrotero para los bolivianos. Dios bendiga a Bolivia.

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