Entre la ineptitud, el bulo y cero transparencia

Susana Seleme Antelo

seleme Confirmo una certeza: el presidente Evo Morales no está calificado para gobernar en democracia. La práctica remite a la violencia contra libertades políticas y civiles, contra los Derechos Humanos, contra opositores y disidentes, contra voces de la naturaleza y de los pueblos indígenas del Parque Nacional Isiboro Sécure (TlPNIS). Contra su propio nombre estampado en ley firmada y luego violada ¡que descrédito! por presión de cocaleros y en desmedro de verdaderos indígenas. Por último, sin ser lo último, contra la ‘gobernanza’ y rendición de cuentas.

En Bolivia el pueblo no gobierna por medio de sus representantes, tampoco vía la democracia directa con la que Morales y sus hombres engatusan a propios y a extraños. En realidad, aquí gobierna un sindicalista cocalero -su presidente y máximo dirigente- y también presidente del Estado Pluri-ficciones, autócrata y autoritario, rodeado de afiebrados ‘intelectuales orgánicos’ más jacobinos y estalinistas que gramscianos. ¡Pobre Gramsci! Sus seguidores bolivianos cobijados en el Movimiento al Socialismo (MAS) -el partido oficialista- o desde su grupo ‘La Comuna’ pretenden, en nombre de la hegemonía, alterar-borrar la historia y la conciencia de la sociedad boliviana a punta de lemas y mentiras, sembrando revanchas, miedos y odios.



El uso indiscriminado de la violencia real y simbólica remite a la acelerada descomposición de la función gubernamental para administrar el Estado de Derecho, manejar la economía, los bienes del Estado y la redistribución de la riqueza con transparencia y rendición de cuentas. Más bien, el gobierno lanza consignas populistas y demagogas contrarias al interés general de la sociedad democrática. A Morales solo le interesa su reproducción política en el poder, aun a costa del ‘narcolavado’ de la coca excedentaria, la materia prima de la cocaína y núcleo de la capitalista e ilegal economía política de las drogas.

Morales y sus hombres han hecho del bulo -mentira-falsedad-patraña-infundio-engaño-‘notición tendencioso’- el arma política para amedrentar, perseguir y acosar a oponentes políticos, y también, desde luego, para confundir a la ciudadanía. El mejor ejemplo es el montaje del complot ‘terrorista-separatista’ contra líderes políticos y cívicos autonomistas de la Media Luna: Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, opuestos al centralista gobierno de Morales. Hoy como ayer, la estrategia para lograr el poder total, es “aplastar al adversario”, el Vice dixit.

Tras la persecución, encarcelamiento o autoexilio de muchos de aquellos, surgen las ‘guillotinas judiciales’ a Gobernadores, Alcaldes y parlamentarios de oposición, electos democráticamente. Algunos depuestos con más de un juicio en puertas, como el ex gobernador de Beni, Ernesto Suárez al que solo las movilizaciones populares han impedido que sea encarcelado. A la par, se cuela el obsoleto ‘desacato’, para acallar críticas y seguir abriendo juicios a todo opositor, entre ellos el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas.

Sin tener prueba alguna del caso ‘Terrorismo-separatismo’, inventan el ‘Terrorismo II’ para dar con los ‘financiadores’ del proyecto separatista-terrorista, cuyo cabecilla, según el gobierno, habría sido Eduardo Rózsa Flores contratado por los cruceños ‘separatistas’. Según Maité Rico, periodista española de ‘El País’ de Madrid (26/04/2009) el Gobierno de Bolivia simuló una trama terrorista, para “justificar la persecución desatada después contra los dirigentes de Santa Cruz, bastión opositor al Gobierno”. Rico apunta que “quien realmente contrató a Rózsa fue el coronel Jorge Santiesteban, entonces jefe de Inteligencia de la policía, y su segundo, el capitán Walter Andrade. El objetivo era tender una trampa y de paso liquidar políticamente a los principales dirigentes regionales. El caso Rozsa, concluye, fue “una operación de alta precisión” y “Rozsa, junto a sus a dos de compañeros fueron asesinados a sangre fría”.

Pocas dudas quedan sobre la autoría del gobierno en el caso ‘Rózsa’, o caso I como en el II. Pero con este último, siguen el bulo y la arbitrariedad: mandaron a la cárcel a la secretaria de la Casa de campaña de la Autonomía, Jeimy Delbois, pues ella ‘habría’ pagado el alquiler de un auto para Rózsa. Mensaje y advertencia cebada en una empleada secretaria. Pero entre bulo y revancha, abren juicio a Oscar Ortiz, Secretario de Relaciones Internacionales y estrecho colaborador del gobernador Rubén Costas, por haber honrado, según ley, aguinaldos a funcionarios eventuales. Fue hace seis años, cuando Ortiz era presidente del Senado.

Ineptos para gobernar en democracia, pero no para lanzar bulos y desviar la atención sobre el manejo dispendioso de los dineros de todas y todos los bolivianos: $us 40 millones por la compra de un avión usado, ex propiedad del equipo de football inglés Manchester United; $us 110mm por 7 helicópteros de fabricación china; $us 300mm por un satélite –dicen que para ‘espiarnos mejor’- también chino; $us 500 mil por un terreno aledaño al actual Palacio de Gobierno, en La Paz, para construir uno nuevo, ajeno a tiempos ‘colonizadores’, sin contar la construcción, y ¡todo sin licitación, entre gallos y media noche!

Sin embargo a las personas con capacidad diferentes les siguen negando la ayuda que solicitan. A los indígenas de Tierra Bajas les escamotean su derecho constitucional a la libre determinación sobre su territorio, y se burlan de ellos con una aprobada consulta ya no previa, sino posterior. ¿Por qué? Para satisfacer a los cocaleros, sujetos a la creciente demanda de expansión de la frontera agrícola de las plantaciones de coca y el mercado de la cocaína. Al pueblo en general bulo y circo: cero pan, cero trabajo productivo, mientras cerca de 80 % de la Población Económicamente Activa (PEA) sobrevive en la informalidad, muchos de ellos, lindantes con la ilegalidad del contrabando.

Reitero: Evo Morales y sus hombres no están aptos para gobernar en democracia. ¿Estará la oposición política, alguna ya estimulada por “la primaria” venezolana, a la altura del desafío que significa pensar en una lucha política democrática, inteligente y orgánica, para hacerle frente al autócrata y sus hombres? Más nos vale.