El bebé 7.000 millones, los carros eléctricos y el litio

Juan Carlos Zuleta Calderón*

ZULETA La “gran conferencia”, de Hans Rosling en TED.com en julio de 2010 no podría ser más relevante hoy en día. De hecho, hace más de un año él ya habló de 7.000 millones de personas en el mundo. Pero su discusión fue mucho más allá de la celebración sin sentido del nacimiento del bebé 7.000 millones en el mundo, tras el anuncio de las Naciones Unidas hace unos días.

Rosling argumentó que la población se triplicó en los países en desarrollo desde 1960, de dos a 6.000 millones, mientras que la población en el mundo desarrollado básicamente se mantuvo en mil millones. La gente en Occidente comenzó a utilizar más aviones que coches, mientras que los países en desarrollo más exitosos (que alcanzan a alrededor de mil millones de personas) se convirtieron en las economías emergentes y ahora están comprando coches.



La buena noticia es que 3.000 millones de personas más se están convirtiendo en economías emergentes y están adquiriendo bicicletas y, finalmente, motos. La mala noticia es que todavía hay 2.000 millones de personas pobres incapaces de comprar nada más que comida y zapatos. Como resultado, la brecha entre los países más ricos y más pobres del mundo es más amplia que nunca.

En este contexto, Rosling proyectó las cosas para el año 2050. En primer lugar, sostuvo que mil millones más serán parte de los países desarrollados. Pero sólo si se invierte en la tecnología verde apropiada de manera que se evite un cambio climático severo y la energía todavía pueda ser relativamente barata, entonces otros 3.000 millones de personas más se añadirán para moverse en la dirección correcta y empezarán a comprar coches eléctricos.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

En segundo lugar, la población más pobre del mundo se duplicará en 40 años a partir de ahora, para alcanzar 4.000 millones y si, pero sólo si, ésta consigue salir de la pobreza, recibe educación, logra mejores niveles de supervivencia de los niños, puede comprar una bicicleta y un teléfono celular, entonces se moverá hacia un siguiente peldaño en la escalera del progreso y el tipo de tasas de crecimiento de la población a las que hemos estado acostumbrados en las últimas cinco décadas más o menos simplemente se detendrá.

Por último, él avizora un mundo más justo con inversiones verdes e inversiones para aliviar la pobreza a fin de que mil millones de personas más puedan pasar a formar parte del mundo desarrollado de modo que el Occidente ya no sea el primer grupo de países en el mundo, sino sólo la base de un nuevo orden; 3.000 millones llegan a ser parte de las economías emergentes; y 3.000 millones son parte de un grupo de economías de bajos ingresos, sin pobreza extrema.

Existe una gran coherencia entre los argumentos de Rosling y los que planteé en mi artículo publicado en Nueva Economía hace casi cuatro años. Es cierto que Rosling no habla de un nuevo paradigma tecno-económico ni dice algo acerca del litio o las baterías de litio para alimentar los coches eléctricos que él presenta como la tecnología verde apropiada. Sin embargo, tales aspectos de la “nueva forma de hacer las cosas” en las próximas dos décadas más o menos están implícitos y no hacen otra cosa que reforzar sus argumentos originales.

La energía debe ser relativamente barata para hacer viable el nuevo mundo. Como es bien sabido, el nuevo paradigma tecno-económico requiere tanto de litio barato como de baterías de litio baratas. Por un lado, el litio barato sólo será posible cuando Bolivia ingrese a este mercado. Por otro, las baterías baratas dependerán no sólo del desarrollo tecnológico, la competencia y la demanda de autos eléctricos, sino también de un compromiso firme sobre todo por parte de los gobiernos y las personas en las nuevas economías emergentes para luchar contra la pobreza y el cambio climático.

*Analista de la economía del litio

Página Siete – La Paz