Quispe, asesinada. Bravo, manoseada

Iván Arias Durán

El acoso y la violencia política contra las mujeres es una práctica que en vez de disminuir va crescendo sin que nadie diga o haga algo significativo para pararlo y sancionarlo. En el último período hemos visto actos que no hablan bien de nuestra percepción sobre las mujeres. Empezó con las coplas machistas, compuestas por las mismas mujeres de gobierno, que jocosamente fueron cantadas, en plena plaza Murillo, por el Presidente del Estado Plurinacional: “Este presidente de gran corazón a todas las ministras les quita el calzón”. La Ministra de Comunicación salió a justificar y defender al Presi. Los otros hechos tienen que ver con concejalas. Uno de ellos, ¿será porque es una política urbana? ¿porque es de un municipio urbano? porque tiene apellido de honor( como decían los abuelos), ha causado más titulares y reacciones en los medios (tv, radio, prensa y redes sociales) que el otro, será porque era una política rural? porque era de un municipio lejano a la capital? porque su apellido no es de los renombrados ¿( de los comunes pues, como decían las abuelas?)

Juana Quispe Apaza, concejala de Ancoraimes, en honor a ella escribí el 18/03/12, fue encontrada muerta y hay indicios que su asesinato tiene causales políticos, pues esta valiente mujer osó cuestionar a los hombres de su gobierno municipal por actos de corrupción y acoso. Han pasado semanas y las investigaciones no avanzan y los débiles pronunciamientos de las organizaciones de mujeres, de las mujeres políticas y de los medios de comunicación están aportando con su indiferencia al olvido. Dios quiera que este crimen se aclare y que se siente un precedente a estas acciones de amedrentamiento que día a día sufren las mujeres que se meten en política.



Desirée Bravo, concejala de Santa Cruz, el pasado miércoles, mientras de pie pronunciaba un discurso, fue manoseada en las nalgas, ante la risa y permisividad de funcionarios ediles, por el Alcalde de la ciudad oriental. La cobertura y protesta sobre este hecho inundo los medios y las redes sociales. Inclusive, sin acordarse de que varias veces justificaron la misoginia del Presidente, las militantes del partido de gobierno salieron a censurar la ofensiva acción del Alcalde. La concejal del MAS, Arminda Velásquez dijo:."Es una sinvergüenzura, es un atrevimiento, es una humillación para las mujeres, si a mí me tocara pues yo le doy un manazo”. Pero no fue la primera vez: "Yo vi el 24 de septiembre en la plaza principal, me dio vergüenza y yo tuve que bajarme porque esa mano recorría por todas las piernas y ella (Desirée Bravo) no decía nada", recordó la concejal Velásquez.

La cereza la puso la disculpa que emitió el alcalde Fernández por su manoseo a la concejala Bravo: “Le pido disculpas por un gesto torpe que pudo dar lugar a las más malintencionadas, despiadadas, ofensivas y denigrantes interpretaciones”. ¿Qué tal? los que censuran los bochornos de Percysconi, el caballieri oriental, son los denigradores, los ofensores, los malintencionados. ¿Y qué dijo la manoseada? Nada. ¿En qué país estamos? ¿Por qué tanta permisividad de hombres y mujeres ante la violación de los derechos humanos, el respeto, las normas y las leyes? ¿Por qué con una estúpida risa permitimos estos ultrajes y asesinatos? Es más fuerte las migajas del poder que la dignidad?

En el grupo del FB Dialogando con…se posteo el siguiente escrito del blog “La Malapabra” que comparto: “Por lo visto, hoy llegamos al fin de los tiempos. Las mujeres en la política no sirven para nada ni para hacer respetar sus culos. No sirven ni como parlamentarias, ni ministras, ni concejalas. No son misses, no son modelos, no son nada, no son mujeres y lo están perdiendo todo (…) Hoy, estoy cansada de pelear contra las babosadas de Evo, las manos largas de Percy, las conquistas del Vice y el uso de la mujer como un simple objeto en la política. Hoy mi repudio es hacia las mujeres que no saben cómo defender sus culos y sus tetas y, ante todo, su pensamiento (…)

Y las únicas que tienen los ovarios bien puestos son asesinadas, como la concejala Juana Quispe, acalladas como perros y olvidadas por las otras timoratas que están sentadas cómodas en sus asientos de piel con sus pelucas bien peinas. Mientras los machos ecuestres que dirigen el país nos dedican coplas, nos tocan las nalgas son incapaces de resolver este tipo de crímenes. Esas que aún tienen los ovarios bien puestos y están luchando de verdad en contra del acoso y violencia política, sólo esas merecen ser rescatadas de esta podredumbre que nos opaca. No soy feminista radical, soy una espora con vagina y me dirijo a todas quienes están, tienen un poder político: por los dos ovarios que tienen ¡renuncien!, Hágannos un favor al gremio de las esporas con vaginas o háganse respetar.”