Freddy Camacho Calizaya
Tras la desarticulación del CONALDE mediante el referéndum revocatorio, el régimen se ha dado a la tarea de convencerse, ellos primero, y luego convencer a la ciudadanía, que ha logrado destruir a la oposición y por tanto que el pueblo no tiene otras alternativas políticas frente a Evo y el masismo, por lo cual Evo Morales es un caudillo insustituible y que si algo pasara con Evo el país estaría perdido.
¿Cuánto de verdad tiene esta afirmación que todos los voceros del gobierno repiten hasta el cansancio?
Para analizar este tema hagamos un ejercicio totalmente hipotético: Si Evo Morales fuera declarado culpable de genocidio y sentenciado por haber ordenado la represión contra la marcha indígena, tendría que cumplir su condena y dejar la Presidencia. ¿Se acabaría el país? Por supuesto que no, vendría la sucesión presidencial y todo seguiría marchando, recordemos que esta situación ya se dio varias veces, la más reciente la sucesión por la que asumió la Presidencia, el Presidente de la Corte suprema de Justicia Eduardo Rodríguez Veltzé.
Ahora bien, si Evo Morales culmina su gestión presidencial y llegáramos a las próximas elecciones generales del 2014, ¿nadie hará frente al masismo? (esto sin entrar al debate sobre la ilegalidad de postularse Evo a la reelección). Por supuesto que hay un abanico de posibilidades.
Para empezar, su ex socio Juan del Granado y el MSM se constituye en la primera alternativa a Evo y el masismo, pero no solo él, ¿desistirá Samuel Doria Medina de su postulación a la Presidencia? Por supuesto que no, ahí existe otra alternativa al masismo; ¿y el binomio Manfred Reyes Villa – Leopoldo Fernández? ¿No sacaron la segunda mayoría en las últimas elecciones? Y ¿Jaime Paz Zamora? ¿Se habrá retirado de la política o estará esperando el llamado del pueblo ante la ausencia de liderazgo carismático? ¿Y Don Carlos Mesa? ¿No estará buscando un redesquite? ¿Y Don Víctor Hugo Cárdenas? ¿No fue el verdadero primer presidente indígena y que en verdad habla el Aymara, el quechua y el guaraní? Hasta ahí llego, pero con seguridad que hay mas líderes que están esperando una oportunidad.
Ahora bien, ¿Por qué de pronto esta situación se muestra palpable en este momento y al parecer no existía en el pasado inmediato? Sucede que la pésima gestión de gobierno, sumada a la desarticulación del discurso ideológico con el que los masistas convencieron a los bolivianos de las bondades del liderazgo de Evo Morales, ha generado un nuevo cuadro político.
En este nuevo cuadro político lo que sobresale como características del régimen son: el gasolinazo, la persecución política judicial, el denunciado fraude electoral en las elecciones judiciales, el “negoción” de la empresa brasilera OAS con la carretera destructora del TIPNIS, la proliferación del narcotráfico, la legalización de chutos a favor de los partidarios del régimen, la ineptitud en la gestión de gobernaciones y municipios por ignorancia o temor a asumir responsabilidades, la corrupción creciente en todos los niveles de gobierno manejados por los partidarios del masismo, el aislamiento y fracaso de la política internacional y específicamente en el tema marítimo y en lo relacionado al narcotráfico, etc., etc.
El fiasco del llamado proceso de cambio ha sido claramente percibido por la ciudadanía, y como el pueblo es inagotable ya está buscando las alternativas. Las que mencioné son algunas con cierta experiencia en la gestión pública, pero se pueden dar combinaciones de todo tipo y por supuesto que también pueden surgir nuevos liderazgos. En lo que quiero llamar la atención es en que Bolivia puede sobrevivir sin Evo Morales.
Seguramente me dirán que no se trata de personas y que los liderazgos no son propuestas políticas ni programáticas, pero todos sabemos que las propuestas las hacen las personas, los líderes, y que van surgiendo a medida que la coyuntura se va desenvolviendo.
En conclusión lo que quiero afirmar en esta oportunidad es que aquel dicho de que “en Bolivia no hay alternativas”, es falso y quienes lo repiten están haciendo un servicio a Evo Morales y el masismo. Quienes lo hacen por convencimiento pecan de ingenuidad y quienes lo hacen sabiendo que es mentira son los astutos masistas o pro masistas.