El Tea Party versus las encuestas

Juan José Ayaviri Vásquez*

AYAVIRI Sucre vivirá en días más los comicios electorales quizá más importantes de su historia reciente, dado que estos podrían romper (a decir de René Zavaleta) el “perverso hilo de continuidad” de la desdichada historia de esta región, o podrían ser el escenario de la reedición de su desdichado “liderazgo” opositor.

Una oposición sucrense variopinta y dispareja, que va desde la izquierda emebelista ex aliada del gonismo hasta la derecha “light” del ex comité interinstitucional enfrenta el desafío de la supervivencia. Y para sobrevivir esta vez no lucha contra su consabida Némesis política: el gobierno de Evo Morales, sino contra la historia y el tiempo que han marcado que es el tiempo de las cosas nuevas.



A contrapelo del derroche de recursos de las candidaturas de las elites sucrenses que pretendieron invisibilizarlo y a la sombra de un aparato institucional oficialista que pretendió descalificarlo, marcha viento en popa la campaña municipal de un movimiento ciudadano denominado “25 de mayo”, diría yo algo muy parecido al emergente Tea Party en los EEUU.

Compuesto por radicales atemperados y por moderados radicalizados, el M-25 resulta una expresión de oposición muy propia de nuestro tiempo, una expresión de rebeldía atrincherada en la preservación de principios republicanos proscritos por el estado plurinacional – conservadores, en el buen sentido del término – e incubada en el contexto del brutal descabezamiento y persecución de la oposición del ciclo precedente de luchas autonómicas.

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Igual que el Partido del Té norteamericano, el M-25 pregona una crítica dura – aun más crítica que al mismo gobierno – al agónico modelo neoliberal y sus expresiones políticas remanentes. Se manifiesta contra el cálculo político, el carácter transaccional y la funcionalidad cómplice de la vieja oposición de derecha en Sucre. Pregona la necesidad de una oposición regional con visión nacional y de una gestión municipal dispuesta de defender por igual los intereses de Sucre “en las calles o en las urnas”.

Es a todas luces una oposición embriagada de juventud y de principios que estaba predestinada a alcanzar una modesta pero digna tajada de la votación municipal, conquistada al son del deseo de recambio de Sucre y contra esto deberá defender su cancha la oposición tradicional. Igual que Arturo Pendragón, esa vieja oposición vapuleada por igual por sus errores políticos que por la acción del gobierno, enfrentará en estos comicios municipales a la criatura del tiempo y de sus equívocos.

Era un desafío en que todos los pronósticos se iban por la victoria de la mayor “experiencia” y recursos económicos de la alianza de ex miembros del malhadado “Comité Interinstitucional” sobre las voluntades principistas del juvenil M-25. Eso antes de la defenestración pública del gobierno de la madre de su candidato municipal.

Cuando el voto se polariza y las posiciones se radicalizan, queda sólo una movida en la pulseta entre lo caduco y lo emergente: orquestar mecanismos de resignación dóxica para intentar dispersar nuevamente el voto concentrado en dos polos.

Queda en el arsenal electoral poco a la candidatura unificada de los chicos del ex “Atlético Fancesa”, salvo encontrar alguna encuestadora dispuesta a “producir” y publicar en los próximos días una batería de encuestas que intente dispersar un voto que hoy se ha concentrado entre la candidatura del MAS y la del pos-unzaguismo.

*Sociólogo y Gestor Público

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