Ahí estaba

Yoyo Pando Laguna

YOYO_thumb Ahí estaba Jesús de Nazaret, lo vi. Caminando con su cruz a cuestas, mientras fariseos ateos lo azotaban y se mofaban de él.

Vi como se cayó estrepitosamente, camino a la muerte, allí en la rotonda del Plan Tres Mil, en medio de aguas servidas botadas por todos, ahí una mujer del pueblo, intentó alcanzarle una botella de agua mineral, pero el esbirro de la dictadura, la arrebató de una patada.



Más allá en la doble vía de la Pampa de la Isla, cayó nuevamente, dos changueros del mercado, trataron de ayudarle a levantar la cruz, pero fueron azotados por los desalmados.

Cuatro beatas que salían de San José Obrero se condolieron al verlo pasar por la Virgen de Cotoca, pero nada más podían hacer, había órdenes de enjuiciar por desacato a quién apoyara a Jesús.

Muy cerca del viaje a la muerte de Jesús, estaba el esbirro romano de apellido Soza para cargarse a cualquiera, acusado de terrorista y separatista mientras esperaba ganar a los dados la túnica de Jesús.

Al pasar por Equipetrol, unos jóvenes ebrios ni se percataron de su presencia, mientras en un local vecino se realizaba un desfile de modelos en pasarela.

En la Monseñor Rivero, Jesús cae por tercera vez, nadie se percató de ello, es que las tertulias estaban muy interesantes, ahí Jesús vio una gigantografía que decía “Evo cumple”, una sonrisa amarga se dibujó en su cara.

Antes de todo, cuando la inteligencia cubana y venezolana lo detuvieron, compareció ante Caifás, Herodes y Pilatos que tenían los rostros de Romero, Quintana y Linera.

Fue acusado de autonomista, terrorista, separatista, oligarca, no habían pruebas, pero igual fue acusado y sentenciado.

Jesús tuvo que frenar la marcha, un bloqueo de trabajadores no dejaba pasar, eso le sirvió de descanso, Jesús oró por esos trabajadores.

Mientras que cocaleros y colonos del Tipnis lo azotaban, Jesús caminaba, unos niños lo vieron y lloraron, no podían hacer otra cosa.

Ahí estaba mirando la barbarie, cuando quise hablar un esbirro del gobierno me dijo “cállate periodista, te cierro tu programa y vas a ir preso”, un dejo amargo de impotencia estremeció mi cuerpo.

Jesús tenía sed, no dejaban que nadie le de agua, pero en todo el recorrido habían publicidades de todas las marcas de cerveza.

El pueblo pobre lo miraba pasar con pena y con llanto, a algunos empresarios les importaba una guayaba chía, todo, Jesús estaba condenado a muerte y nadie podía salvarlo.

Lo crucificaron y murió en la cruz, en Santa Cruz, pero para ira de los ateos, comunistas, marxistas y socialistas del siglo XX, resucitó y está en el cielo, a la derecha de Dios padre.

Volverá con nosotros porque es bueno, los malos no vuelven y nadie los extraña, Jesús tiene el 94 por ciento de apoyo del pueblo boliviano, los otros bajaron del 64 por ciento al 35 por ciento.

Jesús sube porque es Dios, los malos bajan por malos.

Ahí estaba, yo lo vi, es el rey de reyes que murió por nosotros y es Dios, por los siglos de los siglos, amén.