El mensaje presidencial que conmemorará los “dos años del Estado Plurinacional” y los seis del gobierno de Evo Morales es relativamente previsible.
En principio, el viceministro César Navarro adelantó que el mandatario “va a reflejar las diferencias entre el Estado republicano y el Estado plurinacional”, algo que ya intentó hacer en su alocución del año pasado el vicepresidente García Linera, con escaso éxito.
Otra pista del discurso de mañana está en las palabras de Morales de hoy en Tiahuanaco. Mientras anunciaba que invitará al presidente Humala a un “picadito” en esa zona arqueológica, el cocalero aseguró que “el proceso de cambio es irreversible”, afirmación que no parece condecir demasiado con los evidentes signos de desgaste del régimen.
Para la diputada opositora Jéssica Echeverría, el mensaje de Evo estará centrado en el ataque contra medios de comunicación, opositores e indígenas, agresividad que no se aplicaría, en cambio, en la lucha contra el narcotráfico.
Si tomamos en cuenta el antecedente de un año atrás, el discurso pintará una suerte de País de las Maravillas donde todo “está bien”, con una economía pujante (la ficcional Evonomics), una democracia plena (ver desmentidos de la propia ONU en lo referente a la injerencia en el Órgano Judicial) y amplia inclusión social (preguntar a los indígenas del TIPNIS o a los discapacitados).
En resumen, es altamente probable que el mensaje presidencial contenga una mezcla de autoelogios complacientes con dardos a diestra y siniestra.
La autocrítica, seguramente, no formará parte del menú…