Helter Skelter

Jorge Roberto Marquez Meruvia

sacha Lacan escribiría: “ni siquiera digo que la política es lo inconsciente, sino simplemente: lo inconsciente es la política”. Michel Schneider explica la frase de Lacan de la siguiente manera: “la política no es solamente lo inconsciente, sino que es también lo inconsciente, los fantasmas, los sueños, los fracasos, las angustias.”

Al parecer al gobierno de Evo Morales le mataron un sueño, el sueño de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, la cual debería pasar por el corazón del TIPNIS. El gobierno al haber sido castrado de ese sueño de unir a todos los pueblos a costa de la madre naturaleza sufre de una crisis emocional muy fuerte, vimos que el gobierno de Morales se aferro al sueño de construir la carretera, en ese frenesí intervino a la marcha indígena un 25 de septiembre. Días después de la represión toda la sociedad boliviana tenía en mente al posible autor de la represión todos sabíamos su nombre y apellido: Sacha Llorenti.



Como se manejaba el nombre de Llorenti como responsable de la represión salió a defenderse en conferencia de prensa, se comportó sumiso e incluso infantil igual que George W. Bush cuando tenía que dar alguna mala noticia. Hasta ese momento nadie sabía de quien era el irresponsable e inhumano que dio la orden para reprimir de una forma tan atroz a los marchistas, sin embargo, el vicepresidente el cual posiblemente se encontraba iluminado por la palabra de Gramsci, le dijo al país que sabían quién era el responsable de dar la orden de represión, pero que no lo iba a decir.

Es posible que por encontrarse tan presionado Llorenti cometió un error, tal vez olvido que para sacrificar a un chivo expiatorio, hay que sacrificar al más cebado. Su error fue sacrificar lo primero que encontró: a Marcos Farfán. Es en ese momento donde el TIPNIS se convierte en un drama para los actores gubernamentales, un drama superior a Sassá Mutema o Doña Flor y sus dos maridos. Drama donde el gobierno en su conjunto pierde credibilidad, en especial Sacha Llorenti y donde aun no dan cuenta que no tienen el poder suficiente para hacer lo que quieran en Bolivia.

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Página 7, periódico que según el gobierno es un instrumento de la derecha y del imperio, tuvo el gran acierto de dar a conocer lo que Marcos Farfán declaro a fiscalía, entre las cosas más importantes de dicha declaración dice:

“Le comuniqué estas limitaciones al ministro Llorenti (…). No obstante a esa explicación, fue enfático y taxativo en reiterar que el operativo debía ejecutarse la madrugada de ese domingo”

Es probable que en ese momento el señor Llorenti se encontraba en un estado “Helter Skelter”, y creo que todos sabemos que por amor a los ideales y a la patria se comenten locuras, a veces uno olvida el sentido práctico de las cosas y se deja llevar por ese espíritu revolucionario, antiimperialista, anticapitalista y anticolonialista. Lo interesante de la declaración de Marcos Farfán nos da a conocer es que Luís Arce Gómez y Sacha Llorenti tienen tres cosas en común. La primera es que ambos se hacían cargo del mismo ministerio (ministerio del interior, hoy conocido como ministerio de gobierno); la segunda es que ambos tienen esa aura de taxativos; la tercera es compartan una cualidad que lo explicaría muy bien Don Ramón… “Lo que tienen de brutos, lo tienen de brutos”.

El conflicto del TIPNIS sigue abierto, pero ahora sólo nos sirve seguir el consejo de los Kjarkas: “le daremos tiempo al tiempo, él nos dirá que sucede”.