Mediterraneidad, Malvinas y seguridad alimentaria, temas fuertes de la Asamblea de la OEA

El gobierno de Bolivia tiene la intención de solicitar en Cochabamba un firme apoyo de la comunidad interamericana a la causa nacional de retorno soberano al Pacífico mediante negociaciones con Chile.

image El canciller Choquehuanca busca apoyo para la causa marítima

Por FRANCISCO ROQUE BACARREZA, Corresponsal de ANF



Washington, 12 Feb. (ANF).- La mediterraneidad de Bolivia, el diferendo sobre la soberanía de las islas Malvinas y la seguridad alimentaria serán los temas de mayor debate durante la 42 Asamblea Anual de la Organización de Estados Americanos a celebrarse en Cochabamba entre el 3 y 5 de junio próximo.

Fuentes diplomáticas consultadas por la Agencia de Noticias Fides (ANF) en Washington anticiparon que los mencionados temas demandarán un intenso debate entre los cancilleres asistentes a la reunión.

El gobierno de Bolivia tiene la intención de solicitar un firme apoyo de la comunidad interamericana a la meta nacional de retorno soberano al Pacífico mediante negociaciones con Chile.

La OEA, en una histórica resolución aprobada en la asamblea de La Paz de octubre de 1979, apoyó unánimemente –a excepción de Chile- el llamado a las dos naciones para iniciar negociaciones orientadas a devolver a Bolivia el acceso soberano al océano Pacífico.

Chile insiste en que no existe ningún asunto pendiente con Bolivia y que las previsiones sobre la mediterraneidad fueron adoptadas en el tratado bilateral vigente.

Las fuentes diplomáticas en Washington subrayaron que la renovada propuesta boliviana requiere de un intenso cabildeo por parte del gobierno de La Paz entre las cancillerías de la región, en particular de las naciones vecinas a Bolivia.

Otro asunto de la agenda se prevé será el relacionado a la disputa argentino-británica sobre las islas Malvinas.

El problema binacional cobró recientemente notoriedad por la denuncia del gobierno de Buenos Aires sobre la presunta intención de Londres de militarizar el Atlántico Sur, denunciado por la propia presidente argentina Cristina Fernández.

Argentina logró el apoyo solidario de las naciones miembros de la OEA el19 de noviembre de 1988 que, mediante una resolución de la asamblea, que instó a los gobiernos de Buenos Aires y Londres a negociar para hallar una solución sobre la disputa.

El secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, renovó esta semana en Washington su apoyo a la causa argentina y la presidenta Fernández, mediante una declaración “repudió” todo intento de militarizar el Atlántico Sur.

La propuesta boliviana de debatir un proyecto de resolución regional sobre seguridad alimentaria con soberanía se anticipa también que será motivo de debate entre las delegaciones asistentes a Cochabamba.

El propósito de la iniciativa boliviana es lograr un acuerdo regional que proteja a las naciones miembros de la OEA de los efectos económicos, políticos, sociales y de medio ambiente y garantice la seguridad alimentaria de las poblaciones y prevenga de los riesgos de hambruna.

Desde hace dos décadas variadas naciones en el mundo orientan su producción agrícola, principalmente en la caña y el maíz, como materia prima para la producción de carburantes.

Esa tendencia redujo las áreas de producción de trigo y otros productos esenciales para la alimentación, además de disparar hacia el alza de los precios de los cereales en el mercado internacional con grave efecto sobre las naciones importadoras.

En el debate de Cochabamba se espera con interés la posición de Brasil y Estados Unidos.

El secretario Insulza también ha  subrayado que en la cita de Cochabamba tendrá relevancia el debate sobre la seguridad pública, fenómeno que preocupa a casi todas las naciones de la región.

“Este es una tema de la mayor importancia”, declaró esta semana Insulza en Washington, y señaló que el agravamiento del problema se debe a que ya existe “una real industria del crimen que amenaza nuestras democracias”, agregó.

El agravamiento del problema de la seguridad pública tiene relación al crecimiento del poder del narcotráfico que intensificó en los últimos años la violencia en varias naciones de la región en una lucha sangrienta entre los carteles por el predominio en la producción y comercio de drogas, según los expertos.