Activistas e intelectuales dicen a García que el proceso es una “farsa”

Llaman “ignorante” además “espantapájaros” al Vicepresidente Álvaro García Linera.

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La Paz.- Seis activistas e intelectuales señalan que el proceso de cambio es una “farsa” y llaman “ignorante” al Vicepresidente Álvaro García Linera, a quien, además, consideran un simple “espantapájaros” y obsecuente servidor del Presidente  Evo Morales, cuyo gobierno, según el documento titulado “La mascarada del poder”, es un fracaso.



El documento, firmado por el ex viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz; el ex embajador de Bolivia en EEUU, Gustavo Guzmán; el líder de la “Guerra del Agua”, Oscar Olivera; además de Roberto Fernández Terán, Pablo Regalsky y Omar Fernández, es una respuesta al libro escrito por García: “El  oenegismo, enfermedad infantil del derechismo”, que a su vez fue una respuesta al “Manifiesto  por  la  recuperación  del proceso  de  cambio  para  el  pueblo  y  con  el  pueblo”, firmado el 22 de junio del año pasado por las personas citadas.

En  su  respuesta, el  Vicepresidente García  pierde  aplomo, seriedad  y  altura,  y  se  prodiga  en  profusos  insultos, descalificaciones  personales  alevosamente  calumniosas, penosas  incoherencias  y  viejas  y  nuevas mentiras.  También pierde García,  si  alguna  vez  la  tuvo,  la  habilidad  polémica; dadas  las  pretensiones  de  ingenioso  y  ocurrente  despliegue de  erudición de  su  libro, podría  esperarse un  título un poco más  imaginativo que ese parafraseo de Lenin  tan  trillado ya en las más pobres versiones de la izquierda setentista”, escribe Almaraz en el documento, que en los próximos días circulará como libro.

“Ese  es  García,  simplemente  García,  obsecuente  servidor  de  Morales y conductor de este “proceso de cambio” convertido en  una  mascarada,  es  decir,  en  una  farsa,  como  dice  el diccionario”, señala Guzmán y agrega: Finalmente,  no  puede  uno  resistir  la  fuerza  de  una  imagen con  la  que  seguramente  García  aparecerá  muy  pronto  en algún recodo de la Historia. Y esa imagen no es otra que la de un triste espantapájaros”.

Almaraz manifiesta que el principal propósito de García es la descalificación personal de  los  firmantes  del  Manifiesto (del 22 de junio de 2011)  con  el  fácil  y  prejuicioso epíteto  de  ‘oenegistas‛; sabiendo  perfectamente  que  gran parte  de  las  autoridades  de  su  Gobierno  —incluyendo  al núcleo  del  actual  gabinete—  provinieron  de ONG”.

García miente

“Siempre  en  el  deshonesto  propósito  de  la  descalificación personal,  García  miente  cuando  dice  que  varios  de  los firmantes  del  Manifiesto‚ tuvieron  cargos  de  decisión‛  en  Yacimientos  Petrolíferos  Fiscales  Bolivianos  (YPFB)  y  que‚ ahora que no están en YPFB, es  fácil exigir y reclamar‛ (op. cit.:  64). Esa  afirmación  es  totalmente  falsa,    ninguno  de  los firmantes del documento  fue  jamás  funcionario ni autoridad de YPFB”, indica el ex viceministro de Tierras.

Respecto a los cambios que experimentó el país en los últimos años, los activistas e intelectuales ratifican que “la  gran mayoría  del  pueblo  se  encuentra  básicamente  en  la  misma situación de pobreza, precariedad y angustia en la que estuvo siempre, y que pareciera que a  los que mejor  les ha  ido, es a los  que  siempre  les  fue  bien:  los  banqueros,  las transnacionales petroleras y mineras, los contrabandistas y los narcotraficantes”.

García ignorante

En relación a la posición de García en torno a la nacionalización de los hidrocarburos, Almaraz indica que “nos  llena de vergüenza  e  indignación que  el Vicepresidente de  nuestro  país  haga  gala  de  tanta  ignorancia,  con  tanta soltura  y  desparpajo, pero,  aun  así,  avergonzados  e indignados,  celebramos  que  desemboce  su  oposición  a  la nacionalización de  los hidrocarburos”.

En  la  segmentación de la  producción  hidrocarburífera  que  propone  García, corresponden al relegado y  desvalorizado tercer componente nada  menos  que  las  estructuras  productivas  que  permiten extraer  los  hidrocarburos  de  sus  yacimientos  naturales  y convertirlos  en  riqueza,  ganancias  y  excedente.  Estas estructuras productivas  no  son  solo‚ “máquinas  y  taladros”, como  dice  García  con  un  simplismo  deplorable,  sino  que, además  de  los  costosos  bienes  de  capital,  implican conocimiento científico especializado, generación y aplicación de  alta  tecnología,  mano  de  obra  calificada,  organización productiva  y  capacidad  gerencial,  todo  articulado  y desplegado  bajo  una  estrategia  productiva    de  mediano  y largo  plazo.  Estas  estructuras  productivas  son  centralmente las  empresas,  y  constituyen  el  único medio  de  apropiación material de los recursos hidrocarburíferos”, subraya.

La Guerra del Agua parió a este Gobierno

En opinión de Óscar Olivera, la “Guerra del Agua” gestó el gobierno del Mas. “Si  la Guerra del Agua habría  tenido otro desenlace, creo que no  habría  habido Gobierno  de Morales  y  García.  Si  bien  la participación de estos personajes en esa lucha fue periférica —uno gozando de su  inmunidad como parlamentario y el otro como  investigador  que  quería  saber  lo  que  pasaba  luego  de salir de  la  cárcel—,  esta  rebelión popular  les  sirvió  a  ambos para ampliar su discurso y acción a las ciudades a través de la Coordinadora  del  Agua  y  de  la  Vida,  instancia autoorganizada  y  autónoma  de  la  gente  del  campo  y  la ciudad  que  resistió  y  revirtió  la  privatización  del  agua  en Cochabamba”, escribe.

En tanto, Pablo Regalsky señala que el gobierno del MAS perdió la oportunidad histórica de iniciar el camino hacia un cambio de civilización en bien de todos y por la vida. (Erbol)