Demi Moore se ha unido a un vasto club de «drogadas por amor», caras conocidas de la pequeña y la gran pantalla que terminaron recurriendo a fármacos y/o a estupefacientes por despecho y por problemas sentimentales con su pareja de turno.
La misma Lindsay Lohan se hundió después de romper con su novia Samantha Ronson en abril de 2009. La protagonista de «Mean Girls» terminó en un centro de rehabilitación en Utah, a donde han acudido otras caras conocidas como Eva Mendes.
Demi Lovato, ex estrella de Disney, es otra famosa que se refugió en las drogas después de que Joe Jonas le rompiera el corazón. La cantante reconoció el año pasado que recurrió a sustancias recetadas y que abusó del alcohol. La joven decidió rehabilitarse y alejarse del mundo del espectáculo a finales de 2010.
Quizá el caso más notorio de despecho y drogas es el de Marilyn Monroe, con el corazón roto cuando la sorprendió la muerte en un hotel tras una sobredosis de barbitúricos. Al parecer, la artista había mantenido relaciones clandestinas con varios hombres y eso desembocó en una fuerte depresión.
Por su parte Moore, que no es la primera vez que lidia con temas de drogadicción, ha demostrado a través de mensajes en su página social que está bastante afectada por su separación del protagonista de «Dos hombres y medio». Sin embargo, su publicista aseguró que no hubo exceso de drogas, sino que se trata de cansancio y estrés después de la separación de Kutcher.
Antes de Moore, la última en formar parte de ese club de estrés y despecho fue Heather Locklear, protagonista de la serie de televisión Melrose Place. La actriz de 50 años fue ingresada de urgencias a principios de mes tras una mezcla de medicamentos y alcohol, también con problemas sentimentales.
Fuente: www.elmundo.es